Tenía cien años de edad, y a lo largo de su prolífica existencia se había consagrado por su calidad vocal y su aporte a la música cubana.
La cantante cubana Esther Borja, considerada una leyenda de la canción lírica de la isla, falleció ayer en La Habana a los 100 años, informó la televisión local sin precisar las causas.
Borja, Premio Nacional de la Música, "falleció la madrugada de este sábado", dijo el telediario local, subrayando que la soprano dedicó "casi toda su existencia" a destacar "los valores de la música cubana".
Sobre los escenarios de la isla "no existió otra damisela más encantadora", añadió el reporte televisivo, refiriéndose al papel de Borja como musa inspiradora del clásico "Damisela encantadora", que el compositor cubano Ernesto Lecuona escribió especialmente para su amplia tesitura.
Nacida en La Habana en 1913, Borja inició su carrera artística en 1935 y no tardó en convertirse en la intérprete preferida de Lecuona (1895-1963), el compositor cubano más difundido en el mundo y con el que viajó por Argentina, Chile, Perú, Brasil y Uruguay. También interpretó piezas de otros importantes compositores cubanos de la época, como Gonzalo Roig y Rodrigo Prats.
"En 1943 viajó a Estados Unidos, donde fue aplaudida junto a Lecuona en el Hall of America y en el Steinway Hall, de Nueva York", donde "la escuchó el compositor de operetas húngaro Sigmud Romberg, quien la contrató y presentó con su orquesta en el Carnegie Hall", según la enciclopedia digital cubana Ecured.
A partir de 1961 y durante 25 años condujo el programa televisivo Álbum de Cuba, sobre la canción cubana, y tras su despedida de los escenarios en 1984, se dedicó a impartir conferencias dentro y fuera de la isla, ejercer como jurado en certámenes musicales y a asesorar programas culturales.
La televisión precisó que los restos de la cantante "serán cremados y velados en ceremonia íntima".