Un recetario gratuito prometerle cambiarle la vida a los niños con cáncer en el país. La guía contiene 90 recetas de fácil preparación que le permitirá a esto pequeños tener una mejor alimentación en medio de sus tratamientos.
Con el objetivo de ofrecer un variado menú para mejorar la alimentación de los niños con cáncer en Colombia, el Instituto Nacional de Cancerología y la Universidad ECCI presentaron un recetario gratuito llamado ‘Saboreando la Vida’ que ha generado una gran aceptación.
El recetario dirigido a los padres de familia y cuidadores de los menores de edad, ofrece opciones nutricionalmente aptas para pacientes oncológicos pediátricos, cuyos atributos son idóneos para los síntomas del padecimiento y tratamientos, pero que también son económicos y sobre todo sabrosos.
‘Saboreando la Vida’ es producto de una investigación sobre los niños menores de 12 años que padecen de cáncer y que durante su tratamiento presentan síntomas como diarrea, náuseas, vómito, pérdida de apetito, dificultad para masticar, pasar alimentos, los que los lleva muchas veces a presentar niveles de desnutrición.
La elaboración de este documento empezó con un trabajo de campo en los hogares de paso Opnicer y Luisito, adscritos al Instituto Nacional de Cancerología, donde se valoró a los niños después de los tratamientos de quimioterapias y radioterapias, donde se pudo conocer que no querían comer, teniendo graves niveles de desnutrición.
Fueron a través de entrevistas y talleres de gastronomía, lo que permitió conocer los principales aspectos relacionados con niños de 1 hasta 12 años: sus síntomas, sus gustos, sus tradiciones y aspectos culturales, sumado al aporte que nos hace la gastronomía colombiana.
Sabor a la vida
El profesor Nelson Pérez, docente de investigación del programa de gastronomía de la Universidad ECCI, afirmó que esta es una investigación que se hace con esta población que requiere de una especial atención del sistema de salud en Colombia.
“El recetario ‘Saboreando la Vida’ contó con la participación de los cuidadores, padres de familia, personal de apoyo de los hogares, especialistas tratantes y por supuesto de los mismos niños, de diferentes regiones del país e inclusive de Venezuela, que sumado a un equipo de trabajo conformado por profesionales de fonoaudiología, nutrición, enfermería y gastronomía, se diseñó y validó cada una de las más de 90 preparaciones que están plasmadas en este recetario”, explicó.
Dijo que en este proceso es importante destacar que las recetas están organizadas por los síntomas propios de la enfermedad o del tratamiento: pérdida de apetito, náuseas, vómito, xerostomía, disfagia, diarrea, estreñimiento, mucositis y cambio de sabor.
“Las recetas se diseñaron para cubrir desayuno, almuerzo y comida, las cuales vienen recomendadas para cuatro personas, pero también hay recetas para ocasiones especiales”, destacó el experto.
La importancia de las frutas y verduras
Quienes estuvieron detrás del recetario tuvieron presente la importancia de algunos alimentos y frutas para fortalecer el sistema digestivo de los niños.
“En el recetario se consideró la inclusión de algunos de estos alimentos, guanábana, frutos rojos, lenteja, además de los tradicionales que están en la canasta familiar de todos los colombianos como el pollo, la carne, el pescado, las espinacas, las verduras, zanahorias y hasta postres con los que se recalca que se trata de un recetario de alimentación y no de curación”, explicó el profesor Pérez.
Señaló que además se tienen recetas muy conocidas y sabrosas para el paladar de los niños.
“En las recetas propuestas se incluyen alimentos como el huevo y platos como el ajiaco, aprovechando el gusto de los pacientes por estos sabores. Los complementos alimenticios, las cremas y las coladas desabridas son asociadas por los pacientes al tratamiento, por lo que no son aceptadas con agrado, entonces, en este recetario se evitó usar sabores a “remedio” y texturas viscosas”, sostuvo.
La señora Beatriz Gutiérrez, madre de un niño con cáncer de ocho años de edad, afirmó que este recetario se convierte en la mejor estrategia, para que los niños en medio de sus tratamientos tengan una adecuada alimentación.
“Muchos luego de la quimioterapia no quieren comer, por el malestar que sienten en su cuerpo especialmente en su estómago, ellos ya no quieren las tradicionales coladas o gelatinas sin azúcar, porque no les gusta, razón por la cual ven en el recetario una alternativa de comer algo diferente”, indicó.
Agregó que los tratamientos han sido difíciles, sin embargo, han encontrado la forma de que los niños disfruten de alimentos sanos pero sobre todo ricos.
