Las dos niñas, su bebé y su esposo Sergio Vega continúan esperando pacientemente un milagro y que así Paula Duran Camargo logre superar la batalla más dura a la que se ha enfrentado: un cáncer grado IV.
Hace más de ocho meses Sergio Vega y Paula Duran Camargo decidieron darle un cambio radical a sus vidas y mudarse a los Estados Unidos con sus dos hijas de 9 y 4 años de edad. Ahora, la pareja de casados se ha vuelto viral debido al angustioso momento por el que están pasando, por cuenta de las graves falencias de salud de Paula.
Sergio es huilense y se ha dedicado al deporte toda su vida, gracias ello conoció a varios referentes en futbol y futsal en California, y se estaba desempeñando laboralmente en actividades afines. Todo les estaba yendo muy bien, resaltó.
De acuerdo con Sergio, estando radicados en California recibieron la bella noticia de que su esposa estaba esperando un bebé. Y para su fortuna, una mujer de nacionalidad ecuatoriana les ayudó a acceder al derecho a la salud, mediante Medicaid, un programa conjunto federal y estatal que proporciona cobertura de salud gratuita o de bajo costo a millones de estadounidenses, incluyendo algunas personas de bajos ingresos, familias, niños y mujeres embarazadas. En palabras del adulto, “es como un Sisbén” y con esto lograrían cumplir con los controles propios del periodo de gestación.
La pareja anhelaba que su tercer bebé fuera hombre, para ello se encomendaron a la Virgen bajo la promesa de que, si así sucedía, le llamarían José.
Sin embargo, a mediados de noviembre Paula comenzó con dolores abdominales y dado su embarazo, pronto le practicaron varios exámenes, hallando que tenía anemia. Pero a los pocos días le empezaron además fuertes dolores de cabeza, trascendiendo en que la mujer empezara a decaer en su estado de salud, al punto en que no se valía por sí misma.
“Estaba como un vegetal, acostada todo el tiempo, cuando la acompañaba al baño me tocaba alzarla, por eso un lunes 28 de noviembre la traje de urgencias, llegamos sobre las 8 de la mañana y, entonces, empezaron a practicarle exámenes. Ese mismo día, a las 11 de la noche, nos dieron la noticia de que ella tenía un tumor”, relató Sergio.
Paula tiene cáncer etapa IV (terminal) y fue trasladada inmediatamente a un excelente hospital según destaca su compañero sentimental. Además, cuentan con médicos expertos en partos prematuros, quienes con su experiencia lograron practicarle una cesárea. La mujer tenía preeclampsia, el páncreas inflamado y, además, un tumor.
Juan José nació el martes 29 de noviembre en horas de la mañana, tenía 34 semanas, y en su momento tuvo que utilizar un respirador artificial, pero pronto comenzó a respirar bien.
Ágilmente, el miércoles 30 en horas de la mañana a Paula le realizaron una cirugía extrayéndole una parte del tumor. “Es una operación bastante riesgosa, pero estábamos en manos de Dios, y ella pudo salir victoriosa”.
“Se generó por el embarazo”
El viernes de la misma semana los profesionales en salud le revelaron a la familia que la causa del tumor fue el embarazo. “Se generó por el embarazo, se le formó en los ovarios, luego se trasladó a la placenta y luego subió hasta el cerebro”.
Más en detalle, narró que el cáncer lo tiene tanto en el cerebro, como en el estómago: ya le hizo metástasis, pues invadió otros órganos y ya es incurable.
Conociendo la realidad, la pareja quiso renunciar a los tratamientos devolverse para Colombia, alquilar una finca y estar con sus familiares.
“A nosotros nos dijeron que tenía que hacerse un tratamiento, primero era la radiología, después quimioterapia y luego bioterapia, terminando esos procedimientos le daban un año de vida. Nosotros decíamos que esos tratamientos son muy fuertes, la van desgastando y consumiendo día a día, entonces, es una muerte lenta, así que, dijimos que queríamos devolvernos para Colombia. Yo le dije, nos vamos para una finca, para que vea a la familia a todos”.
Sin embargo, en junta con los médicos, los expertos le explicaron que viajar en avión era acelerar la muerte de Paula. “Nos dijeron que no podíamos volar, que, si ella lo hacía, con la presión de la altura, el cerebro se le inflamaba y eso le podía ocasionar una hernia y morir”.
Tras ello, la mujer estuvo bien durante una semana, pero justamente el 24 de diciembre dada la agresividad del tumor del cerebro “ella comenzó a convulsionar. Ese día fue horrible. Yo estaba con ella y simplemente le cogí la mano, le hablé, le decía ‘mi vida, te amo’. Le daba las gracias por convertirme en su esposo, en el padre de sus hijos. Pensé que ese día se me iba a ir. Le dije que, si se quería ir a descansar, ‘yo me quedo aquí cuidando a nuestros bebés’, que no se preocupara. Luego llegaron los médicos, la reanimaron y se la llevaron. Yo esperé durante tres horas. Fue horrible. La oración me mantenía”.
Durante todo el 25 diciembre, Día de Navidad, Paula estuvo inconsciente. Desde entonces y hasta el 30, pasó la mayor parte del tiempo dormida. Cuando despertaba “no está en sus cabales”.
El 30 despertó. “Cuando tuve otra reunión con los médicos les dije que esto era un trabajo en equipo, que la íbamos a recuperar, ella siempre ha estado fuerte, ama a su familia y quiere vivir”.
Y como en una montaña rusa incluso, comenzó a comer, “pero, el domingo amaneció cieguita y eso me partió el alma. Entonces le hicieron otra vez exámenes del cerebro encontrando que ya el tumor había invadido totalmente. Me llamaron otra vez a junta, me dijeron que había dos opciones: hacerle un procedimiento que, tal vez, no puede servir pero es la última opción, es muy doloroso y es una quimioterapia interferencial, se hace durante un mes casi todos los días; o sino, que se volviera una paciente hospicia, que es solamente tratarle el dolor y esperar a que mi Diocito se la lleve. En ese momento me sentí derrotado”.
Luego Paula volvió a despertar. Su esposo la puso al tanto. “Ella me decía, ‘mi vida tú qué piensas’, yo le contesté ‘mi vida yo no te quiero ver sufrir más’, porque es duro ver cómo todos los días se consume la persona que se ama, entonces ella me dijo ‘¿sabes qué?, vamos a luchar hasta el final, yo me voy a recuperar y vamos a luchar hasta lo último, hasta que médicamente se pueda, porque yo voy a estar con ustedes, con mis hijos’ y, ‘¿y sabes algo?, te amo’, me dijo”.
Requieren visas humanitarias
A las personas, el adulto les pide que lo encomienden en sus oraciones al igual que a su familia, “a la salud de mi esposa y de mi bebé. Y que Dios me dé mucha fortaleza”.
Y también está solicitando apoyo al gobierno, para que se les otorgue una visa humanitaria a los familiares, esta súplica viene desde hace varias semanas y solamente han recibido noticias negativas.
Requieren el documento “para que puedan venir mis padres y los de Paula, para poder cuidar de ella, a mi hijo y a mis dos hijas. Además, para que yo pueda trabajar, pues, estoy en un país donde se vive del día a día. Se los agradezco de corazón. Muchas gracias a todos. Sé que vamos a poder estar afuera disfrutando de la vida. Estamos seguros de que se va a hacer el milagro”, concluyó Sergio desde el hospital.
Gloria Camargo es la mamá de Paula y se siente “maniatada, como si me tuvieran amarradas las manos. Ella tiene tres hijos que necesitan de mucho cuidado. Es muy doloroso tener que pasar por esto, suplicar que nos ayuden con una visa: ya me la negaron. Lo único que me consuela es orar. Les pido que se toquen su corazón y que vean a una mamá rogando por una visa para poder estar con su hija”.
Ninguna autoridad se ha pronunciado sobre este caso.
Paula y Sergio no están bajo la modalidad de residentes en los Estados Unidos.
En homenaje a la lucha de Paula Duran Camargo y de su familia.