Los diálogos de paz entre el Gobierno Nacional y las Farc están temporalmente suspendidos pero no rotos. El rifi rafe que se registró por la “pausa” unilateral declarada por la delegación de las Farc no es un incidente grave que pueda interpretarse como ruptura, como muchos lo interpretaron y como seguramente, algunos sectores radicales quisieran que ocurriera.
El incidente, como bien lo interpretó inicialmente el propio presidente Santos, es “normal y legítimo”, en un proceso de negociación donde aflorarán temas más espinosos y de mayor calado. Y más cuando el mismo tema de garantías, clave para la reinserción de las Farc a la vida civil, en caso de un acuerdo, no ha comenzado en firme, como lo advirtió categóricamente el jefe negociador Humberto De la Calle.
El mecanismo de refrendación sigue en la agenda como un punto inevitable para firmar el acuerdo. Aunque las Farc han insistido en una constituyente, la propuesta no es un inamovible. En este campo, el gobierno insiste en un referendo y se anticipó a revisar el mecanismo, preparando el terreno para lo que se viene.
Según De la Calle, la responsabilidad del Gobierno es prever las condiciones para que los acuerdos sobre refrendación se puedan poner en marcha a tiempo.
El proyecto de ley estatutaria presentado al Congreso no convoca un eventual referendo, ni determina su contenido, según De la Calle. La eventual concreción de este o cualquier mecanismo depende de lo que las delegaciones acuerden en La Habana. Ese es el secreto. El Gobierno solo pretende levantar las limitaciones previstas en la ley de participación ciudadana y ahorrar tiempo en caso de lograrse un acuerdo para poder aplicarse sin inconvenientes y en forma expedita.
De eso se trata. Sin embargo, el presidente Santos, afectado por una inoportuna influencia mediática, reversó su posición y llamó a los negociadores para evaluar la “pausa”, cuando las propias Farc ya habían anunciado que retornarían a la mesa de negociación el próximo lunes. Cualquier demora dependerá ahora del Gobierno, que pone las condiciones, según el Jefe del Estado.
Y con seguridad que no pasará nada. Esta semana deberá recomenzar el proceso, mientras en Congreso avanzará en el estudio de la Ley Estatutaria, como lo aseguró el senador huilense Hernán Andrade, único coordinador ponente. Y de paso, el incidente servirá para agilizar las negociaciones. Las diferencias son normales y legítimas, y con mayor razón cuando se trata de un tema tan crucial y definitivo para la paz del país. El suspenso, seguramente, también le servirá a las Farc para reflexionar sobre el mecanismo de refrendación, cuando se debate el punto sexto de la agenda. El reloj de la paz está corriendo.
“Las diferencias son normales y legítimas, y con mayor razón, cuando se trata de un tema tan crucial y definitivo para la paz del país”.
EDITORIALITO
Sensata la decisión de los cafeteros de confirmar su decisión de no regresar al paro, confiando en que el gobierno atenderá sus reclamos. Hay que dar un compás de espera y no sucumbir ante las presiones de politiqueros que quieren sacar tajada electoral de la problemática. Sensata también la posición de los camioneros de protestar civilizadamente, sin bloqueos.
