A sus 25 años y con una experiencia de 5 años en el Ejército, Carlos Andrés Álvarez Villalba se ha convertido en un líder destacado en el Batallón de Ingenieros de Desminados Humanitario N° 5 en Neiva. A pesar de haber perdido uno de sus ojos a causa de un artefacto explosivo, su determinación y compromiso lo llevan a luchar contra las minas antipersonal, contribuyendo a proteger a la comunidad y evitar que otros caigan en la misma situación.
La labor del suboficial del grado C3 cabo tercero, Carlos Andrés Álvarez Villalba, en el desminado es un enlace entre el Ejército Nacional y las familias vulnerables en municipios afectados por el flagelo de las minas, brindando territorios libres de sospechas y esperanza para un futuro seguro.
Un golpe emocional que no lo detiene
Hace aproximadamente año y medio, en Tibú, Norte de Santander, el suboficial Carlos Andrés Álvarez Villalba sufrió una terrible experiencia que marcaría su vida. Siendo parte de una compañía de choque, en uno de los desplazamientos con su escuadra, fue víctima de un artefacto explosivo que le causó la pérdida de su ojo derecho. A pesar del golpe emocional que supuso, Carlos Andrés se mantuvo fuerte y decidido a seguir adelante, sabiendo que superar esta difícil situación era posible.
Un líder comprometido con el desminado humanitario
Con 5 años de experiencia en el Ejército, Carlos Andrés Álvarez Villalba se destaca como líder de desminado humanitario en el Batallón de Ingenieros de Desminados Humanitario N° 5 en Neiva. Su compromiso con esta labor es un ejemplo de valentía y dedicación para toda la comunidad. “Es muy importante estar aquí, saber que estoy luchando y trabajando en beneficio de la comunidad y de todos mis compañeros para que no sean víctimas de un artefacto explosivo o una mina. Me enorgullece trabajar en el desminado”, afirmó con determinación.
Un proceso crucial para la comunidad
El desminado humanitario es una tarea vital para proteger a la comunidad y garantizar un futuro seguro en zonas afectadas por minas antipersonal. Carlos Andrés explica que el proceso involucra diferentes técnicas, como el desminado manual realizado por soldados con herramientas específicas, el desminado con perros entrenados y el uso de equipos mecánicos, adaptándose a las características de cada terreno.
Enlace entre el Ejército y la comunidad
Carlos Andrés resalta el papel fundamental que el desminado humanitario desempeña en el enlace entre el Ejército Nacional y las familias vulnerables en municipios afectados por minas. “Gracias a esto, entregamos territorios libres de sospechas de mina antipersonal, apoyando así al agricultor y al campesino, y permitiendo que estas áreas puedan desarrollar sus procesos productivos con seguridad”, subraya el suboficial.