Mayor responsabilidad social ¡por favor!

Quedarse en casa hace parte de la responsabilidad social que tiene el ser humano para preservar tanto su vida como la de quienes le rodea.

Maritza Rocío López Vargas

Los esfuerzos realizados por el gobierno nacional, autoridades del orden departamental y municipal, resultan insuficientes en tanto no se cuente con una mayor participación y compromiso por parte de todos los ciudadanos frente al acatamiento del aislamiento preventivo obligatorio, toda vez que urge la contención del coronavirus.

Las estadísticas no mienten, el Covid-19 sigue expandiéndose así como el número de víctimas mortales. No es raro encontrar en diferentes medios escritos y redes sociales, fotografías de personas infringieron la norma aun sabiendo los riesgos que corren ellos, sus parientes cercanos y personas que acatan juiciosamente en sus hogares, las medidas ordenas.

Como puede esperarse ésta situación  ha generado malestar y preocupación en buena parte de la población, que ve impotente cómo esas personas pasan por encima de un decreto, pareciendo que poco o nada les importara la situación, que no hubiese respeto al mandato presidencial o autoridades locales, desafiando el destino en un intento de sentirse más fuerte que el virus,  olvidando la responsabilidad que atañe a todos para lograr la contención del Covid-19 y contribuir a la disminución del impacto social y económico que esta crisis traerá al país y el mundo entero.

Valdría la pena preguntarse si todas las empresas y entidades del orden municipal y departamental están acatando ésta medida, o si por el contrario, continúan citando a sus trabajadores.  ¿Será que tenemos ante nuestros ojos una mezcla de desapego a la vida, a las normas, un desafío a la autoridad, un alto grado de soberbia, omnipotencia, falta de solidaridad, sentido común, creencia de que esto se trata de una exageración, una paranoia social o un temor a perder la estabilidad económica o laboral?

De continuar así el desgaste institucional, de los mandatarios, del personal médico, de salud, de la policía, ejército así como de las personas que vienen apoyando lo relacionado con la recolección de basuras, atención en droguerías y servicios domiciliarios, va a ser muy grande.  Estamos en punto crítico donde se requiere controlar más los ánimos,  donde es preciso aprender a manejar el estrés, ser más tolerantes, demostrar mayor responsabilidad social y sentido de pertenencia a la región o país que se pertenece.  No hacerlo puede llevarnos a un abismo de agresiones hacia las autoridades que deben en cumplimiento de sus funciones hacer valer lo establecido en el decreto, que se exacerben las conductas impulsivas, de intolerancia, agresión o rechazo entre los mismos ciudadanos.

El momento que vivimos, nos está demostrando la urgente necesidad de vivir y actuar con mayor conciencia social, olvidándonos de nuestros individualismos, superando cualquier rivalidad, diferencia de pensamiento o ideología pensando en el bienestar de todos, aportando cada uno su propia cuota de sacrificio, confiando en el actuar y las medidas adoptadas por el gobierno nacional, apoyando a quienes cargan sobre sus hombros la gran responsabilidad de tomar medidas que saben, impactarán en toda una sociedad.  Estamos en un momento crucial para la preservación de las familias, el bienestar de los niños, la supervivencia humana, la salud mental de las personas, la estabilidad del país y del mundo entero que clama un alto en nuestras acciones cotidianas, mayor solidaridad y responsabilidad para consigo mismo y los demás.

El aislamiento preventivo obligatorio, implica para todos la modificación de rutinas, la limitación de la movilidad, el acatamiento a órdenes impartidas por las autoridades locales y nacionales, la conciencia frente a los cambios que el encierro puede generar en la psiquis y comportamiento humano, así como también, la necesidad de aprender a controlar las emociones durante el aislamiento para prevenir una especie de estrés postraumático.  Así las cosas no nos queda más remedio que intentar vivir estos días lo más tranquilo posibles y establecer rutinas que nos permitan minimizar el impacto de lo que está sucediendo,  en el marco de la responsabilidad social para consigo mismo y todos los que le rodean.

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