Jorge Luis Salcedo
En una solución de conflictos, o, diferencia de opiniones entre una, o, más partes, se debe tener en cuenta la palabra “relentizar”, más específicamente amortiguar ante un concepto que sea agresivo, mas no respondiendo con las mismas armas sino diplomáticamente, repitiendo antes de contestarle a la contraparte; haciéndole la pregunta con diferente redacción como interrogante, y luego sí, después de ver la reacción de la persona contraria contestar suavemente para no crear una reacción adversa que sea escalonada hacia la ira.
Por ejemplo, si al ver un cuadro en donde el fondo es “amarillo quemado”, una persona opina que no es “amarillo quemado” sino “amarillo pollito” y que yo soy un bruto y estúpido por decir que es “amarillo quemado” lo lógico para atenuar la discusión es responder: ¿tú dices que es una estupidez y una brutalidad pensar en que ese color no es amarillo quemado? más bien yo opino que debemos evaluar la luz con la cual se está iluminando el cuadro, ¿no crees? De esa manera hago de cuenta que no me doy por insultado y más bien le hago creer a mi contraparte que podría tener la razón sin que se llegue a dar por entendido que él tenga o no la razón, no es prudente crear un conflicto por banalidades.
Así como el anterior ejemplo, creo que Colombia ante situaciones de conflicto con países vecinos como Venezuela, no debe entrar a confrontarlos ni meterse en sus problemas. Venezuela y los venezolanos deben solucionar sus problemas sin que nosotros los colombianos tomemos parte. Por el contrario, ellos son nuestro país hermano al cual amamos por compartir muchas cosas, así tengamos que tragarnos enteros todos los sapos con los cuales no estemos de acuerdo; lo cual no quiere decir que tengamos que adoptar sus creencias políticas ni aceptar introducir sus costumbres filosófico-políticas en Colombia.
Venezuela la de este gobierno, antes de Chávez y ahora de Maduro, no han podido involucrar a nuestro pueblo con su ideario más que para contaminar a unos cuantos “pelagatos” de izquierda y ladrones, criminales, narcoterroristas a los cuales abriga para secuestrar y delinquir.
Hoy en día exigen que les entreguemos a la empresa de Monómeros, ante lo cual estoy totalmente en desacuerdo; pues ellos no nos devolvieron empresas y propiedades de colombianos y venezolanos al expropiar tajantemente sin derecho a chistar y tampoco les importó no pagar sus deudas a industriales y sector agropecuario en general de Colombia. Maduro exige que nos arrodillemos ante él y ante sus políticas, pero pienso que sin ponernos a discutir hay que dejarlo que patalee solito.
Por eso es importante la Reciprocidad.