Las viviendas que colindan con el río Las Ceibas en el barrio Las Delicias son el desagüe de los residuos de sus vecinos. Las viviendas que colindan con el río Las Ceibas en el barrio Las Delicias son el desagüe de los residuos de sus vecinos. El alcantarillado está taponado dese hace más de siete meses, tiempo en el que han pedido infructuosamente a las Empresas Públicas de Neiva una solución a la problemática. Los residentes tienen que vivir en medio de las aguas residuales de todo el barrio. GINNA TATIANA PIRAGAUTA G. LA NACIÓN, NEIVA Fétidos olores emanan de los baños y patios de las viviendas que colindan con el río Las Ceibas en el barrio Las Delicias, en el norte de la ciudad de Neiva. El alcantarillado comunitario se taponó desde hace más de siete meses y desde ese tiempo los residentes del sector viven en medio de los residuos fecales de los habitantes del barrio. Los afectados aseguraron que durante todo este tiempo acudieron insistentemente a las Empresas Públicas de Neiva (EPN), pidiendo una solución efectiva a la difícil problemática que padecen, pero que nunca encontraron el apoyo requerido. En la casa de Estefanía Fierro, ubicada en la calle 25 C N° 2-33 es imposible utilizar la ducha, el sanitario o el lavadero. Ante el mínimo vertimiento de agua en los sifones, todo tipo de desechos brotan hacia las casa de los habitantes, según evidenció LA NACIÓN. Los pobladores tienen que bañarse con mangueras en los patios de las casas y sus necesidades fisiológicas tienen que realizarlas afuera de las viviendas. En medio del insoportable olor tienen que dormir, preparar sus alimentos y comer. Preocupante situación La población infantil en el sector afectado es bastante alta y muchos pequeños han presentado brotes en la piel, diarreas y vómitos, según sus padres, como consecuencia de la contaminación por las aguas negras o residuales. Isabel Durán es una anciana que convive con sus cinco nietos alrededor del río Las Ceibas y aseguró que la aquejan problemas de salud, como consecuencia del rebote de las alcantarillas en sus casas. Constantes dolores de cabeza y brotes en el cuerpo, padece la mujer. Isabel dijo que esta situación es un sufrimiento para ella y su numerosa familia. Una tarde no tuvo más remedio que sentarse a llorar en el patio, ante el desolador panorama de tener que convivir con los fétidos residuos fecales. En las temporadas de lluvias la situación es peor y los ríos de aguas negras desfilan por las calles del sector. La desesperada mujer rompió el suelo de la casa con la ayuda de sus hijos y realizaron por el medio de la vivienda un improvisado canal dirigido hacia el río, para que los desechos salieran de su hogar. Aseguró que visitó y llamó insistentemente a las EPN en compañía de sus vecinos, para solicitar el arreglo que nunca llegó. “Un día me dijeron en la empresa que me fuera hasta la planta que queda en Buganviles y esperará allá hasta que llegará un carro con operarios y que les dijera a ellos que vinieran al barrio. A mí eso no me parece, yo con que salud me voy hasta allá si no a veces no tengo ni para mas medicinas, allá en las EPN tienen que organizar las visitas, eso no nos corresponde a los usuarios”, afirmó Isabel Durán. Viacrucis por taponamiento Los residentes afectados aseguraron que el taponamiento se presentó desde inicios del pasado mes de junio, cuando los trabajadores de la EPN realizaron unas intervenciones en el sector, y que los operarios conocieron de esta situación desde el año 2011 y les garantizaron que instalarían una sonda para el correcto desagüe de los residuos. Según los vecinos del sector, los arreglos técnicos prometidos nunca llegaron y ellos continuaron llamando o acudiendo a la entidad y siempre les aseguraron que a la semana siguiente les realizarían los ajustes correspondientes. Desde entonces, los residentes padecen diariamente de olores fétidos con los que tienen que convivir diariamente. “Uno no puedo dormir, los malos olores son insoportables. Apenas se bajan las cisternas o se abre alguna llave de paso de agua, las alcantarillas del barrio se rebosan en nuestros patios y baños, que se llenan de materia fecal y otros desechos”, aseguró Estefanía Fierro. El baño, la ducha y el inodoro son imposibles de utilizar por estos habitantes. Es frecuente que tengan que utilizar jabones en polvo, desinfectantes o aromatizantes para aislar los fétidos olores. En las calles del barrio también se rebotan los desechos físicos. La problemática se acrecienta en temporada de lluvias, cuando se agudiza el rebote de las alcantarillas. Los habitantes afectados consideraron que si esta problemática fuera por sus viviendas ellos buscarían la solución, pero que es una deficiencia del alcantarillado del barrio. Son muchos los niños que tienen que convivir con estos olores y los brotes, vómitos y diarreas ya se hicieron presentes. Los residentes denunciaron que funcionarios de la entidad les dijeron que no esperaran una solución, porque las casas afectadas al parecer, iban a ser demolidas. Respuesta de EPN Aurelio Navarro Cuellar, gerente de la entidad, aseguró que se encuentra en el proceso de empalme y desconocía con detalle la problemática del sector, por lo que destinó una comisión técnica encabezada por el subgerente técnico José Manuel González Reinoso, para que se desplazara a la zona. Al conocer la situación denunciada por LA NACIÓN, Navarro Cuellar se mostró muy preocupado y aseguró que se dispondría de los recursos técnicos de la entidad, para brindar el apoyo requerido a los pobladores de Las Delicias, que redundarán en el mejoramiento de su calidad de vida. El ingeniero González Reinoso visitó con su equipo técnico la calle 25C entre carrera 2 y 3 para realizar el correspondiente análisis. El subgerente aseguró que la problemática existente es culpa de los pobladores, porque se encuentran desconectados del conector principal de las EPN. El funcionario aseguró que el taponamiento registrado en las viviendas de las diez familias de la cuadra se originó por el depósito de escombros sobre el vertimiento de residuos y que la entidad emprendería acciones legales en contra de las familias, por contaminar el río Las Ceibas. Asimismo, aseguró que él se encontraba desde antes de junio en la entidad y desconocía por completo la problemática en el sector, porque nunca llegó a él una queja al respecto. Sin embargo, resaltó que ya dispuso de operarios para que despejaran los escombros en los vertimientos afectados.