Rodolfo Valderrama
Que no permita más engaños; los incumplimientos han sido reiterados especialmente desde que César Gaviria presentó su Plan de desarrollo y exclamó, “Bienvenidos al futuro”, prometió los más altos índices de desarrollo social; los siguientes gobiernos también han prometido desarrollo a todo nivel, pero los resultados son contrarios, creciente desigualdad, salubridad maligna, reducción del empleo formal, alarmante informalidad, asfixiante deuda externa, inseguridad imparable, etc. Esto lo origina un sistema político y socio-económico rígido que desacreditó al Estado y magnificó al sector privado guiado por la “sabiduría del mercado”; muchos han sido los engaños, como los fondos privados de pensión, verdadero despojo a pre-pensionados, también se calificó al Estado de corrupto, paradójicamente la mayor corrupción la lideran grandes empresas, Odebrecht, Reficar, las Barcazas, los Nule, etc.
Consecuencia de estos fracasos han sido las estruendosas protestas sin precedentes, especialmente por el despertar juvenil, pese a la violencia, explicada por la irracionalidad ocasionada por hambre, indignación o desespero; razonable la obligación del Estado para castigar atrocidades sin importar su origen; lo inaceptable es eximir de toda culpa al régimen por abuso del poder durante décadas. La juventud ha iniciado un proceso por cambios en sus condiciones de vida, será largo y tortuoso, no acepta únicamente paliativos, sino cambios profundos según han manifestado, esto implica modificar el paradigma neoliberal para soluciones definitivas en educación, empleo, salud, etc, liderados principalmente por el Estado. El gobierno replicaría que sería retroceder 50 años, pero olvidaron que en la década de 1980 retrocedieron 200 años, al reemplazar el intervencionismo estatal por el liberalismo clásico. Aceptando que el principal problema social es el gigantesco déficit de empleo formal y que el empresariado no está en capacidad de solucionarlo, por razones ya explicadas, es el Estado quien debe cumplir esta misión respaldado por una reforma fiscal progresiva.
Ningún candidato de oposición está proponiendo medidas opuestas a la estrategia oficial en materia de empleo, salvo Roy Barreras, (Que no ha sido mi referente), quien ha expresado que el Estado debe generar empleos directamente, no dar ayudas a empresas para que, “Entreguen migajas al trabajador”. Dada la pugnacidad en la oposición por caudillismos descuidando las propuestas, es deseable que el movimiento juvenil logre la unidad en torno a programas sobre “Lo fundamental”; que se informen, sean analíticos, cuestionar cifras oficiales sobre pobreza y desempleo para un diagnóstico acertado, destruir el mito de que lo mejor es un Estado reducido, vergonzoso y discriminatorio los contraticos oficiales; aceptar la estrategia paliativa oficial como complemento, no sustituto de reformas estructurales, que los consejos de juventud no sean un engaño más; movilizaciones con mínimas afectaciones a terceros para atraer su apoyo, eso sí contundentes, por ejemplo ejercer permanente presión al Congreso y a legisladores cuando permanezcan en sus regiones.