“Platero es pequeño, peludo, suave; tan blando por fuera, que se diría todo de algodón, que no lleva huesos. Sólo los espejos de azabache de sus ojos son duros cual dos escarabajos de cristal negro”
Capítulo primero de “Platero y yo”, de Juan Ramón Jiménez
Estas son las primeras palabras de uno de los relatos más leídos de la historia, que este año está celebrando su centenario y que, curiosamente, vio la luz de forma fortuita en 1914.
Nos cuenta la prensa española que “ ‘Platero’ no era un libro que quisiera publicar Juan Ramón -revela Carmen Hernández-Pinzón, sobrina nieta del escritor-. Él lo pensaba incluir en sus obras completas, y, como estas no las dio nunca, pues jamás hubiera visto la luz si no es por este enfadó con su amada Zenobia, que retrasó una traducción de Tagore que él había prometido entregar a un editor y para la que tenía que contar con la gran ayuda de ella”.
“Entonces, ante la imposibilidad de poder hacerlo en ese momento con Zenobia, y ya muy agobiado, a Juan Ramón no le quedó más remedio que entregar ‘Platero’” a su editor.
El propio escritor recuerda que “Platero y yo” no era un relato para niños. En el “prologuillo” de su obra, relata lo siguiente, a modo de revelación: “Suele creerse que yo escribí “Platero y yo” para los niños, que es un libro para niños. No. (…) alterando la idea momentánea, escribí este prologo: ‘Advertencia a los hombres que lean este libro para niños: Este breve libro, en donde la alegría y la pena son gemelas, cual las orejas de Platero, estaba escrito para… ¡qué sé yo para quién!…”
Reconocimientos
Sin importar estas consideraciones, hay que recordar que “Platero y yo” es una de las lecturas obligadas en el colegio. Con ocasión de los cien años que cumple en este 2014, el burrito más famoso de la literatura hispana recibirá honores con gran cantidad de eventos y actividades, incluido un congreso internacional en noviembre, reediciones, una edición especial con dibujantes de todo el mundo, lecturas, un recorrido con un circuito "juanramoniano", una exposición al aire libre, conferencias, música y nuevas traducciones, entre ellas al catalán, marcarán una programación que tendrá extensión internacional.