La Nación
EDITORIAL

Clínicas de garaje

Increíble. Un proyecto de ley que pretende reglamentar la práctica de cirugías estéticas, está a punto de naufragar en el Congreso.

La iniciativa se tramita como una ley especial para la regulación de la cirugía plástica, estética y reconstructiva en el marco general del ejercicio de las profesiones de salud. Sin duda, el proyecto llenará un vacío para ponerle freno a la recurrente informalidad usada en estos procedimientos, así como la existencia de ‘clínicas de garaje’ en muchas regiones del país, entre ellas Neiva. Sin embargo, la lentitud y la falta de tiempo impedirán que se convierta en ley.

Pese a la trascendencia pública el congreso no le dio la prioridad ni determinó la urgencia. La plenaria del Senado la aprobó el miércoles pasado pero no hay tiempo para los cuatro debates restantes se puedan surtir antes del 20 de junio.

El senador Jorge Iván Ospina, autor del proyecto, advirtió que no claudicará en este propósito para regular estos procedimientos de alto riesgo, que siguen causando víctimas fatales y pacientes con graves secuelas físicas y sicológicas.

De ahí la urgencia de exigir que estos procedimientos sean practicados sólo por personal altamente calificado, inscritos en un único registro nacional, con un severo régimen de sanciones y requisitos para la habilitación de los “centros de belleza”. También contempla medidas para proteger a los pacientes que se sometan a estos procedimientos altamente riesgos, no contemplados en el Plan Obligatorio de Salud.

En Colombia mensualmente fallece una persona como consecuencia de una cirugía plástica o un procedimiento estético. Las complicaciones y secuelas, según la Sociedad Colombiana de Cirugía Plástica, afectan a 34 de cada 100 personas.
 
El auge de estos procedimientos estéticos, impuestos por una agresiva sociedad de consumo, se ha convertido en un negocio fabuloso.

Los ‘combos’ ofrecidos por las ‘clínicas de garaje’ a bajo costo los ha vuelto un negocio atractivo para muchos incautos, sin ningún control.  Procedimientos invasivos irregulares, liposucciones, lipectomías, aumento o disminución de glúteos y senos, cirugías de párpados, nariz y rejuvenecimiento facial, hacen parte de los paquetes que promocionan en cualquier esquina o que se practican en cualquier garaje.

La reglamentación de estos procedimientos por los altos riesgos que representa, debe ser una prioridad. El gobierno debería respaldar esta iniciativa y pedir su urgencia.
 

“Los ‘combos’ ofrecidos por las ‘clínicas de garaje’ a bajo costo los ha vuelto un negocio atractivo para muchos incautos”.

 
EDITORIALITO

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