No hay duda ninguna de que Colombia es un país rico en muchísimos escenarios, una Nación que fue dotada por la naturaleza de tantos beneficios que son la envidia de otros, un territorio repleto de belleza, exhuberancia y elementos de alto valor, tanto para la misma supervivencia humana como para el intercambio comercial, como ocurrió con el oro que enloqueció a los invasores, luego la quina, el caucho, el café, ahora el petróleo, el carbón y el agua que se convierte en energía eléctrica.
Colombia es rica por unos activos tangibles e intangibles que poquísimos naciones pueden mostrar; otra cosa es preguntarse si nuestro país es rico en términos de economía formal, y por ello a un grueso número de colombianos les sorprende saber que estamos ad portas de entrar al llamado “club de los países ricos”, la OCDE, Organización para la Cooperación y el Desarrollo, para lo cual y ha recibido invitación formal.
Históricamente nos han dicho, desde la escuela, que estábamos en la lista de naciones pobres, del llamado “Tercer Mundo”, de los países en desarrollo o de los “No Alineados”, esto último cuando el entonces presidente Belisario Betancur declaró que no hacíamos parte de la Guerra Fría entre Estados Unidos y la URSS.
Ahora, gracias al avance de muchos aspectos tanto de competitividad como del mismo crecimiento del Producto Interno Bruto, PIB, de la inversión extranjera en mega proyectos y la llegada grandes firmas mundiales, de la reducción de criminalidad, del desmonte de estructuras mafiosas y de la misma disminución del impacto del narcotráfico, gracias a todo ello y otros detalles el mundo mira distinto a Colombia.
Como lo planteó el presidente Juan Manuel Santos, que nos admitan como miembros de la OCDE es como clasificar a un Mundial de Fútbol: es llegar a las Grandes Ligas, es correr en la Fórmula Uno de la economía, es codearse con los que ponen y disponen en el ajedrez del planeta. Vale decir que en este grupo sólo están, por Suramérica, México y Chile en tanto que Brasil, que tiene sobrados méritos para integrar el club, no ha querido hacerlo.
La OCDE es una organización de cooperación internacional, compuesta por 34 estados, cuyo objetivo es coordinar sus políticas económicas y sociales. Fue fundada en 1960 y su sede central se encuentra en París. Allí, los representantes de los países miembros se reúnen para intercambiar información y armonizar políticas con el objetivo de maximizar su crecimiento económico y colaborar a su desarrollo y al de los países no miembros.
Se trata esta invitación de un voto de confianza a lo que ha avanzado el país en los recientes 10 años, a los logros de una nueva manera de mirarnos y de que nos miren, aún con todas las problemáticas que nos acosan, sobre todo aquello de que seguimos en la lista negra de las naciones más desiguales, apenas superados por 4 o 5 países de los más atrasados en África y Haití.
“…que nos admitan como miembros de la OCDE es como clasificar a un Mundial de Fútbol: es llegar a las Grandes Ligas…”
Editorialito
Simultáneamente renunciaron ayer dos de los cercanos escuderos del alcalde de Neiva Pedro Hernán Suárez. Faiver Hoyos y Juan Carlos Ramón, salen de la administración para ser candidatos. La celosa disputa que se mantenía de bajo perfil salió a flote. Ya era hora. Ojalá lo hagan los demás, quienes tienen aspiraciones en la sombra pero siguen ejerciendo cargos públicos, sin inmutarse.