El Huila sigue siendo una víctima del centralismo trasnochado que frena el desarrollo, la democracia y la equidad en Colombia. El expresidente Uribe le quitó al departamento 5.800 hectáreas El Huila sigue siendo una víctima del centralismo trasnochado que frena el desarrollo, la democracia y la equidad en Colombia. El expresidente Uribe le quitó al departamento 5.800 hectáreas de sus mejores tierras al decidir autoritariamente que el Proyecto del Quimbo se haría por las buenas o por las malas y autorizó a Emgesa iniciar la obra, aún antes que el Ministerio del Medio Ambiente hubiera otorgado licencia ambiental. El Quimbo desplaza a más de 400 familias campesinas, inunda tierras de vega dedicadas a cultivos de cacao, arroz y maíz, deja bajo el agua no sólo poblados e infraestructura vial sino también importantes restos arqueológicos de cultura aborígenes y causa daños irreparables a nuestro medio ambiente. El gran beneficiado será la multinacional Emgesa que se embolsillará millones de dólares de utilidades. A su vez el presidente Santos con la ley de reforma al régimen de regalías privó al Huila de un promedio de 300.000 millones de pesos anuales que recibían el departamento y los municipios productores, con que se financiaba el desarrollo social en sectores como la educación, la salud y el saneamiento básico. Los recursos van hoy a los fondos creados por la nueva ley algunos de los cuales financiarán proyectos regionales, pero en un país clientelista como el nuestro “el que tiene más saliva moja mas bizcochuelo” y las regiones con más votos, más organización y mejor clientelismo como Cundinamarca, Antioquia o la Costa Atlántica, se quedará con la parte gorda de la torta. Pero lo más despreciable del centralismo es que la gran corrupción central, le está quitando al Huila, sus propios recursos. El ex gobernador Pajarito Sánchez, decidió aportar 40.000 millones de pesos en el Distrito de riego Tesalia- Paicol y 20.000 millones en la carretera Isnos – Paletará – Popayán. Como eran megaproyectos del gobierno nacional, los contratos fueron adjudicados en el primer caso por el Incoder y en el segundo por Invías. Y claro, los beneficiarios fueron compañías en donde los primos Nule tenían una parte importante de las acciones. Las dos obras llevan paralizadas hace cerca de un año. A pesar de haber recibido el 65% de su valor en anticipos, para el caso del distrito de riego, sólo se ha construido el 25% de la obra. El Huila ya entregó todos sus 60.000 millones de pesos y las dos obras son hoy un buen ejemplo de la corrupción e ineficacia del gobierno central. Porque el país sabe que en los contratos con los Nule, siempre había sobornos. Lo que no se sabe es si algo de este dinero llegó al Huila, que como van las cosas, sería el único riego que tendría el departamento. Le pregunto a los partidos políticos y a los parlamentarios del Huila ¿Cuánto más tenemos que esperar para que se vuelva realidad lo estipulado en el primer artículo de la constitución que reza “Colombia es un estado social de derecho, organizado en forma de república unitaria, descentralizada, con autonomía de sus entidades territoriales …”