Adiós a la centenaria ‘Ceiba de la Libertad’

La ‘Ceiba de la Libertad’, emblema de este municipio del centro del Huila, se desplomó completamente en la madrugada de ayer por daños en su estructura. El magnífico árbol de la capital cacaotera del departamento que con su acogedora sombra abrazaba a los giganteños, era reconocido como patrimonio cultural y ecológico. Foto: Andrés García.

 

Lucía Sánchez

Temadeldía@lanación.com.co

 

La altiva y majestuosa ‘Ceiba de la Libertad’, emblema del municipio de Gigante, bajo cuya sombra generaciones de giganteños disfrutaron de comparsas, conciertos y ferias, dio su último suspiro en la madrugada de ayer; graves problemas fitosanitarios venían afectando la estructura del magnífico árbol que luchó por su supervivencia.

El ícono de la ‘Capital Cacaotera del Huila’ se desplomó el mismo día en que se celebraba la afrocolombianidad. Se trata de una paradoja, porque su siembra celebró, según narran varios historiadores, la abolición de la esclavitud en Colombia.

Hay diversas versiones alrededor de la existencia de la ‘Ceiba de la Libertad’. La oficial indica que fue sembrada el 5 de octubre de 1851 por orden del presidente liberal José Hilario López, para celebrar la firma de la Ley que abolía la esclavitud en Colombia.

Mientras para el historiador giganteño Humberto Montealegre Sánchez, la siembra de la emblemática ceiba en su municipio natal se remonta a mucho antes, en 1813, como símbolo de nuestra independencia.

Sin embargo, estas dos versiones tienen su asiento en la Revolución Francesa. De acuerdo con historiadores, en la época de los españoles se instalaba un cepo en la plaza central para castigar a los indios y esclavos que desobedecían las normas. Pero tras el movimiento independentista de 1810, Antonio Nariño siguió las líneas de la Revolución Francesa y acogió el símbolo del “Árbol de la Libertad”.

“La siembra del árbol se extendió por las poblaciones de la provincia de Tunja y Cundinamarca, del que Neiva para esa época hacía parte. En La Plata el clérigo Inocencio Valencia siembra en la plaza pública el árbol de la libertad a finales de 1813. En medio de ese fervor, muy probablemente, el vecindario de El Gigante, orientado por su párroco Pedro Joseph María de la Borda y Polanco, tomó la decisión de sembrar la ceiba hacia finales de 1813”, narra el historiador Montealegre Sánchez en su libro “El Gigante republicano en el contexto de la Provincia de Neiva, 1810-1857”.

Resalta además que “su plantío no se dio porque alguien al azar quiso hacerlo (…) hubo motivaciones de peso que causaron su siembra, relacionadas con acontecimientos históricos que sucedían en la comarca y en la nación. De ahí que la ceiba se convierta en un objeto cultural histórico como signo y símbolo, en tanto significa la igualdad e independencia de las naciones y simboliza la libertad del hombre y de los pueblos de la tiranía colonial”.

Graves problemas fitosanitarios venían afectando la estructura del magnífico árbol que luchó por su supervivencia. Foto: Fabián Gaona

Patrimonio cultural

Reseña Humberto Montealegre que la Ceiba de la Libertad de Gigante guarda innumerables recuerdos históricos. “Su cuadrícula ha sido el centro de las celebraciones cívicas, religiosas y profanas. Su espacio igualmente ha sido escenario de las manifestaciones y contiendas políticas, así como fuera el lugar para el mercado público desde épocas republicanas”.

“Ha sido fuente de inspiración de políticos, pintores, escultores, artesanos, escritores, periodistas, historiadores, teatreros, poetas, compositores, fotógrafos aficionados y profesionales que, por su altivez y belleza, no resisten la tentación de plasmarla en sus obras y dedicarle canciones, poemas y composiciones. Esta ceiba se ha convertido en la mejor embajadora de la localidad en toda la historia de su existencia”, destaca.

Recuerda además que la ceiba fue homenajeada el 21 de mayo de 1989 por la Federación Nacional y Comité Departamental de Cafeteros con la participación de la Academia Colombiana de Historia y la Academia Huilense de Historia, la Gobernación y la Diócesis de Garzón, entre otros.

Para el 15 de julio de 1990 el Gobierno Nacional por intermedio del Ministerio de Comunicaciones y la Administración Postal Nacional le brindó un homenaje filatélico, mediante la producción de un millón de estampillas.

La Ceiba de la libertad representó durante 170 años, la libertad de la esclavitud en Colombia.

Declive del símbolo

El declive de la ceiba habría comenzado en 1978 cuando se le cercenaron raíces para construir un muro sin que se le hiciera la curación a las mismas, lo que generó la pudrición de parte de sus raíces, al adquirir el hongo tipo Phomes SP y Ganodema SP, según narra el historiador giganteño.

“El decaimiento del árbol llevó a la creación del “Comité Pro-defensa de la Ceiba” en 1989 liderado por Rodrigo Ocampo, miembro del Comité Departamental y Nacional de Cafeteros. Fue entonces cuando la Federación desde finales de la década del ochenta la adoptó, haciendo un gran despliegue nacional, al considerarla “Símbolo universal de la libertad y patrimonio ecológico de la humanidad”, cuenta Montealegre Sánchez.

La Federación estableció un programa de rehabilitación con los mejores especialistas del país, coordinado por el ingeniero forestal y arboricultor Eduardo Bermúdez. El árbol tuvo que encerrarse con una reja, así como se efectuó una excavación cuidando de no dañar las raíces principales y secundarias.

Se programó en 1989 un tratamiento de cuidados intensivos que duró cerca de un año. El árbol fue sometido a fertilizantes en el suelo y se le aplicaron inyecciones de nutrientes y fungicidas.

“A partir de 1990 se distanciaron las sesiones del tratamiento. Al pudrirse parte de las raíces, el árbol perdió estabilidad, siendo necesario equilibrarle con anclajes. Sin embargo, estos no aguantaron el peso y el árbol se fue inclinando, lo que llevó a podar la rama más grande y de mayor peso, aproximadamente de 5 toneladas. No obstante, el 13 de enero de 1992, en horas de la noche perdió uno de los 5 brazos”. Desde entonces la ceiba empezó a luchar por su supervivencia.

Para Rubén Darío Gómez Walteros, ingeniero forestal e integrante de la Asociación Colombiana de Arboricultura, “esta ceiba tuvo varias crisis. ¿Por qué se desplomó?, porque tenía un hongo que prácticamente deterioró toda su estructura interna, ante la ausencia de la misma, el árbol se quebró por el peso de las ramas. La ceiba estaba soportando la parte interna (hueca) con lo externo, pero su corazón presentaba una afectación por el hongo y pudrición”.

Walteros explicó que las ceibas son arboles longevos, “su periodo de vida es mayor a 70 años, esta ceiba tenía más de 150 años, pero también se debe tener en cuenta que las intervenciones afectan. Este árbol fue sembrado en un sitio que después fue intervenido con pavimentación, remodelaciones y toda la infraestructura que se construye en un parque central, lo cual afecta las raíces, y donde se hace una herida, al igual que en los humanos, se abre una ventana para que posiblemente entren algunos agentes patógenos. La ceiba tenía su edad, pero se pudo acelerar su muerte por el agente causal de su pudrición total”.

“Ella venía afectada, en un determinado momento se controló el patógeno que la estaba afectado, pero no se erradicó totalmente el hongo”, agregó.

Por su parte, Reinel Salas, integrante de la Academia Huilense de Historia, lamentó la pérdida de este patrimonio cultural y ecológico.La Ceiba de la libertad de Gigante ha caído en un momento crítico de su sociedad, afectada por los profundos cambios que produjo la represa de El Quimbo y por la transformación de sus procesos productivos.  Caída la ceiba, Gigante y cada uno de sus habitantes deben hacer del cerro de Miraflores el motivo de su orgullo como comunidad local y la razón de sus desvelos para ofrecerle al resto de sus hermanos huilenses y colombianos un trozo de la naturaleza dignamente conservado como testimonio de un compromiso respetuoso con la humanidad”, expresó.

La ceiba fue homenajeada el 21 de mayo de 1989 por la
Federación Nacional y Comité Departamental de Cafeteros.

Merecido homenaje

El día de ayer la comunidad del municipio de Gigante realizó un sentido homenaje a la ‘Ceiba de la Libertad”.

El alcalde de la localidad, César Germán Roa Trujillo destacó el aporte de este símbolo. “Estamos en duelo. Esta ceiba cae un 21 de mayo, precisamente hace 170 años se firmó el fin de la esclavitud… fue grandiosa, majestuosa. Nos abrazó con sus ramas… la ceiba seguirá siendo símbolo de nuestra libertad”, expresó.

El mandatario dio a conocer que el 21 de mayo se declarará como día institucional en el municipio. Además, que, con los restos de la ceiba, se harán recuerdos artesanales para repartirlos en los giganteños.

Este era un símbolo universal de la libertad y patrimonio ecológico de la humanidad.

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