La guerrilla de las FARC lanzó seis "propuestas mínimas" para la "participación social y popular" en el diseño de la política económica en Colombia, que contemplan que el banco central promueva el crecimiento y el empleo, aparte de controlar la inflación.
La guerrilla -que negocia un acuerdo de paz con el gobierno en La Habana desde noviembre de 2012 para acabar un conflicto armado de casi medio siglo- dijo que los "procesos de planeación (deben ser) democráticos y con participación social y popular", aunque no propuso medidas de corte estatista.
"El mandato constitucional al Banco de la República de preservar el poder adquisitivo de la moneda será ampliado para incluir su compromiso con el crecimiento y el desarrollo económicos y la generación de empleo", dijo el grupo rebelde en un comunicado leído a la prensa por el dirigente Rodrigo Granda.
Afirmó que el banco central debe ser reformado porque ahora está concebido "principalmente para responder a los requerimientos de garantía de los organismos multilaterales y de las calificadoras de riesgo para el pago del servicio de la deuda pública y de control de la inflación".
Las FARC también propusieron que haya "participación social y popular en los organismos del CONPES (Consejo Nacional de Política Económica y Social), del CONFIS (Consejo Superior de Política Fiscal) y de la Junta Directiva del Banco de la República".
"En el caso de la Junta Directiva del Banco de la República, al menos uno de sus integrantes deberá ser elegido democráticamente de candidatos postulados por los trabajadores organizados, las comunidades campesinas, indígenas y afrodescendientes", expresó la guerrilla.
Las delegaciones de paz de las FARC y el gobierno anunciaron el lunes que pidieron organizar un foro ciudadano sobre drogas ilícitas, enviando una señal de que están próximas a cerrar el tema de participación política, que actualmente discuten, para pasar al siguiente punto de la agenda (de cinco puntos).
Ambas partes consensuaron en mayo el primer punto sobre desarrollo agrario.
La delegación del gobierno no hizo declaraciones a su llegada al Palacio de las Convenciones de La Habana, sede de los diálogos.
