La Nación
COLUMNISTAS

Estado Cooptado

El secuestro de los periodistas en el Norte de Santander sirvió para que muchos colombianos recordaran que en nuestro país hay zonas donde no manda el estado, bien sea porque no se hace intervención en ellas o porque la autoridad es inexistente.

Describe Mauricio Garcia Villegas en su columna del sábado en El Espectador que según una investigación realizada por “Dejusticia” existen varios tipos de municipios, desde aquellos en que varios actores armados compiten con el estado hasta los que se encuentran completamente abandonados por el estado y por los grupos armados.
Sin considerarme experto en el tema considero que les faltó un tipo de municipio, el más común quizás, que corresponde a las entidades territoriales cooptadas por la clase política. En esos municipios existe un apoderamiento aparentemente legal y democrático del estado por parte de una camarilla, quienes se reparten los cargos, los contratos y todo aquellos que sea susceptible de distribución.

Para esa repartija no importan las ideologías, es decir poco importa el grupo político o partido que haya ganado las elecciones, todos se acomodan en el gobierno para obtener algo, aunque sean migajas, en todo caso lo fundamental es que alcance para todos.

Aunque esa cooptación se presenta en todos los municipios, es mayor los de mejores ingresos puesto que hay más para repartir, basta con revisar quienes han ocupado los cargos públicos en los últimos años para verificar que es común ver funcionarios que pasan de un gobierno a otro, o sea que se visten de la camiseta que corresponda, no importa el conocimiento o las capacidades. De la misma manera encontramos concejales que se eternizan en los cargos, son pocos sus aportes, pero saben muy bien manejar la clientela.

En esos municipios en apariencia el estado existe y funciona, da una imagen de actividad normal, pero se encuentran cooptados por una voraz clase política que está dispuesta a echarle mano a lo que sea.

Los grupos subversivos están en proceso de paz, con las FARC estamos cerca de firmar un acuerdo, con el ELN no obstante su torpeza se iniciará muy pronto el diálogo, ambos grupos finalmente se desmovilizarán. Pero la clase política colombiana va a continuar haciendo de las suyas, por ningún lado han manifestado arrepentimiento, ni deseo de cambiar sus actitudes.

La firma del acuerdo de La Habana es un paso un paso importante para la paz, pero nos queda el lastre de la politiquería, la cual además de fuerte, amenaza con quedarse por mucho rato más.
garcia.francisco@javeriana.edu.co