Especial LA NACIÓN
Estamos en el tiempo de la depresión, donde estar deprimido pareciera más una moda, que un trastorno del estado de ánimo, donde nos deprimimos porque alguien nos miró mal, porque alguien nos contestó de una manera inadecuada o por alguna situación particular; depresiones que en muchas ocasiones inventamos pero que tienen un significado de trasfondo.
Los jóvenes de hoy no saben qué es la depresión pero la padecen, sin saber que este trastorno es uno de los principales detonadores del flagelo del suicidio.
La depresión afecta el cuerpo, el ánimo y los pensamientos; los principales síntomas para darse cuenta de que estás padeciendo este trastorno son la ansiedad, la angustia, la melancolía, la soledad, el desgano, la tristeza y la desesperanza.
Existen varios tipos de depresión pero hay una con la que los jóvenes se identifican más y es la depresión reactiva o depresión exógena. Esta surge por factores ambientales externos a partir de situaciones difíciles, contrariedades, malentendidos, discusiones. El entorno, el estado de salud, los sucesos de la vida y determinados patrones de pensamiento afectan las reacciones de las personas frente a los acontecimientos. La depresión puede llegar a ser tan fuerte que supera la capacidad de la persona de hacer uso de la razón.
No existe medicamento antidepresivo que funcione cuando el joven y las personas circundantes carecen de la voluntad de superación; en estas circunstancias no hay palabras que sirvan cuando te encierras en tu teoría y en tu verdad; crees ciegamente que tienes la razón.
Los adolescentes con depresión por lo general ven todo más negativamente y son incapaces de imaginar que cualquier problema o situación se puede resolver de un modo positivo. Pero, ¿cómo enfrentarla? ¿Cómo salir de una crisis de depresión?
Creo que lo primero que debes hacer es aceptar que padeces este tipo de trastorno depresivo y que necesitas ayuda. Puede resultar descabellado decir que debes intentar realizar esas cosas que antes creaban en ti ilusión y emoción, pero puedes intentarlo, podría ser de gran ayuda; piensa que eres una persona con todo a tu alrededor, bendecida por el don de la vida. Si crees que no eres importante para tu familia y amigos, sin duda lo eres para Dios. Acepta tu historia, la que te pertenece, la que tú creaste, ninguna otra, por infame que sea, fue esa, tú mismo te enredas la existencia y tú mismo la ordenas; no renuncies a tus derechos, no renuncies a la vida y a la libertad, lucha por ellos.
La sociedad y la familia juegan un papel fundamental en todo este proceso; el apoyo y el amor incondicional a nuestros jóvenes encienden una luz en sus caminos y reactivan su motivación.
La depresión es real. Afortunadamente, la mayoría de los adolescentes que obtiene ayuda logra llevar adelante una adolescencia y una adultez gozosa; lo más importante es que busques ayuda oportunamente y recobres la confianza en ti.
La depresión es un mundo desconocido saturado de sombras donde Dios también permite que sus mejores instrumentos se cubran de ellas para que su nombre resplandezca y brillen de nuevo sus vidas.
Referencias:
Health & publication/ Depression-National Institute of Mental Health (NIMH) http://www.nimh.nih.gov/
* Silvana Velásquez es estudiante de Psicología de la Universidad Cooperativa de Colombia, con amplios conocimientos en enfermería, con alta competencia lingüística en inglés y con una significativa experiencia laboral en hospitales de EE.UU., más específicamente en las áreas de salud mental, rehabilitación y Neurología; representante nacional de la Red Mundial de Suicidiólogos en Colombia, Miembro de la Red Salud Mental del Huila.