El éxito de La riqueza de las naciones entre hombres de negocios y políticos fue muy grande pues vieron en Smith a su ideólogo: habló con la voz de los industriales que ansiaban la terminación de todas las restricciones al mercado y la oferta de trabajo, restos del régimen del capital comercial y de los intereses de los terratenientes. Además les dio la confianza en que su deseo de lucro ya no sería visto como egoísta.
Desapareció también la idea según la cual el comercio era pecaminoso o indigno de un caballero, rezagos de ideas platónicas y religiosas. El hombre de negocios se convirtió “en teoría, en lo que ya era en la práctica: el director del orden económico y político”[1].
El ataque fundamental de Smith se dirigió contra la situación privilegiada de quienes constituían los obstáculos más fuertes al desarrollo del capitalismo industrial. Al contribuir a la creación de una estructura económica en donde sólo era posible la preeminencia de la iniciativa privada, que en su ejercicio aportaría al bien de la sociedad en su conjunto, preconizó Smith con enorme habilidad la identificación de los intereses particulares con los generales, lo cual implicaba la existencia de armonía entre los intereses de los individuos y los de las clases. Tal armonía sólo podía ser perturbada por la adquisición de privilegios (prácticas monopolistas) provenientes de las instituciones sociales o de acciones políticas contrarias a la ley natural.
La creencia en el orden natural llevó a Smith a criticar la intervención del Estado, pero en ningún momento dudó del carácter compatible de la armonía social con la propiedad privada. En este contexto declaró: “El gobierno civil, en la medida en que está instituido para defender la propiedad, en realidad está instituido para defender al rico contra el pobre, o a los que tienen alguna propiedad contra los que no tienen ninguna”.
Tampoco temía que la existencia de la propiedad privada o las grandes desigualdades en su distribución pudieran ocasionar alguna perturbación de la armonía natural. En otros términos, no creía en la posibilidad de la revolución surgida desde aquellos que no tenían propiedad privada.
Toda la doctrina del liberalismo económico de Smith prendió rápidamente en Inglaterra, pues se trataba del país capitalista más avanzado del mundo que con un gran capital acumulado se disponía a obtener y consolidar su HEGEMONÍA INDUSTRIAL sobre el resto del mundo.
Su teoría del valor es difícil precisarla como advierte Eric Roll[2], porque en La riqueza de las naciones se dan diferentes sentidos. Presentaremos el más común: para Smith el trabajo es la fuente y origen de toda riqueza (TEORÍA DEL VALOR-TRABAJO). Al examinar el aspecto social de la misma sostiene que la riqueza de una nación dependerá de dos condiciones:
1. El grado de productividad del trabajo al cual se debe.
2. La cantidad de trabajo útil o trabajo productor de riqueza que se emplee.
A su vez el examen de la primera condición lo conduce a estudiar la división del trabajo, el cambio, el dinero y la distribución.
Para Smith la división del trabajo es la causa principal de la productividad creciente del mismo y depende de uno de los móviles que rigen la conducta humana: la tendencia al trueque, es decir, a cambiar una cosa por otra. Aquí relievó la influencia del mercado sobre la productividad a fin de demostrar que el libre comercio es un requisito previo para el desarrollo de la capacidad productiva, y no sólo para el pleno uso de la capacidad de producción existente.
Pasa después al análisis de los elementos determinantes del grado de división del trabajo y concluye que está limitado por la extensión del mercado.
Antes de iniciar el análisis del valor distingue dos usos del término:
1. El VALOR EN USO: la utilidad de un objeto particular.
2. El VALOR EN CAMBIO: la capacidad de un objeto para comprar otros bienes. Se divide en tres partes.
2.1 ¿Cuál es la medida del “valor en cambio” de las mercancías, es decir, su precio real o natural?
2.2 ¿Cuáles son las partes constitutivas de ese precio real o natural?
2.3 ¿Cómo nacen de su precio natural las modificaciones del precio en el mercado de las mercancías?
En resumen su teoría del valor descansa en la teoría del valor- trabajo. Se atuvo a ella de forma estricta en su estudio del producto excedente, base de toda ganancia. Sin embargo, como comenta Samuelson, Smith “abandonó una teoría del valor simple y dogmático, basada en el trabajo, para descomponer el precio en sus componentes o agregados diferenciados –salario, interés y beneficio, y renta de la tierra -, obligado por los hechos”[3].