Hoy se conmemora el Día Mundial de la Radio, un instrumento de comunicación fundamental para la construcción de la paz y la sociedad.
El agente Alfonso Ortiz, quien hace parte del equipo de Radio Policía Cúcuta, hoy recuerda con algo de nostalgia que el hacer radio, “era la chispa que le faltaban a sus días”, pues esto significaba una dosis de energía cada mañana cuando despertaba.
Hoy por hoy y acercándose a sus 5 décadas de servicio, este policía de 69 años es el rey de la audiencia en Norte de Santander. Agricultores, taxistas y trabajadores del calzado lo tienen como su locutor favorito.
Son apenas las 4:30 de la mañana, cuando el agente Alfonso Ortiz prepara su matutino café cerrero y se viste de forma ágil para poder dedicarse a la pasión que hace más de 20 años y que empíricamente ha ejercido de manera ejemplar como uno de los locutores más queridos de los campesinos santandereanos.
Ortiz, oriundo del municipio de Zapatoca (Santander) y con 47 años de servicio activo como agente de la Policía Nacional, se ha convertido en un destacado locutor que mezcló la trova, la poesía y la carranga a través de su programa radial ‘Alegrías de mi rancho’.
Taxistas, agricultores y trabajadores del calzado sintonizan puntualmente desde las 5 de la mañana el dial 88.7 (Radio Policía Nacional Cúcuta), donde Ortiz, con su tono de voz grueso y jocoso, con una mirada enmarcada por unos lentes que reflejan la experiencia que ha adquirido con el paso del tiempo, recuerdan la importancia de recorrer las veredas, praderas y ríos del gran Santander, devolviéndoles al azadón, la pica y la pala su gran papel fundamental en medio del proceso de siembra y recolección de alimentos.
De la mano de la carranga, hace un programa profundamente cultural, donde los oyentes no pierden la oportunidad de realizar llamadas en vivo para saludar a la familia, para hablar del agro y, por qué no, invitar a un sancocho comunitario en pro de la vereda. Por su cabina musical, como él le llama, han pasado un gran número de artistas del género carranguero y popular, los cuales recuerdan con nostalgia y guardan con recelo cada recuerdo como si hubiera sido ayer. Y es que sostener un programa radial por más de 13 años ha sido una tarea titánica, pues no es fácil competir con los nuevos géneros musicales del pop, reggaetón y bachata, que, poco a poco, han contribuido a olvidar la raíz musical de las guitarras y tiples que endulzaron el oído de colombianos por generaciones.
Es padre de ocho hijos, aferrado a su Virgen del Carmen y bohemio de vocación, a sus 69 años maneja a la perfección su consola digital para programar su mejor repertorio musical y ponerle ese toque picante que cautivó a cientos de oyentes en las cálidas madrugadas santandereanas.
Sus años acompañados de sabiduría le generan un acercamiento particular que, al momento de estar al aire, su micrófono y su cabina se convierten en un transporte inmediato a la paz del campo y sus alrededores, que, como él mismo dice, “no hay alegría más grande que hacer algo con el corazón”, siendo este órgano lleno de amor el que le permite seguir guiando a sus 14 nietos y a la pequeña Nasly, su bisnieta.
Hoy, colombianos como el agente Ortiz, son reclamados por todas partes, pues su autenticidad, jovialidad y espíritu incansable nos permiten conocer ese campo que a veces pareciera tan distanciado de nuestras ciudades, pero que cobra vida cada vez que este veterano de la radio dice “Buenos días, ‘Alegrías de mi rancho’”.
Actualmente y superando el millón de oyentes la Radio Policía Nacional de Colombia con sus 36 emisoras a nivel nacional, crece cada día de la mano de sus oyentes, con una programación innovadora, dinámica y enfocada en el interés ciudadano.