‘Sí fui a Capurganá, pero jamás me reuní con paramilitares’

Tatiana Oliveros, Breyner Mosquera, Geraldín, novia de Breyner-, Andrés Molina Llanos, todos acompañantes del viaje a Capurganá.

Hace once meses la capturaron. Y hoy rompe su silencio, Melba Roncancio, abogada huilense, recluida en la cárcel El Buen Pastor de Bogotá, habla sobre sus supuestos negocios y presiones económicas a políticos y empresarios huilenses en procesos de paramilitarismo que llevaba la fiscal de Derechos Humanos, Tatiana Oliveros.

También de su viaje a Capurganá, Chocó, con Oliveros, donde según la Fiscalía se reunieron con paramilitares y hasta cuadraron un negocio de tráfico de drogas desde Colombia hacia Panamá.

La litigante, señalada de los delitos de concierto para delinquir con fines de concusión y concierto para delinquir con fines de narcotráfico, es despreocupada. Habla sin rodeos de su proceso, del que cree saldrá libre y de una relación sentimental tormentosa de la Fiscal Tatiana Oliveros con Jorge Eliecer Valbuena, que arruinó su vida y la de su familia.

¿Por qué deciden trasladarla de cárcel a Bogotá esta semana?

La sorpresa ha sido grande para mí, incluso para la misma directora del establecimiento El Buen Pastor. En consejo de junta de patio de esta cárcel se sorprendieron al darse cuenta que me habían dado de baja en esta cárcel y yo ya pertenecía a la de Rivera. A pesar de que han llegado oficios a la Dirección del Inpec donde solicita nos dejen en el Huila por economía procesal y presupuestal, fuimos trasladados. Considero que el traslado obedece a rencillas que se presentaron con la interna Rosa Tulia Cuéllar de Montealegre, interna más antigua en el patio de mujeres. Lleva diez años en la cárcel de Neiva. Ha permanecido inamovible y la llaman ‘La Cacica’. Tuvimos una discusión cuando yo ingresé a la celda siete donde ella dormía. A ella no le gustó mucho mi ingreso y supo mi calidad de abogada -fue mi peor delito, haberme graduado de abogada e ingresado a una cárcel-. Ella empezó a ordenar sobre cómo bañarnos, cómo utilizar el agua. Exige aseo, todas lo hacen, pero ella no, tampoco paga para que internas hagan el aseo por ella. Luego buscó que me sacaran de la celda porque tiene el poder de disponer quién entra y quién sale de su celda.

¿Cómo está usted en El Buen Pastor de Bogotá?

Estoy en el patio Uno, donde están las señoras con descuento de penas. Es un patio que me brinda más garantías que el patio cinco donde estuve recluida los tres primeros meses.

¿Cómo termina enredada en este rollo con paramilitares, después de ser abogada y hasta fiscal?

Conocí a Tatiana Oliveros cuando ingresó a la Fiscalía y yo había renunciado a este organismo, ella estaba recién ingresada, el trato no era muy cercano. Posteriormente y en calidad de abogada litigante me presentaron a la Fiscal Tatiana porque era la novia de Jorge Eliécer Valbuena Farfán (Cayayo). Y en una ocasión que necesitaban que yo les colaborara como abogada con los trámites del divorcio de Jorge Eliécer Valbuena porque ellos se iban a casar, empezamos nuestra amistad. Ella iba a mi oficina y me llevaba los documentos de él. En una oportunidad, nos invitaron con mi esposo Evangelista Méndez Barrera al apartamento de Tatiana a tomar chocolate. Fuimos y nos propusieron hacer un viaje, como si fuera una luna de miel. El viaje sería en las vacaciones de Tatiana en julio a Capurganá, donde decían era el mejor mar de Colombia.

Desde abril se planeó el paseo, pero a finales de junio de ese año, en una cabalgata de San Pedro, Tatiana discute con ‘Cayayo’ y terminan la relación. Con mi esposo tratamos de ser conciliadores, pero no se pudo. Cayayo nos puso a escoger entre Tatiana o él y nosotros la preferimos a ella porque es abogada y reunía la calidad de ser nuestra amiga. Nos vamos al paseo sin él y después de que llegamos, el ex novio de ella se inventa que nosotros no fuimos a pasear, sino con gastos pagos por parte del paramilitar ‘Guagua’, de quien también dijo era el amante de la Fiscal, y que nosotros íbamos a negociar rutas de coca. Ahí termino involucrada.

La señalan de negociar económicamente a políticos y dirigentes huilenses con procesos penales que les llevaba la Fiscal Oliveros en su despacho. ¿Qué tan cierto es?

Es una gran mentira. Las investigaciones llegaron a Tatiana Oliveros compulsadas de Montería, con base en declaraciones rendidas por desmovilizados de AUC, especialmente del grupo Conquistadores del Yarí. Ellos entregan una nómina y dicen cuáles comerciantes y políticos les dieron apoyo y de qué tipo (bonificaciones, hospedaje, prebendas). Ellos entregan esa información a una Fiscalía de Montería, que compulsa copias al despacho de Tatiana Oliveros. Eran hechos denunciados en 2003 y Oliveros empezó a ser fiscal de derechos humanos en 2011 y es cuando conoce esos hechos.

Pero hay testigos que hablan de su participación en la negociación de procesos.

En mi calidad de abogada litigante atendí al señor Armando Cuéllar Arteaga, gerente de Coomotor. Él fue a buscarme para ver si yo podía llevarle un proceso penal que le llevaba el despacho de la fiscal Tatiana Oliveros. Él me ubica después de que sale la noticia en LA NACIÓN donde él niega tener vínculos con paramilitares. Le cobro una suma de dinero por honorarios, pero desafortunadamente él viene a decir que se le cobró un dinero para una fiscal, cosa que nunca he hecho porque no acostumbro a comprar conciencias, ni a faltarle el respeto a funcionarios públicos. Nunca doy garantías, ofrezco trabajo y experiencia, pero nunca una libertad o garantía. Armando Cuéllar, en declaración a la Fiscalía, dice que yo le cobro 70 millones, pero le cobré 40 por concepto de honorarios. Y él mismo lo dice: honorarios, no dinero para ser intermediaria entre la Fiscal y él. Si la Fiscal quisiera pedirle dinero pues se lo pide directamente a él cuando va a la oficina.

¿Se arrepiente de haber conocido a Tatiana Oliveros, de conocer de cerca su relación de amor?

Me arrepiento de no haber conocido a la persona con la que ella convivía. De haber sabido que Cayayo era un delincuente de tal magnitud, ni siquiera me habría tomado un tinto con ese señor. Y me duele saber que Tatiana no supiera escoger mejor sus amistades. Ella no es mala persona, mala persona es la que ella escogió para compartir su vida en su momento.

Usted y la Fiscal Oliveros están tras las rejas. ¿No cree que pesen más las pruebas de la Fiscalía y la misma declaración de Cayayo que lo que usted me dice?

No. Se están hablando de unas reuniones que no existieron y que se inicia la investigación con base en un denuncio rendido por Jorge Eliécer Valbuena ‘Cayayo’ a la Fiscalía. La denuncia de él la refuerza Andrés Molina Llano, alias ‘Raspa’, pero él, en marzo, denuncia ante el despacho del Vicefiscal General de la Nación y está en manos de Alejandra Ladino, fiscal Delegada para el Cartel de Testigos Falsos, que él rindió una entrevista en la cárcel de Bellavista a unos investigadores y al fiscal Germán Arias -quien lleva el proceso- porque ellos le ofrecieron dinero para que declarara en contra de la Fiscal y la hundieran. Él denunció hace cinco meses y nada que se pronuncia la Fiscalía. Él también radicó un oficio en la Procuraduría General de La Nación contando lo ocurrido. Lo único que pudieron comprobar esos investigadores es que el hotel donde nos hospedamos existe, que nosotros estuvimos en un paseo, pero nadie puede comprobar que estuvimos en lo que ellos dicen. No sé quién será alias ‘Guagua’. Tatiana lo tuvo en un proceso, según me ha comentado, pero él no obtuvo la libertad por la Fiscalía de ella, sino por otro fiscal.

¿Usted acompañó a Tatiana a Capurganá? ¿Ella estuvo con paramilitares? ¿Cómo fue el viaje?

En la noche que afirman que Tatiana se reunió con un paramilitar, a ella le estuvieron haciendo manicure y pedicure en el hotel, yo pasé a dormir con mi esposo y al otro día nos vimos igual. Andrés -el otro testigo- dice que declaró y mintió porque Cayayo se lo pidió. Yo nunca vi a Tatiana con paramilitares, así no son las cosas. Lo que hicimos fue bañarnos en el mar, conocer Capurganá, Triganá, Acandí. Fuimos hasta La Miel, Panamá, contratamos una lancha para que nos llevara porque teníamos todo pago por nosotras -las facturas existen-, no pueden decir que nos recibieron paramilitares porque no fue así. Nos paramos en una estación de gasolina a preguntar por un hotel y un señor en una moto se acercó y nos ofreció el servicio de llevarnos a un restaurante y se fue con mi esposo, le mostró un hotel y ahí nos quedamos. Que en la zona del Urabá Antioqueño hay paramilitares, usted sabe que existen, pero que hayamos tenido contacto con ellos, no lo tuvimos.

¿También estuvieron en Turbo, Antioquia? ¿Hospedados, atendidos por paracos?

Sí, nos hospedamos en el hotel Solaris, pero jamás invitados por paramilitares. Tan es así, que íbamos nosotros pagando todo, que cuando llegó a Acandí, el dinero que llevábamos se estaba agotando y llamé a un cliente en Rionegro, Antioquia y le pido que me haga el favor y me consigne dinero. Tengo un registro donde me giran dos millones de pesos desde Rionegro. Entonces, si íbamos con todo pago, ¿por qué se me acaba el dinero?

La Fiscalía insiste en que usted, su esposo, Tatiana Oliveros llegaron hasta allí en una camioneta Kia, se encontraron con Urabeños, los llevaron en lancha hasta la frontera en Panamá y allá negociaron traficar droga. ¿Usted fue por allá?

Fuimos a La Miel, frontera de Panamá, y es la única parte donde se puede ingresar sin documentos. Pero no fuimos ni acompañados de Urabeños, ni tampoco nos gastaron el viaje, como dicen. Fuimos Tatiana, Breyner, Geraldin – novia de Breyner-, Andrés Molina Llanos, Juan Carlos Portelas (guía), mi esposo, el lanchero y yo. Llegamos, nos registramos, ahí está el libro, ellos se estuvieron bañando en el mar, con mi esposo no nos bañamos porque estábamos muy quemados, se compró un trago y nos regresamos después de hora y media. Todo fue ante la vista de la policía panameña.

Usted dice que no se reunió con paramilitares. ¿Tatiana, sí? ¿Supo si buscaba pedirle a los paracos que mandaran a matar al ex novio, como se ha informado?

No. Nunca le escuché eso. Ella nunca se reunió con alguien distinto a nosotros. No nos separamos en todo el viaje, solo en las noches, pero cuando nos íbamos a dormir la habitación de ella colindaba con la de nosotros.

¿Ha conocido a los Urabeños? ¿Los ha asesorado como litigantes?

No. No conozco a ninguno. He tenido casos de paramilitares, pero los que operaban hacia el sur del Huila, en Pitalito, también de guerrilla y delincuencia común. No estoy casada con ningún grupo al margen de la ley, soy la abogada de quien me contrate y con quien se pueda trabajar.

La Fiscalía dice que hay 400 horas de interceptaciones telefónicas que confirman sus delitos y los de la fiscal Oliveros. ¿Le preocupa?

No porque eso es una gran mentira. La única interceptación que me tienen es de 79 audios de un celular, donde utilizan solo tres. En la primera Andrés me llama y me pide que le devuelva la llamada. Yo estaba ocupada y no pude devolvérsela, posteriormente lo llamo y le comento que andan diciendo que la doctora Tatiana había ido a encontrarse con unos Urabeños. E incluso le comento a Andrés que dicen que el encuentro era con un hombre de un alias que no recordaba. Él me dice que era la ‘Guagua’, yo suelto la carcajada y le digo que parece nombre de perro por el alias. Posteriormente sigue la comunicación y le digo: ‘andan diciendo que Tatiana se fue en moto una noche a no sé dónde’. Pero el informe del investigador dice lo contrario, informa que yo dije que Tatiana se había ido en moto una noche al monte, cosa que no es cierto. La segunda llamada es con Andrés Molina Llanos y le comento que un cliente que tengo (Agustín Sánchez González), único caso que yo tenía en la Fiscalía de Tatiana, me había llamado y me había contado que lo habían abordado unos funcionarios del CTI y le habían dicho que por favor mintiera en contra de Tatiana y que contara que ella le habría cobrado por el traslado. Andrés Molina me dice que el CTI lo buscaba para entrevistarlo por el viaje que hicimos y me dice ‘cómo hago para no salirles’. Y le dije, al contrario, diga la verdad, cuente lo que hicimos, un paseo no es ilegal. Y para el señor Fiscal eso es una intimidación de testigos.

¿Está fácil escaparse, salir de sus delitos?

No es fácil escaparse, lo fácil es demostrar inocencia. Lo que se dice de mí es falso, ha sido tergiversado por la Fiscalía, han ido a buscar testigos para que hablen en mi contra porque tienen miedo de perder el caso. Tengo miedo por mi familia porque sé que ‘Cayayo’ es un delincuente de alta magnitud.

Pero él está libre.

Sí, desafortunadamente, pese a tener en su contra denuncias por secuestro extorsivo, homicidio, extorsiones, amenazas, es un hombre que lo han premiado porque está dentro del programa de víctimas y testigos y anda vigilado por la Fiscalía cuando el delincuente es él, no nosotros. 

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