La familia Peña Vargas perdió su vivienda cuando una creciente en el norte de Neiva se la llevó. Ahora vive en arriendo, no ha podido trabajar por la cuarentena y clama por la ayudas del Gobierno Municipal.
Carolina Argüello Cruz
La madrugada del pasado 26 de febrero decenas de familias del asentamiento Nueva Esperanza, en el norte de Neiva, despertaron con el estruendo de la naturaleza. La creciente de una quebrada como consecuencia del torrencial aguacero se llevó sus viviendas. En ese momento 84 familias quedaron damnificadas.
Entre ellas, estaba la de Flor Ángela Vargas Bohórquez; una mujer que con su esposo y sus tres hijos tuvieron que salir por las ventanas de su vivienda para no quedar enterrados por la inclemencia del agua y el lodo.
Flor Ángela trabajaba en un restaurante como mesera, allí sus compañeros realizaron una rifa para ayudarle a ella y a su familia a reubicarse en una vivienda y pagar el primer mes de arriendo.
“Yo les agradezco mucho porque entre todos hicieron un tapazo y nos ayudaron para el pago del primer mes de arriendo mientras que con lo que trabajábamos conseguíamos para la comida. Con nosotros se fue a vivir mi suegra y mi cuñado quienes también perdieron sus casas esa misma madrugada”, relató la mujer.
Nuevos sueños
Con lo poco que les quedó, pero con el alma y el corazón llenos de esperanza y las maletas cargadas de nuevos sueños; la familia Peña Vargas se ‘trasteó’ a la calle 83 # 2 -45 del barrio Darío Chandia.
Cuando todo marchaba de manera tranquila y la familia apenas desempacaba y organizaba su nuevo hogar, se conoció en Neiva los primeros casos de coronavirus. Dos mujeres habían dado positivo y eran portadoras de la enfermedad.
Pese a todo, nunca imaginaron que la pandemia de alguna manera los fuera a afectar peor que la lluvia de aquella madrugada que jamás olvidarán.
Flor Ángela seguió sirviendo mesas, como de costumbre, mientras que su esposo, Jorge Peña salía cada mañana a ejercer su labor de mototaxista y sus hijos acudían diariamente a la escuela con la esperanza de ‘un mejor mañana’.
Inicio de la cuarentena
“Desde el sábado 21 y hasta el lunes 24 habrá toque de queda durante todo el día en Neiva”, esta noticia la anunciaba el alcalde de Neiva, Gorky Muñoz. Pensando que era una medida un poco extrema pero pasajera no consideraron que ese día su vida volviera a dar un giro del que todavía no logran colocar los pies en el piso para volverse a levantar.
El toque de queda de esos tres días terminó, pero inició la cuarentena obligatoria decretada por el Gobierno Nacional y que, de momento, se ha anunciado que terminará el 27 de abril.
Desde hace 20 la pareja no sabe qué es recibir dinero por cuenta de su labor diaria. Hoy vive a merced de lo que sus vecinos puedan ofrecerles a sus hijos.
“Nuestros vecinos han sido muy bondadosos con nosotros, ellos saben de nuestra situación y con lo que nos brindan le hemos dado de comer a nuestros hijos. De hecho, mi esposo y yo a veces pasamos el día con un vaso de aguapanela”, relató.
Hoy la familia Peña Vargas pide que personas de buen corazón y el Gobierno Municipal les done alimentos para subsistir durante estos días de crisis en los que ni ellos ni sus hijos han podido ingerir las tres principales comidas del día.
Su contacto para quien desee ayudarlos es 304 5411972.
