A los adolescentes en Estados Unidos les encantan las aplicaciones para dispositivos móviles, pero muchos las desactivan por temores sobre su privacidad y el rastreo de su ubicación, indicó una investigación publicada este jueves.
Un estudio del Pew Research Center encontró que el 58% de los adolescentes estadounidenses encuestados habían descargado aplicaciones para sus celulares o tabletas, pero la mitad de los usuarios evitaban su uso debido a preocupaciones sobre la privacidad.
La encuesta, realizada junto con el Centro Berkman para Internet y Sociedad de la Universidad de Harvard reveló que el 26% de los adolescentes usuarios de aplicaciones había desactivado una aplicación al enterarse de que recogía información personal que no quería compartir.
Casi la mitad de los usuarios de aplicaciones han desactivado la función de rastreo de ubicaciones en su teléfono celular o en una aplicación por preocupaciones por la privacidad de su información, indicó Pew.
"Los adolescentes usuarios de aplicaciones de entre 12 y 13 años, tienen más probabilidades que los adolescentes usuarios de aplicaciones de entre 14 y 17 años de decir que han evitado aplicaciones debido a preocupaciones por el intercambio de información personal", escribieron los investigadores.
"Los varones y las mujeres tienen las mismas probabilidades de evitar ciertas aplicaciones por estas razones. No hay pautas claras de variación de acuerdo con los ingresos de los padres, el nivel de educación o la raza y el origen étnico", agregó.
Sin embargo, la encuesta detectó que las mujeres son mucho más propensas que los varones – 59 a 37% – a decir que han deshabilitado las funciones de seguimiento de ubicación.
Según los investigadores, los adolescentes pueden estar preocupados no sólo por el seguimiento de los anunciantes y las empresas, sino de sus propios padres. Una encuesta de 2009 de Pew indicó que la mitad de los padres de los propietarios de teléfonos celulares adolescentes dijeron haber utilizado el teléfono para controlar la ubicación de sus hijos.
Entre los adolescentes estadounidenses, el 78% tiene un teléfono celular y el 23% una tableta, mientras que el 82% tiene al menos uno de estos dispositivos móviles.