El congresista, codirector de la colectividad, dijo que lo dicho son “especulaciones y temerarias afirmaciones de quienes quieren quitarle el dulce al azúcar, y soslayar el trabajo que viene realizando el liberalismo de cara a un proceso de modernización y reorganización partidista”.
Agregó Villalba que hay un ‘pool’ de nostálgicos del Partido que bombardean con acciones legales al liberalismo, semana tras semana, por falta de argumentos electorales y de fuerza política.
“Tristeza me da que una persona que se pensionó hace un buen tiempo, por cargos a nombre de la colectividad roja, se alegre del revés jurídico en el desarrollo de su congreso nacional”, dijo.
“El doctor Julio Enrique Ortiz, para tener alguna vigencia, se la pasa tomando tinto con los demandantes, creyendo que esto le da notoriedad. En esa misma dirección mediática, en cada elección es precandidato para algo y nunca en las urnas. Además, inventándose especulativos nombres de movimientos políticos los utiliza en vísperas de elecciones fungiendo de ‘lentejo’ en busca de cunchos burocráticos”, contraatacó.
Enfatizó que “en ninguna parte del país se oyen voces distintas a la oficialidad de la colectividad diferente a los cuatro reiterativos demandantes con quienes el doctor Ortiz Cuenca tiene contactos en busca de audiencia acá en la región”.
Los dos dirigentes rompieron relaciones en la campaña electoral pasada, cuando el exministro prefirió apoyar la aspiración a la gobernación del conservador Carlos Ramiro Chávarro y no apoyar dar el aval a Ortiz Cuenca, entonces precandidato del liberalismo, quien optó irse en disidencia con el hoy gobernador Carlos Julio González Villa.
Legitimidad de los estatutos
Villalba explicó que en 2002 el Partido desarrolló unos estatutos, con una organización muy grande, en la que se creó un sinnúmero de secretarías sociales, y “el pecado grande” fue que le asignaron altísimas remuneraciones a quienes ocuparon esos cargos, gastando gran parte de los recursos de la colectividad.
Recordó que cuando Rafael Pardo asumió la dirección del Partido, propuso un cambio estatutario para corregir el error, para lo cual convocó el Congreso de 2009: “Desde ese momento todos estos exburócratas del Partido semanalmente bombardean a la organización de la colectividad con acciones legales”.
A mediados de 2015, el Consejo de Estado tumbó los estatutos de 2009 y ordenó a la colectividad adaptarse a los estatutos de 2002 y a la Ley 1475 de 2011 (Ley Electoral).
“La Dirección lo ha venido haciendo, y el Huila es testigo de que, ceñido a esta orden, hicimos todo el procedimiento democrático en el que voluntariamente los candidatos del sector abierto y social se inscribían y después, en las urnas, se eligieron para que participaran en las asambleas municipales y departamentales, igual que los del sector político. Y se cumplió, con todo rigor, el proceso que terminaba el 14 y 15 de este mes en el gran Congreso en Bogotá”, explicó Villalba.
Pero en desarrollo del Congreso, un Magistrado del Tribunal de Cundinamarca, ordenó suspender el mismo con una medida cautelar, aduciendo que no se habían cumplido con algunos pasos previos.
Para el senador huilense “lo destacado es que el Partido movilizó las bases de la colectividad. Todos los dirigentes acudieron a la convocatoria con las distintas asambleas luego de la elección popular en la que participaron más de 300 mil afiliados. Y el Congreso Nacional estuvo precedido del congreso programático, congreso de los sectores sociales, de mujeres, de jóvenes, donde participaron los delegados en un número superior a mil representantes de todo el país”.
Con base a lo expuesto, para Villalba, el liberalismo volvió a ser la primera fuerza política del país y está transitando hacia la recuperación del sitial que le corresponde, reencontrándose con su acervo ideológico y su vocación de poder. “Aspiramos a superar este incidente jurídico y seguir la marcha que merece la colectividad roja”, manifestó.