Gracias a un marco legal sólido, Colombia es actualmente un referente de la industria del juego en América Latina
El sector del juego ha experimentado importantes avances en los últimos años en Latinoamérica en general. Sin embargo, el caso de Colombia es particular debido a su eficiente trabajo en aras de conseguir un marco regulatorio estable que proporcione seguridad y protección a todos los actores implicados, desde los operadores de juego, pasando por los usuarios, hasta el propio Estado, que se beneficia a través de los ingresos procedentes de las tasas impositivas.
La industria del juego en Colombia conforma un monopolio del Estado y está regulada por la Ley de Juegos de Azar de Colombia, Ley 643 promulgada por el Congreso en 2001. De este modo y bajo el paraguas legal, se creó Coljuegos, la agencia nacional que cuenta con plena autonomía para emitir nuevas reglas, acuerdos y resoluciones y, por lo tanto, estabilidad jurídica para los inversionistas.
Además, ofrece un entorno que protege las inversiones de los empresarios con un regulador que tiene una actitud pro-operador y plena apertura para permitir que los operadores extranjeros participen en el mercado local. Todos estos ingredientes han catapultado a Colombia como un referente de la industria en América Latina. De hecho, el sector del juego cuenta con un peso considerable en la economía colombiana, ya que parte de los ingresos obtenidos se destinan al financiamiento del sistema de salud.
Recientemente, y en aras de continuar en el mantenimiento de una industria del juego saneada y legal, el Gobierno de Colombia anunció que Coljuegos nombró a un nuevo presidente, Marco Emilio Hincapié, actual Secretario General de Colombia Humana, -partido político encabezado por el Presidente Gustavo Petro-, quien ostentará la dirección del máximo órgano regulador del juego colombiano.
El Covid-19 en el juego, impacto y recuperación
La llegada del Covid-19 supuso un duro golpe para la economía colombiana, especialmente en el terreno del juego. El cierre de casinos y locales de juego físicos por considerarse establecimientos no esenciales, así como la implementación de duras medidas, como el carné obligatorio de vacunación para poder acceder a sitios públicos, trajo consigo una drástica reducción de los ingresos en el sector.
De hecho, los beneficios estimados por parte de Coljuegos a principios de 2020 se alzaban hasta los COP$463.810mn (US$121m) y, sin embargo, en el mes de mayo de ese mismo año, se registró una disminución del 96 por ciento.
Con el transcurso del tiempo y tras dejar atrás la peor parte de la pandemia, el regreso de la nueva normalidad en la era post-Covid ha traído consigo un considerable esfuerzo por parte de Coljuegos, en el marco de la actualización de la regulación del juego para garantizar que los participantes del mercado puedan capear el efecto de Covid-19 en la economía y la industria.
Las nuevas líneas de trabajo han estado dirigidas a la inclusión de la autorización de nuevas modalidades de juego, como tarjetas rasca y gana instantáneas (tanto físicas como digitales) y juegos híbridos de bingo en línea para recuperar las ganancias pérdidas en el juego presencial mientras se van eliminando, poco a poco, los protocolos de cuarentena que han regido en Colombia en los últimos años.