La veterana escritora y periodista mexicana Elena Poniatowska, conocida por su compromiso político, fue galardonada ayer con el Premio Cervantes, el más importante de las letras hispanas, que recae por cuarta vez en una mujer.
Poniatowska, de 81 años, suma este premio a galardones como el Rómulo Gallegos, uno de los más prestigiosos de la literatura latinoamericana, y la Legión de Honor de Francia, su país natal.
El jurado la recompensó "por una brillante trayectoria literaria en diversos géneros, de manera particular en la narrativa, y por su dedicación ejemplar al periodismo desde la crónica y el ensayo", afirmó el ministro de Cultura español, José Ignacio Wert.
"Su obra se destaca por el firme compromiso con la historia contemporánea", agregó al anunciar el galardón, dotado con 125.000 euros.
Desde su creación en 1975 sólo las españolas María Zambrano (1988) y Ana María Matute (2010) y la cubana Dulce María Loynaz (1992) habían ganado el Cervantes.
Conocida por su postura crítica ante los abusos de poder, la escritora afirmaba en una entrevista en 2005: "Yo no he sido rebelde en lo personal, sino en lo que escribo. Pero sí tengo capacidad de protesta ante las injusticias sociales".
"Yo creo que hay proyectos más grandes que uno, por ejemplo cuando hay un terremoto: es muy difícil quedarse en casa", explicaba.
Nacida en París el 19 de mayo de 1932, de padre aristócrata de origen polaco y madre mexicana exiliada, Poniatowska tenía 10 años cuando su familia emigró a Ciudad de México a raíz de la Segunda Guerra Mundial.
Sus padres la enviaron después a estudiar a Estados Unidos y a su regreso comenzó en 1954 una carrera en el periodismo que la llevó a trabajar en diarios como Excélsior, Novedades y La Jornada.
Descubrió paralelamente una vena literaria que tras su primer libro, ‘Lilus Kikus’ (1954), la convirtió en una de las escritoras mexicanas contemporáneas más comprometidas y "una de las voces más poderosas de la literatura en español en estos días", según el jurado del Cervantes.