El Dorado, la legendaria ciudad del oro que atizó la codicia y los sueños de los conquistadores europeos, llega a Londres de la mano de una resplandeciente exposición en el British Museum.
Unas 300 piezas integran la muestra "Más allá de El Dorado, poder y oro en la antigua Colombia", en la que se analiza lo que hubo de verdadero en un mito que fue cambiando y exagerándose con los sueños de riqueza de los españoles.
El primero en escribir sobre el tema fue Juan Rodríguez Freyle (1566-1640), en su crónica de la "Conquista y descubrimiento del Nuevo Reino de Granada de las Indias Occidentales del Mar Océano", más conocida como "El carnero".
"Freyle, ya nacido en Bogotá, habla de uno de los sobrinos de un cacique que le cuenta este mito del cacique que llega al centro del lago y ofrece sus cestos llenos de oro y esmeraldas", explicó a la AFP la comisaria de la exposición, Elisenda Vila Llonch.
El lago en cuestión es el Guatavita, muy cerca de Bogotá.
"Poco a poco el mito va creciendo. Dice primero que es una persona cubierta de oro, después un gobernante cubierto de polvo de oro, después una ciudad. Queremos explicar toda la riqueza cultural detrás del mito", lo que justifica la presencia de textiles o cerámicas para enriquecer la exposición, agregó Vila.
Las piezas abarcan del 1600 antes de Cristo a 1600 y pertenecen a seis culturas colombianas: los muisca, calima, tairona, tolima, zenú y quimbaya.
"La antigua Colombia ha provocado una gran fascinación en el mundo y sin embargo se sabe muy poco de estas culturas únicas y variadas", explicó el director del Museo Británico, Neil MacGregor.
"Esta exposición permite a los visitantes echar un vistazo a estas fascinantes culturas de la Sudamérica prehispánica y una oportunidad de explorar la leyenda de El Dorado a través de estos objetos deslumbrantes", agregó MacGregor.
El oro tenía un valor simbólico en las cultura prehispánicas y no servía como moneda. Eso propició que fuera trabajado con mucha creatividad. Servía para afirmar el rango de las élites o para acompañar a los muertos en su último viaje.
Al final, el valor que ha prevalecido hasta nuestros días es el económico, y el traslado de las valiosas piezas de exposición ha estado rodeado de fuertes medidas de seguridad.
Doscientas de las trescientas piezas de la exposición pertenecen al Museo del Oro de Bogotá, que atesora una de las colecciones del metal precioso más espectaculares del mundo (el resto, en su mayoría, proceden de los fondos del British Museum).
"La mayoría de las piezas han venido de Bogotá en American Airlines. Es un operativo muy complejo. Las piezas han viajado en primera clase, en maletines sellados, con un acompañante por maletín y con un asiento para cada maletín y otro para su acompañante", narró Vila Llonch.