Así lo afirmó, el huilense Jorge Fernando Perdomo quien el martes de la próxima semana se posesionará como presidente de la Dimayor, una de las instituciones más importantes del fútbol colombiano. En diálogo con LA NACIÓN, el dirigente deportivo habló de sus principales retos, en los que destacó el fútbol como el vehículo para facilitar el postconflicto, la puesta en cintura de las barras bravas, cómo blindará la institución de la corrupción y el cierre de la brecha de desigualdad entre los clubes.
Uno de los cargos más apetecidos en el país, y con bastantes pujas a la hora de elegir el candidato, es la presidencia de la Dimayor. Los poderes del fútbol y las discrepancias entre los diferentes clubes, se hacen más notoria cuando se trata de proveer el cargo. Sin embargo, en esta oportunidad el panorama es diferente, el turno le correspondió al huilense Jorge Fernando Perdomo, dando fin a históricas controversias al ser elegido por unanimidad.
Perdomo, abogado de profesión fue reconocido por su importante trayectoria en el Comité Ejecutivo de Fedefútbol, su trabajo desde la Presidencia del Atlético Huila hace 10 años y sus importantes resultados gerenciales desde otros cargos directivos, como la presidencia del Club Campestre, la presidencia en la Junta directiva de la Cámara de Comercio de Neiva, entre otros.
Usted habló estos días de sus aspiraciones a la Presidencia de la Dimayor, hoy ya es el titular del cargo. ¿Cómo la recibe?
Muy complacido por el unánime respaldo que me brindaron todos los presidentes de los equipos de fútbol profesional, que históricamente no se veía esa situación. Siempre era una confrontación con dos o tres candidatos y aquí logré la unanimidad, lo que significa una gran confianza, un gran respaldo de la dirigencia y por supuesto, una mayor responsabilidad.
¿Fácil o difícil alcanzar esa dignidad?
No fue fácil, pero tampoco fue tan difícil. Y creo que todo este tiempo que he estado en el fútbol he venido construyendo, confianza, credibilidad con base en haber obrado siempre con absoluta seriedad y transparencia. Y existiendo otras posibilidades en el escenario, los presidentes privilegiaron mi nombre, porque los presidentes me vieron siempre al servicio del fútbol y sin ningún interés particular sino en el interés general para los presidentes de los clubes y creo que eso allanó mi camino.
Usted es una de esas personas que hoy puede decir, ¿perder es ganar un poco?
Si. Porque cuando perdí las elecciones en el 2011 para la Gobernación, digo que gracias a Dios perdí, porque si no hubiera perdido esa Gobernación, seguramente estaría en el escenario y lo reconozco que me resulta ajeno y exótico porque nunca he sido político, siempre estuve en el sector privado y quise hacer un ejercicio en la política pensando en que podía llegar y felizmente puedo decir que fui derrotado y eso, me tiene en estos momentos como presidente de la Dimayor.
Para nadie es desconocido los enfrentamientos en su momento del Presidente de la Federación Luis Bedoya y Ramón Jesurun en la Dimayor, ¿Cómo es su relación con el nuevo presidente de la FCF?
Sí. Eso se evidenció en varias circunstancias. Aquí el tema es distinto, cuando Ramón Jesurun se postula como presidente de la Federación hace nueve años, yo fui jefe de debate y un amigo permanente de Jesurun y por supuesto, nuestro accionar estuvo identificado desde el punto de vista metodológico, de principios, con objetivos y ahora, eso va a facilitar esta relación. Claro aquí cada administración lleva su impronta pero va a ver una relación muy fluida entre los dos entes rectores del fútbol.
¿Sería una de las formas de blindar el fútbol de todos estos escándalos de corrupción?
Yo creo. Más que todo ahora después de esta crisis de confianza, por los temas de corrupción en FIFA-Gate, el señor Blatter, el señor Platini, del que fue sujeto Bedoya, es muy importante enviar un mensaje a la opinión pública, al Gobierno nacional, a los hinchas, a todo el mundo, de que el fútbol está unido; por eso, salir escogido por unanimidad significaba construir un mensaje de transparencia y de honestidad, y que el fútbol deje de tener esa estrella negra. Hay un estudio del Ministerio de Educación y otras entidades, donde se afirma que al 97% de los colombianos, les impacta el fútbol, imagínese esa cifra tan impresionante, por ello, hay que obrar con responsabilidad. Voy a reformar profundamente los estatutos y reglamentos de la Dimayor para que haya una hoja de ruta clara, para que se conozcan los deberes, las obligaciones, las limitaciones y he dicho que al interior de la organización se debe adoptar un código de ética y buen gobierno, para que todo el accionar esté ligado a éste.
¿Cómo enfrentará los poderes, los intereses particulares?
Yo soy consciente que no puedo llegar y pasar sin pena, ni gloria. Yo soy consciente que el fútbol ha cambiado mucho, hace 20 y 30 años estuvo permeado por el narcotráfico, lo sabemos todos. Se compraba, se mataban dirigentes, árbitros, eso ya ha sido superado. Hoy hay una dirigencia más responsable, hace 10 años cuando fui presidente del club Atlético Huila, recuerdo que en esa época existía una doble contratación; es decir, usted se gana 10 millones y lo hacemos por 1 millón, existía morosidad en el pago de parafiscales, de la salud, todo esto ha evolucionado mucho para bien. Si uno no traza metas, no se va a llegar nunca al lugar ideal.
¿Cuáles son los retos desde la Presidencia de la Dimayor?
La transparencia es la número uno, para mejorar la opinión ante el sector público y privado; seguir consiguiendo recursos es el número dos, para el mejor estar de los Clubes, recursos que serán con destinación específica que estarán dedicados a los clubes de la B en el torneo, para que no exista esa asimetría entre la A y la B, para que los clubes tengan sus propias sedes, sus propias canchas para la formación del talento humano. El número tres, es un tema que para mí es fundamental dentro su responsabilidad social y es que el fútbol debe ser preponderante en el posconflicto que se avecina, soy convencido que el proceso de paz llegará a un feliz término pactándose entre el gobierno y la guerrilla, pero ahí va a estar toda la sociedad para construir la concordia entre los colombianos, y nosotros conociendo que el fútbol impacta el 97% de los colombianos somos pieza clave en este proceso.
¿Cómo podría ser el fútbol clave en el postconflicto?
Yo tengo experiencias muy concretas como la de Alemania después de la segunda guerra mundial, que quedó dividido en dos sectores y después de la caída del muro de Berlín, la Federación Alemana de Fútbol con el Gobierno Alemán, convirtieron el fútbol en el vehículo para la reconstrucción de la concordia de los alemanes. El otro caso fue el de Sudáfrica, en donde Nelson Mandela para poner fin al Apartheid, utilizó el deporte nacional de los sudafricanos que es el rugby, y con base en ese vehículo logró en el campeonato mundial de rugby en Johannesburgo, armonizar a todos los sudafricanos en torno a propósitos comunes. El fútbol podrá unir los colombianos, armonizar los colombianos, el fútbol va a lograr facilitar el postconflicto, porque si difícil ha sido pactar la paz, mucho más va a ser el postconflicto y esa es nuestra responsabilidad social.
¿Las barras bravas es un tema complejo en el país?
Es uno de los puntos fundamentales en mis retos. El fútbol es un espectáculo que convoca a todo el universo, desde los niños, hasta los jóvenes y los adultos quieren ir a fútbol, pero no van porque no se sienten seguros en un estadio, en un escenario deportivo por las barras bravas. Yo mismo lo tuve que vivir cuando era presidente del Atlético Huila, yo veía como los padres corrían con sus hijos porque las barras bravas se enfrentaban unas con otras, eso no puede ser. Yo soy convencido que las barras bravas en su mayoría son unos desadaptados, delincuentes que se ponen una camiseta para expresar su desafuero en una cancha de fútbol, en un estadio y por supuesto, en su entorno. Nuestra prioridad es buscar que los clubes que ya es una obligación establecida, carnetice a todos los hinchas bravas, para que con ayudas tecnológicas como lo hizo Inglaterra con los ‘hooligans’ y Alemania, podamos identificar quiénes son los autores de esos desafueros y vetarlos de por vida en estos escenarios en donde se practica el fútbol. Además, contar con el concurso de la policía nacional y las autoridades, para evitar que el entorno fuera de la cancha como sucedió con Millonarios en Bogotá, en Cali con América, se sigan presentando estos eventos que perturban la tranquilidad pública y que se ha convertido en un problema para los vecinos de los estadios cada vez que hay un partido de alto riesgo, porque terminan con la ciudad, a esto hay que ‘ponerle coto’.
¿Qué viene para el Atlético Huila con Usted a la cabeza de la Dimayor?
Estoy tranquilo, convencido que este equipo está bien dirigido, que tiene un presidente que es ejemplar ante el fútbol colombiano, que viene haciendo las cosas bien, que ha generado una transformación, que tiene sedes deportivas con varias canchas y está formando el talento humano, es un presidente que está arriesgando su propio patrimonio para construir región, estoy seguro que solucionado el tema del estadio Guillermo Plazas Alcid, para que el Atlético Huila pueda volver a jugar como local, que es una de sus fortalezas verán sus mejores juegos.
¿En materia de financiamiento, recursos para el Club Atlético Huila?
No se pueden generar casos en particular, hay que generar recursos para todos los equipos colombianos, aquí yo hablo en general, el Tolima, el Huila, Millonarios, encuadro a todos, para gestionar los recursos.
¿Pero su corazón estará en el Atlético Huila?
(Risas). En mi corazón desde luego, pero ahí puedo ser un orientador, gestionador y hacer lobby ante las entidades nacionales para que este estadio que me dicen va a quedar inconcluso con los recursos actuales, pueda tener un apoyo del Gobierno Nacional para que la obra termine.
¿Habrá novedades en el fútbol colombiano para el 2016?
El torneo quedó establecido en la misma modalidad y formato que se jugó este año.
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“Voy a reformar profundamente los estatutos y reglamentos de la Dimayor para que haya una hoja de ruta clara, para que se conozcan los deberes, las obligaciones, las limitaciones”.
“Yo soy convencido que las barras bravas en su mayoría son unos desadaptados, delincuentes que se ponen una camiseta para expresar su desafuero en una cancha de fútbol, en un estadio y por supuesto, en su entorno”.