El Comité Internacional de la Cruz Roja presentó el informe “Retos Humanitarios 2023″, documento que recoge un balance de la violencia armada que sigue persistiendo en Colombia y que puntualmente dejó en 2022 un panorama desalentador.
Redacción Web/LN
El 2022 fue un año doloroso para miles de poblaciones en las periferias colombianas. De acuerdo con el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), en su más reciente informe “Retos Humanitarios 2023″, esto se expresó en 400 presuntas violaciones del Derecho Internacional Humanitario (DIH) y otras normas humanitarias. Esta cifra trajo consigo flagelos que perduran a casi siete años de la firma del Acuerdo de Paz con la ex guerrilla de las Farc.
A lo largo del año pasado se registraron familias desplazadas, menores de edad vinculados a grupos armados, pueblos enteros confinados y otras afectaciones diferenciales que mostraron a las conductas criminales como algo que se resiste a irse de la vida de decenas de departamentos en el territorio nacional.
El CICR reportó 58.010 personas afectadas por desplazamientos forzados masivos y 123.220 por desplazamientos individuales. Si vemos los números del mismo fenómeno en 2021 -también emitidos por la organización humanitaria- el panorama es más desalentador, pues en 2021 los desplazamientos colectivos dejaron un saldo de 52.880 víctimas.
Los confinamientos fueron otro flagelo no menos grave. Entre Chocó, Nariño y Valle del Cauca se llevaron el grueso de estos casos que dejaron un saldo de 39.404 personas afectadas. El Consejo Noruego para Refugiados reportó que para noviembre de 2022 en el país había más de 100.000 personas confinadas y si bien las cifras entre ambas organizaciones no coinciden, lo cierto es que dejaron un elemento en común: los pueblos étnicos (indígenas y afro) fueron los más golpeados por estas manifestaciones de la violencia armada. De hecho, CICR confirmó que dentro de sus reportes de confinamiento, el 64% del total pertenece a pueblos indígenas.