Hace mucho que el país estaba en mora de tomar severas medidas para controlar, y reprimir si fuere necesario, la enorme evasión fiscal que algunos colombianos – por supuesto de los más adinerados – ha estado practicando por décadas gracias al uso de los llamados “paraísos fiscales”, generalmente pequeñas naciones caribeñas y de las costas mediterráneas que sirven de refugio a quien no le interesa que sepan de su dinero y menos tener que pagar impuestos por ello.
Hace pocos días que el Gobierno Nacional expidió un decreto que define un listado de 44 países que serán considerados justamente como “paraísos” en materia de impuestos, poniendo en aplicación una parte importante de la reforma tributaria que se aprobó el año pasado, que estableció mecanismos severos para atacar la evasión y elusión tributarias hechas por medio de las llamadas “islas del tesoro” donde muchos esconden sus patrimonios.
Con esta medida se impone, como debió hacerse hace mucho tiempo, una retención en la fuente del 33 por ciento a las transacciones que se realicen desde Colombia hacia ese grupo de naciones, al tiempo que no podrán beneficiarse con deducción para quien paga el impuesto en el país. Y también se ha creado una tarifa del 25 por ciento para las inversiones de portafolio que provengan de dichos paraísos con destino a títulos de deuda pública. Se trata de cerrar la puerta a una evasión que, según la Dian, es de unos 15 y 20 billones de pesos anuales, mediante triangulación de operaciones de comercio exterior. Y no es un secreto en el mundo empresarial colombiano que algunas empresas para no pagar impuestos en Colombia han concretado negocios desde sus filiales en esos territorios.
Y claramente las medidas van también en la línea de cerrar el paso a otro tipo de fraude como el contrabando y el lavado de activos, que supera en varias veces lo que se produce por evasión, sumándose así Colombia a aquellas naciones que ya han creado muros legales para que los más avivatos – y más adinerados – no se beneficien de la laxitud que les permite sacar sus enormes recursos de un país y llevarlos a otro donde nadie les pide cuentas de su origen, no hacen muchas preguntas y les cobran una mínima cantidad de impuestos por guardar sus fortunas con la garantía de que el resto del mundo no se enterará.
Por ahora Colombia le apunta a 20 de las más reconocidas naciones que sirven de refugio a estos dineros oscuros, pero falta un largo trecho. Se estima que en el mundo existen entre 50 y 60 paraísos fiscales, que sirven como domicilio a más de 2 millones de sociedades en el mundo. Y en ese grupo inicial de interés para nuestro país no se incluyó a Panamá, conocido como es que allá se refugia mucha plata colombiana, pero primó en este caso la relación política con nuestro antiguo territorio. Y se cree que de los dineros escondidos en los paraísos fiscales, unos 48 mil millones de dólares pertenecen a colombianos. Sin impuestos y transparencia no hay paraíso.
“Por ahora Colombia le apunta a 20 de las más reconocidas naciones que sirven de refugio a estos dineros oscuros, pero falta un largo trecho”.
Editorialito
El presidente Juan Manuel Santos regresa mañana a Neiva para evaluar el desarrollo de los compromisos que adquirió en agosto pasado con el Huila. Un parte positivo se llevará porque según las autoridades en un mes, el 50 por ciento de sus compromisos están en ejecución.