El Huila ha perdido a dos grandes gestores de la cultura, el arte y el folclor, promotores y líderes de la preservación de lo mejor de las tradiciones opitas.
Doña María Eva Montealegre y el maestro Alfonso Orozco han partido dejando no solo dolor entre los suyos sino, y sobre todo, un gran legado en el rescate de la identidad cultural.
A los 85 años de edad se fue doña María Eva Montealegre, un personaje inseparable de las fiestas sampedrinas, como quiera que comenzó su vinculación incluso antes de que se oficializaran, y lo hizo por vocación, por amor a su tierra, sin interés distinto al de vivir a flor de piel lo que mandaba la tradición. “Cuando uno pasaba en las casas le daban asado, chicha, aguardiente, lo que uno quisiera”, contaba la abuela hace apenas unos meses volviendo su memoria a los inicios de su comparsa en los años cincuenta.
María Eva pasará a la historia regional con sus muñecos gigantes de Taitapuro y Mamapura, a quienes les daba vida en cada uno de los desfiles; tan fuerte era su amor que su familia toda, de 14 hijos y otros cerca de 70 descendientes, son hoy parte integral y continuarán la tarea mediante la Agrupación Folclórica Mitos Huilenses, añadiendo figuras de los mitos El Mohán, El Poira y La Madre Monte. Doña María Eva es otro de los grandes personajes más autóctonos opitas, de la estirpe de Rumichaca, que hace varios años partió, o doña Luz Estela Luna quien pasa sus últimos días lejos de este terruño al que ella tanto ha amado y defendido.
Y se ha ido, quizá muy temprano por la edad pero con un largo recorrido, a sus 57 años de edad el maestro del teatro Alfonso Orozco, un ser ejemplar y dedicado a la formación artística y cultural en el Huila; un hombre apasionado por el arte de la representación. Desde muy joven, cuando estudiaba en Bogotá y fundó un pequeño grupo llamado Los Tres Mosqueteros, hasta su consolidación con su obra mayor, Casatheus, Alfonso hizo de las tablas su vida y su familia. Un hombre incansable y comprometido hasta los tuétanos con la cultura como el oxígeno y el impulso vital.
Y protagonizó diversas luchas, como conseguir que los gobiernos territoriales cofinanciaran el programa de concertación del Ministerio de Cultura para el apoyo a salas de teatro, institucionalizó el Festival de Internacional de Teatro Infantil Güipas y fundó una escuela artística para niños en el barrio Las Camelias. Igualmente fundador de la Red Colombia de Productores Culturales; al momento de su muerte se desempeñaba como presidente de la Red Colombia de Productores Culturales por la Infancia y consejero Territorial de Planeación de la ciudad de Neiva.
Dos personas que hicieron de su vida el mejor ejemplo para las nuevas generaciones que, imbuidas en la tecnología y el acelere, olvidan muy temprano de dónde y cómo somos. Paz en las tumbas de María Eva y Alfonso Orozco.
“Doña María Eva Montealegre y el maestro Alfonso Orozco han partido dejando no solo dolor entre los suyos sino, y sobre todo, un gran legado en el rescate de la identidad cultural”.
EDITORIALITO
La Alcaldía de Neiva entregó ayer “Historia Comprehensiva de Neiva”, una de las más completas colecciones sobre la historia regional. Los cinco volúmenes, escritos por 58 investigadores, representan un valioso aporte académico sobre nuestro pasado reciente. La colección, apoyada por LA NACIÓN y la Editorial Surcolombiana, será una indiscutible obra de consulta que no podrá faltar en las bibliotecas públicas y particulares.
