El destacado ambientalista Andrés Hurtado García, lanzó una alerta sobre el futuro que le espera a uno de los proyectos particulares más interesantes en materia ambiental que haya tenido Colombia: la Reserva Meremberg, en los límites de Huila y Cauca, de propiedad privada pero sin duda ninguna un territorio de interés general que debiera, y mucho más ahora, estar bajo la propiedad, el control y la protección del Estado. Según Hurtado, es sombrío el futuro para la Reserva si se pone en práctica el anuncio comercial de los herederos de Gunther y Mechtild, la pareja de esposos alemanes que, incluso pagando el altísimo costo de la vida de Mechtild – asesinada por despiadados cazadores – cuidaron de la reserva durante varias décadas, siguiendo la tarea iniciada por el padre de Metchild, el señor Karl Kohlsdorf en los años 30. Pues han dicho los herederos, mostrando poco interés por la conservación de ese tesoro ambiental y natural, que han decidido poner en venta la reserva alegando expresamente que puede servir para agricultura, ganadería y también para ecoturismo.
Como lo plantea Hurtado, los conocedores del tema y los defensores de la riqueza natural y de la biodiversidad están aterrados e indignados, puesto que vender la Reserva Meremberg para agricultura y ganadería, las dos actividades que, mal manejadas, en nuestro país suelen ser la muerte de los ecosistemas. Y que, por otra parte, un espacio dedicado a la conservación no puede en forma alguna, no y mil veces no, soportar actividades agrícolas y menos ganaderas.
Y bien vale tomar con toda seriedad el llamado hecho por el ecologista a las autoridades del Huila para que se considere, bajo un riguroso análisis, la conveniencia de que sea el Estado el que adquiera bajo compra la Reserva Meremberg, para evitar tanto su control bajo nuevas manos privadas como el ya latente peligro de que sus áreas conservadas durante más de 80 años se conviertan en zona de pastoreo o se destruyan para cultivar.
Está planteado el asunto para que todos los responsables oficiales analicen desde ya esta propuesta del profesor Hurtado: ¿pueden la Gobernación del Huila, la sociedad opita, Parques Nacionales, la CAM, el Instituto Humboldt y el Gobierno Nacional hacer algo al respecto para salvar la primera reserva nacional creada por unos extranjeros?
Son no más de 300 hectáreas, un área mínima comparada con la extensión de tantos otros bosques y parques naturales del país, pero su permanencia como zona libre de actividades productivas o extractivas la hace particularmente interesante en términos biológicos y ecológicos. Y seguramente, por esa extensión menor, su valor no estará lejos de los presupuestos públicos.
Esta riqueza natural, a 50 kilómetros de La Plata, a un lado del cañón del río San Francisco, refugio de cóndores, ya costó una vida, la de la enfermera Matilda Mechthild, esposa y compañera de lucha del ex soldado de la II Guerra Gunther Büch, quien murió a finales de 2012. Mejor homenaje no se les podría tributar.
“…Vender la Reserva Meremberg para agricultura y ganadería, las dos actividades que, mal manejadas, en nuestro país suelen ser la muerte de los ecosistemas”.
Editorialito
Nuevamente, un grupo de encapuchados, armaron el desorden en la Universidad Surcolombiana, causando graves destrozos: una bodega incendiada, la cafetería de docentes, otro salón en el cuarto pizo, un molinete y varios baños. ¿Quién responderá por los daños causados por los vándalos?