BRUSELAS (AFP) – Los dirigentes de la Unión Europea (UE) dieron los últimos pasos para entregar en los próximas días los fondos de rescate a Grecia, en una cumbre en Bruselas en la que debaten medidas para impulsar el crecimiento en medio de la austeridad. BRUSELAS (AFP) – Los dirigentes de la Unión Europea (UE) dieron los últimos pasos para entregar en los próximas días los fondos de rescate a Grecia, en una cumbre en Bruselas en la que debaten medidas para impulsar el crecimiento en medio de la austeridad. “Grecia cumplió con las medidas que le habíamos pedido”, aseguró el jefe del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker, al margen de la cumbre de los jefes de Estado y de Gobierno de la UE. Pero la entrega del rescate a Grecia depende del resultado de la quita de su deuda, advirtió Juncker. “El éxito de una operación de canje de deuda con elevada participación (del sector privado) y un informe final positivo del paquete total de medidas previas adoptadas por Grecia” son condiciones “necesarias” para la entrega de los fondos, dijo en un comunicado. Pocos días atrás, el Eurogrupo dio a Atenas hasta finales de febrero para aprobar una batería de medidas antes de comenzar a transferirle los fondos de rescate pactados de 130.000 millones de euros. La operación de canje de bonos griegos en manos del sector privado se lanzó el 24 de febrero y está previsto que los resultados se conozcan el 8 de marzo. Esta operación sin precedentes en la historia financiera, pretende reducir en un 53,5% la deuda en manos de bancos, compañías de seguros o fondos de inversión para aliviar el peso del conjunto de la deuda griega (privada y pública) que se eleva a 350.000 millones de euros. Grecia necesita recibir el rescate internacional antes del próximo 20 de marzo para poder hacer frente al vencimiento de 14.500 millones de euros en bonos. “No voy a decir que hemos salido, pero sí hemos dado una vuelta a la página de la crisis”, declaró en una conferencia de prensa el presidente de la Unión Europea, Herman Van Rompuy. “Esto se ve en los mercados de deuda”, añadió. Los dirigentes de la UE debaten durante dos días medidas para impulsar el crecimiento en un continente que cerrará el año en recesión, según los últimos pronósticos, y azotado por el desempleo, que alcanzó el récord histórico del 10,7% en el bloque de los 17 países de la Eurozona. El problema es que Europa no logra ponerse de acuerdo sobre las vías para impulsar el crecimiento. La UE “consagró en estos últimos meses su atención a la estabilidad financiera”, destacó el mandatario belga, Elio di Rupo. Pero las opiniones de los Veintisiete son “muy diferentes”, señaló el primer ministro al evocar por un lado al eje franco-alemán y por otro las recetas económicas que pregonan doce países. “Si bien las metas son las mismas, las vías para alcanzar los objetivos son completamente diferentes”, estimó el primer ministro de Bélgica. Doce países, entre los que se encuentra España, enviaron una carta dirigida al presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, y a Barroso, para pedir “un fuerte estímulo con señales concretas para impulsar el crecimiento europeo”. Así, España intentó obtener aliados para revisar las metas de déficit para 2012 ante los datos cada vez más sombríos, sobre todo en los países periféricos que han emprendido las draconianas medidas de austeridad exigidas por Bruselas. Los europeos postergaron para fines de marzo el debate sobre un refuerzo del Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE), para darle más tiempo a Alemania, primera economía y contribuyente europea, que cree que no hay urgencia en darle más vigor a este cortafuegos, pese a la presión de la comunidad internacional y del Fondo Monetario Internacional (FMI). Los dirigentes europeos prevén que este mecanismo permanente entre en vigor en julio con una capacidad de préstamo de 500.000 millones de euros, sustituyendo al provisional Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF). Pero la idea es aumentar su capacidad hasta los 750.000 millones de euros y darle competencias para invertir en el mercado de deuda o recapitalizar la fragilizada banca europea. De todas maneras, todos los dirigentes europeos están seguros de que Alemania terminará cediendo. Sobre todo, tras la firma el viernes de un duro pacto de conducta fiscal para Europa que obligará a los firmantes a incorporar en su legislación una “regla de oro” del equilibrio presupuestario, y sancionará a los infractores. La canciller alemana Angela Merkel y el presidente francés Nicolás Sarkozy.