La Nación
COLUMNISTAS

DIACONISAS

En la iglesia católica, hay dos elementos estructurales que   representan inequidad  y discriminación con los sacerdotes y monjas. Con los primeros tienen una limitación contra natura, el celibato, inclusive ha generado problemas por todos conocidos; a los sacerdotes se les debe permitir su matrimonio y quienes  opten por este deben tener un hogar ejemplar; estamos en mora de avanzar hacia allá. El otro desbalance es la labor de las religiosas quienes no pueden ser sacerdotisas, tiene un papel de gregarias, muchas de ellas todavía en conventos de clausura dedicadas a la penitencia,  oración y trabajos domésticos; otras de auxiliares en las parroquias y algunas congregaciones tiene un desempeño importante al frente de instituciones educativas, con principios y valores cumplen su mision. Me entusiasma conocer la noticia de que nuestro papa francisco, el pontífice de la región, el de carne y hueso, el que se parece más a los mortales y está cerca a sus feligreses, el que está haciendo una labor revolucionaria sin duda como máximo jerarca de la iglesia católica, ha aceptado revisar el tema del papel de las monjas frente a los oficios religiosos que está reservado hasta hoy a los sacerdotes, dándoles la posibilidad de que ser diaconisas y puedan celebrar bautismos y matrimonios

Hoy en el mundo católico donde hay más de 400 mil sacerdotes y  de 700 mil monjas, a pesar de que éstas últimas son  mayoría la primacía y el liderazgo está en cabeza de los hombres. Con este avance trascendental en la iglesia donde se les da  un  mejor roll a las religiosas está a tono con la onda del planeta contemporáneo donde la mujer encuentra mejores posibilidades e igualdad,  inspirando mayor credibilidad y bondad. Buen paso el del papa Francisco que les permita a las hermanas de la caridad ser diaconisas donde pueden pronunciar el sermón y oficiar bautizos, bodas, y funerales; en lo único que no podría celebrar  seria la eucaristía y confesar a los fieles.
Los católicos del mundo nos sentimos satisfecho con el pontificado del papa Francisco ejerciendo un extraordinario liderazgo, produciendo cambios en la iglesia y convocando a la equidad, unidad y reconciliación.