Tiene alguna relación los reiterados anuncios de las Farc de retomar la agenda inconclusa del Caguán con la próxima Cumbre de las Américas? Probablemente sí. MIGUEL ÁNGEL LEMUS M. ¿Tiene alguna relación los reiterados anuncios de las Farc de retomar la agenda inconclusa del Caguán con la próxima Cumbre de las Américas? Probablemente sí. Ni tontos que fueran para desperdiciar un escenario que reunirá 34 jefes de Estado y de Gobierno para discutir sobre el rol de la integración física y la cooperación regional. Y la negativa del gobierno para referirse a las recurrentes propuestas de la insurgencia de retomar los diálogos de paz -por lo menos en el corto plazo- podría entenderse como una estrategia del gobierno para restarle protagonismo a las Farc. No obstante, en el juego político, es sabido que algunas cartas no se destapan, por lo que no es descartable que las simpatías de algunos gobernantes con la insurgencia colombiana, pueda conducir a una eventual “caguanización de la cumbre”, pese a que su propósito está orientado al rol de la integración física y la cooperación regional para la superación de los desafíos históricos de la región, como lo son la pobreza y la desigualdad. Por lo pronto, y mientras los protagonistas elucubran sobre sus estrategias, el país real espera que las Farc cumplan con el compromiso de entregar a los suboficiales cautivos a la brevedad y que sea efectiva la promesa de devolver a los secuestrados por motivos extorsivos. En esto no puede haber ninguna dilación, ni se puede utilizar el dolor que genera la privación de la libertad, como estrategia política para internacionalizar el conflicto. Prolongar el secuestro o extender la posibilidad de las liberaciones en fecha coincidente con la Cumbre de Cartagena, significaría un triunfo para la insurgencia, pues tal hecho no podría pasar inadvertido por la prensa nacional e internacional, y, por supuesto, de los ilustres visitantes. ¿Quién podría dudar de las admoniciones de los presidentes Chávez y Obama para convocar al hemisferio en favor de la paz colombiana? Apenas natural, no sólo porque a todos les interesa la paz, sino porque ambos están en campaña electoral y les interesa conquistar votantes esquivos. Y el Brasil, por su parte, no desaprovecharía la oportunidad para refrendar su condición de potencia del área y de mediador natural del conflicto colombiano.