Una tasa promedio de 1.500 hectáreas anuales registra el Huila en tala de bosques. Según la CAM entre los años 2001 y 2007 el Huila ha perdido 10.700 hectáreas de cobertura boscosa, aunque otras mediciones como del Ideam ubican la cifra en la mitad de ésta que, en cualquier caso, sigue siendo altamente preocupante.
Y claro que no es asunto exclusivo ni singular del Huila; el mundo en general está perdiendo sus zonas boscosas que, en una época reciente del planeta ocupaban la mitad de la superficie terrestre pero, en aras del desarrollo, del progreso y del crecimiento incontenible de población, los hemos reducido a niveles que hoy ponen en riesgo a mediano plazo la existencia de la misma raza humana. Y aunque se cuenta aún con unas 3.800 millones de hectáreas, año tras año se están destruyendo 14,2 millones de hectáreas a causa de la deforestación y sólo se plantan 5,2 millones, lo cual implica una disminución neta de 9,4 millones de hectáreas. Suena absurdo pero así es: ya se ha perdido la mitad del total de la masa forestal mundial, y sólo tenemos bajo protección menos del 6% de los bosques del mundo.
Y detrás de la caída de cada árbol y bosque hay un sinnúmero de plantas menores, especies animales y oxígeno para todos que también se van, convertidos en mayor contaminación, enfermedades y serios problemas para la humanidad. Ya hemos perdido cerca del 78 por ciento de los bosques primarios en tanto que el 22 por ciento restante está amenazado por la extracción de madera, la conversión a otros usos como la agricultura y la ganadería, la especulación, la minería, los grandes embalses, las carreteras y las pistas forestales, el crecimiento demográfico y el cambio climático.
Pero también ocurre que existen unos 2.000 millones de seres humanos que dependen de la leña y el carbón vegetal como fuente principal de combustible, de ahí que la tecnología y el acceso a fuentes menos contaminantes y más baratas sea la solución, pero lastimosamente ese grueso número de personas, equivalente a uno de cada tres sobre el planeta, está en los países más pobres y con menos posibilidades de acceder a esas soluciones.
Ahora, en el caso del Huila, las preocupaciones se concentran en el norte del Huila, esencialmente en Palermo, Íquira, Rivera y Santa María, donde la expansión de la frontera agrícola, el comercio de material forestal y la adecuación de socavones para la minería constituyen la fuente de la destrucción de la naturaleza, en tanto que en el occidente y centro del departamento, en La Plata, Garzón, Gigante y Suaza, hay problemas similares. Pésimo momento y peor futuro el que espera a nuestros hijos.
“Según la CAM entre los años 2001 y 2007 el Huila ha perdido 10.700 hectáreas de cobertura boscosa…”
Editorialito
Sólo con dos proponentes se cerró la licitación para entregar durante veinte años la prestación del servicio de aseo en Neiva. La convocatoria busca mejores servicios, pero también mayores tarifas. Ojalá que el modelo le garantice a la ciudad el manejo de este servicio público y no otro dolor de cabeza.