A sus 47 años, Marly Chávarro lleva a cuestas un cáncer que le ha atacado en varias partes de su cuerpo, lucha con la ayuda de tratamientos de radioterapia y quimioterapia, a lo que se someterá durante el resto de su vida.
Desde hace cinco años la mujer oriunda de Garzón tuvo que dejar su trabajo en la cooperativa de café Coocentral. Fue en un día laboral en que por error rozó su seno izquierdo con un costal de café, cuando todo empezó.
“Yo estaba chuzando costales y en esas me rocé el seno, pero en la noche me comenzó un ardor, yo no le presté mucha atención, pero al siguiente día la molestia aumentó así que saqué una cita médica”.
Los profesionales en salud le indicaron que se trataba de masas en el seno y que debía practicársele una cirugía, según la adulta hubo fallas en el sistema pues no le hicieron la requerida biopsia para determinar un diagnóstico que descartara o corroborara la presencia de cáncer.
“A los ocho días de la cirugía el seno se me puso demasiado grande, entonces volví donde el médico y me dijo ‘no, doña Marly, usted tiene cáncer’, yo le dije ‘pero cómo así’, y él me preguntó por los resultados de la patología, porque después del procedimiento las masas fueron enviadas allá”.
Al mes siguiente de la intervención llegaron los resultados predecibles. El cáncer grado 3 fue descrito por el médico como “demasiado grave”.
En la guerra contra la enfermedad, le fue extirpado parte del seno, pero luego el cáncer apareció en la cadera, posteriormente en la rodilla izquierda, en las paletas, y hace seis meses en el cuello. Todas estas las ha detenido por medio de radioterapia.
Hoy en horas de la tarde la adulta estará en una nueva sesión de radioterapia en Neiva, donde tuvo que radicarse debido a su enfermedad, y la acompañará su única hija Kelly.
“El doctor me dice que mis quimioterapias son de por vida. El cáncer es muy agresivo, pero aquí voy luchando”.
