¿Cómo unas tapas de alcantarilla de una empresa privada y con la firma y logos de la Empresa de Acueducto de Bogotá terminaron en Neiva? ¿Por qué las compró EPN? ¿Cómo se hizo la comercialización? LA NACIÓN responde. En la capital aún continúan más de 300 tapas de origen bogotano y de procedencia ilegal sembradas en distintos barrios.
Nadie imaginó que tres años después de que 850 tapas de alcantarilla manufacturadas por la empresa Maderplast y que contaban con el logo y el sello de la Empresa de Acueducto de Bogotá, al parecer hurtadas en la capital del país y vendidas a Empresas Públicas de Neiva, los organismos de seguridad tomaran cartas en el asunto.
La opinión pública creyó que la investigación dormiría y terminaría en preclusión hasta que 15 hombres de la Sijín, acompañados del Fiscal Décimo Local de Neiva allanaran el pasado martes a las Empresas Públicas de Neiva, la planta de tratamiento Kennedy y la Ferretería Horizonte, contratista, que vendió las tapas a EPN, al parecer en pésima calidad y de dudosa procedencia.
En la planta Kennedy encontraron 13 tapas con dichas características. Algunas habían sido recogidas porque estaban en mal estado, aunque otras eran óptimas. Y en la Ferretería Horizonte detectaron una tapa, que resultó aún más polémica: tenía el logo de la empresa pública de la capital del país, el número de contrato y fecha 2013. Es decir, las autoridades no descartan que hoy, después del escándalo suscitado por dichas tapas en 2009, 2010 y 2011, la Ferretería Horizonte continúe expendiéndolas.
LA NACIÓN indagó cómo las más de 500 tapas de alcantarilla se construyeron en Bogotá, se comercializaron, las compró EPN y terminaron sembradas en las calles de Neiva, una cadena que es investigada por la Fiscalía General de la Nación, la Personería de Neiva y la Contraloría Municipal.
La historia empieza en Maderplast S.A, una empresa bogotana que diseña, transforma y comercializa productos plásticos de alta calidad.
En 2011 tenía una de sus sedes en el barrio Ricaurte de Bogotá. Allí, seis de sus empleados -ya renunciaron y algunos no pasaron ni por su liquidación salarial- protagonizaron lo que la empresa llama un robo continuado de materia prima.
Aprovechaban la noche y los fines de semana para apoderarse de las tapas de alcantarilla en pésimo estado (producto no conforme), con grietas, daños o construidas de mala calidad y que Maderplast desechaba en el relleno sanitario Doña Juana, para hurtarlas. También materia prima con la que construyeron nuevas tapas, todas con la firma Empresa de Acueducto de Bogotá, su logo (una rana), número de contrato (1029), una frase que dice “uso exclusivo de la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá”, fecha y nombre de Maderplast.
Lo hicieron así porque esta empresa bogotana tiene contrato exclusivo para la elaboración de las tapas de alcantarilla de la capital de la República y el molde estaba listo y difícilmente podía cambiar.
Fue un robo continuado, que se extendió durante meses pero que no se veía porque los funcionarios extraían poco material esporádicamente. En total 10 toneladas de polipropileno de mala calidad fue extraído de la empresa, según cálculos de Gildardo Pineda, propietario.
El material hurtado, de mala calidad, con sellos de la Empresa de Acueducto de Bogotá, terminó en las bodegas de Hidromar S.A.S., empresa de acueductos y accesorios ubicada en la Carrera Sexta con calle 11, del barrio Los Mártires de Bogotá.
Y esta empresa las vendió a la Ferretería Horizonte de Neiva, que terminó expendiéndolas a las Empresas Públicas de la capital huilense. Las facturas, cuya copia tiene LA NACIÓN, hablan que Hidromar vendió cada tapa en 353 mil pesos a Ferretería Horizonte. Y ésta a Empresas Públicas en 457 mil.
Otro dato
LA NACIÓN conoció que por las condiciones técnicas, cada tapa tiene un valor real de 70 y 80 mil pesos. Y EPN terminó pagándolas a 457 mil pesos cada una, según copia del contrato de las Empresas Públicas de Neiva y Ferretería Horizonte, que tiene en su poder LA NACIÓN.
¿Cómo se enteran?
Maderplast -nombre de la empresa marcada en cada tapa- se enteró de lo ocurrido cuando las noticias hablaban de tapas de alcantarilla de Bogotá que estaban instaladas en Neiva.
La empresa de plásticos analizó la ubicación de sus tapas (tenían una especie de chip, exigida por el Acueducto de Bogotá), y el resultado apuntó a que estaban en la capital huilense.
La firma contrató a un investigador privado que encontró en Neiva 850 tapas de alcantarilla con el nombre y logo de la Empresa de Acueducto de Bogotá regadas en los barrios Buenos Aires, El Jardín, Álamos Norte, Nueva Granada, Puertas del Sol, Oasis y Limonar, entre otros, según consta en el oficio interno 599 del 28 de noviembre de 2011 de Empresas Públicas de Neiva.
Pero, ¿cómo terminaron dichas tapas en la capital? LA NACIÓN confirmó que las tapas las vendió a las Empresas Públicas de Neiva la Ferretería Horizonte de la ciudad a través de dos contratos: uno, el 047 de 2010, donde se contrataron 150 tapas de polipropileno. Y el otro, el 015 de 2010 por 212 millones de pesos y buscaba “la compra de 400 tapas de polipropileno para pozo de inspección…”.
Ahí empezaron a llegar a las Empresas Públicas de Neiva las tapas con el logo de la Empresa de Acueducto de Bogotá, el número de contrato que dicha empresa sostuvo con Maderplast, el nombre de la segunda firma y años -2009 hasta 2011-.
Inconvenientes
Maderplast soportó un lío jurídico con la Empresa de Acueducto de Bogotá -con la que sostenía un vínculo contractual- porque, aunque las tapas instaladas en Neiva no eran de propiedad de la Empresa de Acueducto -porque eran de pésima calidad e iban a ser botadas al relleno Doña Juana- sí contenían el nombre y logo de la entidad pública. Temían que ante un accidente de tránsito -porque las tapas no resistieran el peso de una motocicleta o un carro- involucraran penalmente a la Empresa de Acueducto de Bogotá o Maderplast porque sus nombres están plasmados en las tapas. Reclamaron y amenazaron a Maderplast con suspender el contrato de tapas de alcantarilla en Bogotá. Por esto, reaccionó la empresa.
¿Por qué?
Lo cierto es que a Juan Pablo Polanía Lizcano, auxiliar de almacén de EPN, y a John Jairo Montealegre Motta, profesional especializado de recursos físicos e interventor del contrato, no les importó que las tapas estuvieran marcadas con la Empresa de Acueductos de Bogotá y dijeran que eran de uso exclusivo de la empresa. Las recibieron a satisfacción y Juan Carlos Herrera, entonces Gerente de EPN, pagó los 400 millones de pesos.
LA NACIÓN conoció que el almacenista y supervisor, John Jairo Montealegre, respondió a la Oficina de Control Interno de EPN “que en el almacén de Empresas Públicas de Neiva se recibieron 400 tapas de polipropileno y el encargado de recibirlas fue Juan Pablo Polanía, quien manifestó que al momento de recibirlas no se tuvo en cuenta qué logos traían las tapas por cuanto la minuta del contrato no hacía referencia alguna a marcas ni logros que tuvieran que tener las tapas…”.
Sin embargo, la pregunta que queda es, sino importaba qué logo tuviera cada tapa de alcantarilla –como dice el contrato- ¿por qué a algunas tapas de la Empresa de Acueducto de Bogotá que están instaladas en Neiva, les colocaron encima el sello de la gota de agua de EPN? Nadie responde. Y no es claro para las autoridades quién intentó borrar la marca del logo del Acueducto de Bogotá por la gota, como lo evidenció LA NACIÓN.
“Lo hicieron con un hierro ordinario, un pésimo regrabado tratando de ocultar los sellos de originalidad de cada tapa”, explica el investigador contratado por Maderplast.
John Jairo Montealegre -quien según el contrato es quien pide a la Gerencia de EPN la compra de las tapas- y Juan Pablo Polanía Lizcano, se lanzan la pelota de la responsabilidad. Juntos son investigados por la Fiscalía y Personería.
Acciones
Conclusión: Maderplast colocó una denuncia ante el Tribunal Superior de Neiva por reparación directa, daños y perjuicios contra Empresas Públicas de Neiva y Ferretería Horizonte. Además, hay dos denuncias en la Fiscalía Seccional 17 por presuntas irregularidades en los contratos 047 y 015.
Por su parte, la Fiscalía Décima Seccional investiga el delito de receptación (comprar elementos robados) en contra de EPN y Horizonte. La Personería investiga disciplinariamente a Juan Carlos Herrera, gerente de la época de los hechos; Juan Pablo Polanía y John Jairo Montealegre, quienes aún se sostienen en sus cargos en EPN (atornillados en la reestructuración auspiciada por Héctor Aníbal Ramírez).
Por ahora, las autoridades procederán a retirar las más de 400 tapas que aún permanecen en Neiva. Sin embargo, Aurelio Navarro, gerente de EPN, dijo que colaborará con la justicia, pero pidió que tan pronto sea retirada una tapa le informen para reemplazarla por otra y así evitar accidentes.
El problema es que ahí actuaría la Contraloría Municipal porque aparecería el detrimento patrimonial porque no solo en el 2010, EPN compró 400 tapas de dudosa procedencia, al parecer robadas, de pésima calidad, sino que ahora debe retirar y comprar otras.
El rollo se extendió a Yaguará. Hay 30 tapas en iguales condiciones. En Neiva, LA NACIÓN comprobó que en los barrios Villa del Río, Las Mercedes y Tercer Mileno, aún están las mismas tapas.
Omar León, dueño de Hidromar, no contestó su celular. Deberá explicar de dónde sacó las tapas de la discordia.
‘Me engañaron, es lo más lógico’
William Javier Pérez, dueño de Ferretería Horizonte, quien vendió a EPN las tapas, se defiende.
¿De dónde sacó las tapas que le vendió a EPN?
A principios de 2010, las EPN nos invitó a cotizar para suministrar unas tapas en polipropileno. Nos avisaron que nos adjudicaron el contrato y empezamos a legalizar el contrato. Llamé a Maderplast, pregunté si tenían las tapas y solo tenían 14 y el resto se demoraban entre 45 y 60 días. Como el contrato decía 30 días, compré las 14 tapas y el resto las compré en Hidromar en Bogotá, cuyo propietario es Ómar León. Tengo factura que indica que la compra fue legal.
Maderplast dice que las tapas que usted compró y revendió fueron construidas por pésimo material y eran de uso exclusivo de Bogotá.
¿Compró usted algo robado?
Cuando le compré las tapas a Maderplast -tengo la factura de 14- venían con el mismo logo, nombre del Acueducto y Alcantarillado de Bogotá, del resto de tapas que le compré a Hidromar. Como el contrato en sí no decía que tenían que ser tapas sin logo, solo pedían de cierta medida.
¿Y qué hace cuando se entera que las tapas que vendió eran robadas?
Cuando empiezan las noticias, me fui y hablé con Ómar León, quien me las vendió y me dice ‘tranquilo, yo a usted le facturé, tengo facturas del día en que compré esas tapas. No sé de dónde las habrá sacado él, yo respondo por las tapas que le compré a él’.
¿Ya demandó a Hidromar?
Lo metieron en líos, hasta lo allanaron.
Tenemos dos abogados al frente del tema. Sí los vamos a demandar porque quienes tienen que saber de dónde sacaron esas tapas son ellos. Yo solo respondo a quién le compré y de dónde saqué esas tapas.
¿Por qué tenía una tapa de esas mismas modelo 2013? ¿Sigue vendiéndolas?
También encontraron tapas en Yaguará y Teruel. Eran para una ingeniera que había suministrado 26 tapas a Yaguará. Ella me dijo que necesitaba unas tapas de esas mismas. Yo simplemente llamé a Miller León, que tiene ferretería allá, y me envió esa tapa de mostrario. Ahora por qué tienen que tocar ese tema si el contrato es 2009 y 2010.
Lo que dicen las autoridades es que usted estaría vendiéndolas.
No puede ser, para poder hacer un tipo de tapas necesitan un molde. A mí me la enviaron como mostrario para ver si podía negociarla con una ingeniera. Me la envío Miller León de Bogotá. Ahora vendo tapas de Ingepol de Medellín. A mí me engañaron, es lo más lógico. Tengo como demostrar que le compré las tapas a un establecimiento de comercio en Bogotá.