La Nación
COLUMNISTAS

Historias de locos bajitos

A petición del público y para disfrute de la parroquia,  regresan las historias de menudos contados por sus padres, abuelos, amigos y similares. Paso el sombrero para recibir la limosnita de anécdotas similares:
 
Emilio, 4 años, contempla con su abuelo el sol ardiente del atardecer. Su reacción es: “Juancho, se está quemando el sol. ¿Será que sale mañana?”.
 
José Manuel, 5 años, en la ruta escolar, luego de ver un árbol lleno de pájaros: "Ese árbol parece una ciudad de aves".
 
– María Antonia ¿ya hiciste tus trabajos p’al colegio?
– Qué peye, papi, deberían inventar una máquina pa'hacer tareas.
 
Jacobo, 7 años, está ocupado con un videjuego. Su padres, periodistas, le piden que les preste el televisor para ver las noticias pues viven de ellas. El niño se niega:
–      ¿Y cómo pueden ustedes vivir de las noticias si en las noticias todo el mundo muere?
 
 
“Mamá, yo duermo en mi cama, ¿pero dónde duermen mis sueños?” (Andrés, 3 años, en el libro Palabra de Niños, Yamile Humar, compiladora)
 
La madre encontró a su hijita Valentina mirándose al espejo y llorando. Le pregunta qué le pasa: “Ay, mami, respondió, estaba jugando a llorar".
Amos Oz, premio  Nobel de literatura, cuando estaba pequeño, soñaba con crecer y ser libro algún día.
La profesora les habla a los niños sobre las bondades de la carne de cerdo. Les explica que con las tripas se hace morcilla y que la parte más gruesa se llama obispo. Martha, 8 años, pregunta: -¿Y cómo se sabe de cuál cerdo sacaron al obispo?
 
Mamá, ¿yo estaba en tu barriga y después salí de ahí y me volví bebé, cierto? Si hijo, saliste de la barriga y eras un bebecito lindo. Pero mami, ¿después de que uno sale de la barriga puede volver? No, Joao. Entiendo: Después de salir de la barriga ya tocó…
 
David, 3 años, residente en EU, visita por primera vez a Colombia.
Al ver a una religiosa en el aeropuerto, le pregunta: “¿Por qué no te has quitado el disfraz si ya pasó el halloween?”.
 
La madre le confía a Lucas: Quisiera escribir un libro para niños…
Lucas: Me encanta  la idea, mamá; yo te ayudo, uno donde al comienzo de cada capítulo pongamos el mapa del país, el continente y las ciudades: así los niños aprenden geografía sin darse cuenta.
¿Si pudieras hablar con la guerra qué le dirías? Santiago escribió: Le diría ¿qué le pasó en la infancia? (Los niños piensan la paz, del profesor Javier Naranjo/ Subgerencia cultural Banco de la República).
Andrés, 5 años, le pregunta a su abuelo si la mamá de la papaya es la “mamaya”.
 
En clase de religión, la maestra le preguntó a un niño qué había antes de la creación del mundo: “¡Puros potreros!”, respondió.
 
En otra clase, el profesor les informa a los niños que la luz del sol recorre trescientos mil kilómetros por segundo. Uno de los alumnos anotó: ¡Qué gracia,  si es en bajada!
 
(Y como la caridad empieza por casa, informo a los lectores que me quedan, que historias como las anteriores circulan en el libro "¿Adónde van los días que pasan?", de editorial Luna-Libro. El prologuista es el poeta Darío Jaramillo Agudelo; este pecho figura como compilador de las historias).