La protesta que realizan campesinos desde el 19 de agosto en reclamo de ayudas económicas derivó en disturbios en dos localidades próximas a Bogotá, mientras el gobierno busca desactivar las manifestaciones mediante un diálogo con líderes de algunos sectores del campo.
Los disturbios y cierres de los accesos a Bogotá se presentaron en la mañana de hoy y la noche de ayer, en los municipios de La Calera y Facatativá, respectivamente.
En La Calera, manifestantes detuvieron cinco vehículos de carga pesada y les pincharon los neumáticos, impidiendo el tránsito a una hora en que numerosas personas suelen desplazarse hacia Bogotá, según la Policía.
Agricultores también cortaron la ruta, de acuerdo con el alcalde de la población, Ricardo Venegas. El tránsito fue restablecido por la Policía.
El gobierno del presidente Juan Manuel Santos inició ayer diálogos con cultivadores -especialmente de papa- de tres departamentos (Boyacá, Cundinamarca y Nariño), pero los líderes del paro advierten que éste se mantendrá mientras no haya una mesa de negociación nacional con todos los sectores.
Los incidentes en La Calera se sumaron a desórdenes registrados anoche en Facatativá, donde decenas de personas atacaron la alcaldía local y saquearon una docena de comercios, desatándose enfrentamientos con la Policía.
Los disturbios llevaron a declarar el toque de queda en el municipio, señaló a periodistas su alcalde, Orlando Buitrago, quien reportó la detención de varios menores de edad.
En otras localidades vecinas a Bogotá, como Sibaté, Usme y Zipaquirá, se han registrado bloqueos de vías y choques entre manifestantes y agentes en el marco de las movilizaciones de agricultores en los últimos días.
Mientras, en una veintena de ciudades, entre estas Bogotá, se han presentado desde el lunes cacerolazos en respaldo al paro, en el que según sus organizadores participan unas 200.000 personas que mantienen cortes de vías en una decena de departamentos. Esas demostraciones se han desarrollado pacíficamente.
Las protestas dejan como saldo un civil y un policía muertos en medio de los bloqueos, mientras que dos personas fallecieron luego de que las ambulancias que los transportaban a hospitales quedaron atrapadas en concentraciones.
Otro hombre murió el lunes durante una concentración en Fusagasugá por causas aún no establecidas, en tanto que al menos 160 policías y dos centenares de manifestantes han resultado heridos, según informes de ambas partes.
Los organizadores del paro reportan, además, unos 250 detenidos, incluido uno de sus líderes.
