San Juan, agua y fuego

Escrito por Albeiro Castro Yépez

La conmemoración de la fiesta de San Juan prende la alegría de los opitas, y de muchas otras comunidades en el ámbito mundial, pues,  Juan el Bautista logró despertar un inmenso fervor en el mundo cristiano, a él, se le reconoce el mérito de haber bautizado en las aguas del río Jordán al redentor del mundo, especial situación que dio continuidad a la tradición del baño en diversas fuentes de agua, entre ellas, el mar, el río, y donde no existía cuerpo de agua se acudía a la pila local.

En la antigüedad las gentes creían que bañarse la noche de San Juan, esto es, el 24 de junio, les permitía acceder a la gracia de la salud; posteriormente, en los albores de la era cristiana, se le consideraba la inmersión en un río como la aceptación o la renovación del bautismo, tal como, lo hizo Juan con el Mesías.

En el caso del Valle Alto del Río Magdalena, los campesinos de la hacienda ganadera acostumbraban elaborar muñecos a escala humana representando la figura de Juan El Bautista, para luego embarcarlo en una canoa río abajo, formando el jolgorio en los embarcaderos donde llegaban, sin desconocer que también se realizaban actos litúrgicos en memoria del Santo Patrón.

Los neivanos han querido revivir esta costumbre, y para ello, han intentado en varias oportunidades llevar algunos actos de la fiesta de junio al río Magdalena, entre ellos, las vísperas con la realización de una “noche mitológica” con una amplia representación de creencias que a manera de comparsa se mezclaron con el público, caminando  desde el monumento a La Gaitana hasta el Pentagrama Musical, verbena amenizada con la quema de castillos, acompañada de bandas musicales llegadas en representación de los municipios huilenses apostados a la vera del río de La Patria. En otra ocasión se llevaron las candidatas al Reinado Popular a una caminata por el Parque Isla.

En este mismo sentido se advierte la presencia del elemento fuego durante las calendas de junio, trayendo a la memoria el solsticio que según el hemisferio marca verano o invierno, pero, para ambos casos en la antigüedad las comunidades   organizaban piras en honor al astro rey, entonando canticos y bailando en torno al fuego, consumiendo generosas viandas y dulces, evento al que algunas comunidades prehispánicas  llamaron Inti Raymi o fiesta al sol, aún hoy,  es posible vivirla en Cuzco Perú.

En Valle Alto del Río Magdalena esta tradición se marchitó en la época de la colonia, sustituyéndola por las Fiestas Reales,  una mezcla de devoción a San Juan El Bautista con diversión. La devoción convocaba al rezo de la novena, la celebración de la noche de vísperas, y por supuesto, el día de la patronal una vez concluía la celebración eucarística  se le daba rienda suelta a la diversión, abriendo con un bazar donde los feligreses consumían generosas porciones de carne asada de cerdo, hoy coloquialmente conocida como “asado huilense”, bebidas refrescantes y embriagantes.

La canción dice: “y después pa que les cuento, si les ha de dar envidia”, pero resulta oportuno recordar, las tardes del día de San Juan, tardes que se iban en las cabalgatas, corralejas y la infaltable despescuezadura de gallos, actividades que se gozaban a rabiar, y que los jóvenes de hoy en día no han tenido la oportunidad de vivir, se tendrán que contentar con las historias de los abuelos, o mirando los documentales video gráficos que con ocasión de la fiesta se emiten por diferentes medios electrónicos.

Al toldar el sol, tímidamente los amigos y compadres abrían la verbena con bailes y canturrias, que de apoco se encendían hasta el clarear de la aurora, si bien, quienes hemos superado la barrera de los sesenta añoramos estos eventos, los jóvenes la viven a su manera, ellos obvian las tradiciones y se enfocan en la rumba, pues, al conjunto de tradiciones en la escuela contemporánea se le conoce como “huilensidad”, una catedra que se cursa en el primer semestre del año lectivo, conocimiento que los chicos consideran de suficiente ilustración.

Por fortuna la añoranza de volver a tener contacto con el elemento agua durante las festividades de San Juan, encontró positiva respuesta en la programación del primer Festival del Bambuco en San Juan y San Pedro en la época pos Covid-19, con un evento que permitirá la interactuación con el río Magdalena, un desfile náutico con las candidatas a Señorita Neiva, se espera entonces que los neivanos se gocen el retorno del festival, disfrutando el furor de la fiesta, cuidando la salud y observando a cabalidad los protocolos de bioseguridad trazados para el evento.

Feliz San Juan

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