LA NACIÓN reconstruyó la historia del joven auxiliar de enfermería, Jhon Eduar Urueña Sáenz de 23 años de edad, quien perdió la vida en un trágico accidente el pasado sábado en la vía Rivera-Neiva, cuando se dirigía al Hospital Universitario, su lugar de trabajo desde hacía dos años, y donde actualmente combatía en primera línea la pandemia del coronavirus.
Jhon Eduar Urueña Saenz de 23 años, hacía parte del ´ejército de uniforme blanco´ que se juega la vida en la primera línea de combate contra el coronavirus en el Hospital de la capital huilense; pero no fue este enemigo invisible el que le cobró la vida, sino un trágico accidente de tránsito el pasado sábado cuando se encaminaba a desempeñar una nueva jornada laboral.
El joven auxiliar de enfermería nacido el 18 de diciembre de 1996 en Tolima, y que actualmente residía en el municipio de Rivera, habría perdido el control de su motocicleta, mientras transitaba en inmediaciones del Club Campestre de Neiva. Según las autoridades su deceso se registró en el lugar de los hechos.
Su familia
En una finca del centro poblado El Juncal (Palermo), Urueña Sáenz creció junto a sus hermanos; el ambiente natural alimentó su humanidad y sentido de pertenencia por la familia. La pasión y gran responsabilidad que sentía con su labor, una de las más heroicas en la actualidad, y que le exigía estar más cerca del Hospital de Neiva, lo llevó a tomar la decisión de alejarse del campo y sus padres.
Hacía dos años y medio la familia de Natalia Vaca, una entrañable amiga del joven, lo había adoptado como un hijo a su llegada al municipio de Rivera. Su gran personalidad le permitió tener una grata relación con los miembros de la casa donde residía.
“Él vivía junto a mi madre, hermano, mi hija y yo, era como un hermano. Recientemente estaba preocupado porque le daba miedo todo lo que está ocurriendo con la pandemia en el Hospital, y el hecho de llegar luego a la casa donde lo esperábamos todos nosotros… en los últimos días no hablábamos mucho del tema para no generar pánico”, recuerda su amiga Natalia.
Pero esta familia, que lo quería como un hijo más, no imaginó que en la noche del sábado lo vería con vida por última vez.
“Dicen que hacer honores a un hombre en ausencia es una de las condolencias más vanas, pero no debe ser la excepción a este joven carismático y apasionado de la vida, quien disfrutaba de su profesión con anhelo y sus satisfacciones apuntaban siempre al servicio, deseo que quería ver cumplido al proyectarse como jefe de enfermería”, expresó la joven.
Su vocación
Jhon Eduar inició su labor en el Hospital de Neiva hace dos años en el servicio de urgencias como camillero, posteriormente, luego de culminar sus estudios de auxiliar de enfermería, empezó a laborar en la UCI adultos; su gran meta era ser jefe de enfermería.
“Nosotros trabajamos 192 horas al mes en turnos rotativos, entonces nos toca laborar en la mañana, tarde y noche, por eso él tenía el plan de buscar un apartamento en Neiva, estaba aburrido del trajín todos los días, pues cuando salía del turno de la tarde, irse para Rivera era muy agotador, además que se quería alejar de la familia con la que vivía por el tema del contacto que tenía con pacientes covid”, contó Mayuli Calderón, una de sus colegas.
La profesional agregó que el sábado que ocurrió el accidente él se dirigía al Hospital a cumplir su turno de la noche, pero nunca llegó. Recuerda que la última vez que lo vio fue en su último turno el viernes en la mañana, cuando el joven se encargó del paciente confirmado con covid-19 que tiene el centro medio, en la cama 202 de la UCI adultos.
Sus sueños
Tatiana Arango quien es fisioterapeuta y también labora en el Hospital de Neiva, era la principal cómplice del joven, a quien él le confesó en vida cuales eran sus más grandes anhelos.
“Continuar sus estudios para ser jefe de enfermería y darles una casa a los papás eran sus grandes sueños; era alegre, pero, sobre todo, muy dedicado a su familia”, narró Tatiana.
Lo recordó además como un hombre entregado a su labor, afirmando que siempre manifestó que la vida de un paciente estaba muy por encima de la suya, resaltando ese factor heroico que caracteriza a los trabajadores de la salud, quienes son llamados por su vocación a salvar vidas.
El día de hoy, familia, amigos y colegas realizarán un sentido homenaje a Jhon Eduar en el Hospital Universitario de Neiva, donde el joven pasó sus últimos días entregando lo mejor de sí en la lucha contra el coronavirus.