El gobernador del Meta, Juan Guillermo Zuluaga, habla con LA NACIÓN y alerta sobre el incremento de las disidencias de las Farc en el país. Dice que “vamos muy mal en seguridad” y que “la ‘Paz total’ es un camino equivocado”. Llama a los huilenses a no permitir que los grupos criminales ganen terreno.
Jesús Antonio Rojas Serrano
Juan Guillermo Zuluaga es uno de los mandatarios más amenazados del país; se ha caracterizado por hablar duro contra las disidencias de las Farc y reclamar del gobierno de Gustavo Petro acciones para enfrentar esa amenaza. “Vamos muy mal en seguridad”, dice de entrada cuando LA NACIÓN le pregunta por el clima de (in)seguridad que vive el país.
¿Cuál es su radiografía hoy de la seguridad en el territorio colombiano?
Jesús Antonio, lastimosamente, el tema de la seguridad en el país no va bien. Vamos muy mal en seguridad. Hoy, no sentimos que haya un liderazgo por parte del Ministerio de Defensa y del mismo Presidente de la República en orientar a las Fuerzas Militares y de Policía para proteger a los colombianos. Sentimos que hay un bajonazo en la moral de la Fuerza Pública, y los asesinatos, secuestros y extorsiones que han venido creciendo tanto, hablan por sí solos.
Pero, ¿qué está haciendo falta? ¿Por qué de un momento a otro se ‘disparó’ la criminalidad en el país?
Lo que está haciendo falta es restablecer el principio de autoridad. Y la orden de restablecer el principio de autoridad tiene que venir de las cabezas, del comandante supremo de las Fuerzas Militares y de Policía y del mismo Ministro de Defensa. Hace falta liderazgo, motivación y que el tema de la seguridad hoy en Colombia sea considerado como el principal problema. Todos los demás temas como la reforma a la salud, la reforma pensional y la reforma laboral, que se han vuelto un foco de discusión en el Congreso de la República, no son menores. Pero, el tema más importante es la seguridad. Si el gobierno nacional cataloga en este momento la seguridad como la principal prioridad, estaríamos orientados a mejorar los indicadores. Insisto: nos está faltando restablecer el principio de autoridad.
Señor Gobernador, ¿qué hay de fondo como para que el gobierno de Gustavo Petro le esté hoy dando mayor importancia a los diálogos con los grupos ilegalmente armados y no a la seguridad de los colombianos?
De manera equivocada, el gobierno cree que generándole tantas condiciones a los grupos criminales se va a generar confianza con ellos. Yo creo que el gobierno actúa de buena fe, con algo de ingenuidad, pero considero que actúa de buena fe. El gobierno ha sido muy generoso con estos grupos y esta generosidad, ellos la ven es como debilidad. Por eso, es que las disidencias de las Farc, el Eln, el Clan del golfo y otros grupos, se burlan en la cara del gobierno y se burlan en la cara de los colombianos. Desde la Federación Nacional de Departamentos, le hemos propuesto al presidente Gustavo Petro que hablemos de ‘paz total’, que estamos de acuerdo y que lo respaldamos en ese propósito, pero que para hablar de ‘paz total’, también tenemos que hablar de seguridad total.
Hay muchos que coinciden en que estamos de regreso a la época en que mientas el gobierno de Andrés Pastrana hablaba de paz, las Farc se fortalecían en todo el país, ¿cree usted que está pasando lo mismo con Petro hablando de ‘paz total’ y las disidencias expandiéndose?
Jesús Antonio, las cifras hablan por sí solas. Las masacres, los secuestros, las extorsiones, el reclutamiento forzado de menores de edad, la instalación de minas antipersona y otras actividades delictivas hablan por sí solas. Incluso, la Defensoría del Pueblo habla de que hemos llegado a cifras de actividades delictivas del 2011. La misma Misión de Observación Electoral dice que tenemos municipios que están en riesgo de cara a las elecciones del mes de octubre. O sea que sí pareciéramos que estamos regresando al pasado. Pero, aún estamos a tiempo de parar eso. Yo creo que estamos en un momento muy oportuno para ponerle tatequieto a ese crecimiento territorial, fortalecimiento militar y a lo que están haciendo estos grupos criminales. Estamos en el momento justo de hacerlo porque eso es un monstruo de mil cabezas: si se deja seguir creciendo, no lo podremos controlar hasta dentro de dos o tres generaciones. Con las capacidades de nuestra Fuerza Pública, con casi 500.000 uniformados, dotados con todas las condiciones en telecomunicaciones, en aviones, en logística terrestre, podríamos detenerlo en este momento. No podemos volver al pasado. En el departamento del Meta ya vivimos el horror de la violencia, que dejó cerca de 700.000 muertos, más de 10 millones de víctimas y millones de desplazados. A eso no podemos volver. Estamos en el momento oportuno de pararlo.
Los gobernadores del país dicen que apoyan la ‘paz total’ de Petro, sin embargo, ¿le ven un norte claro a esta política? ¿Siente que el gobierno sabe lo que está haciendo?
Creemos que hoy el camino de la ‘paz total’ es un camino equivocado. Estamos a tiempo de corregirlo. Nosotros sí apoyamos la paz y se equivocan quienes creen que defender la seguridad significa que nos gusta la guerra. La seguridad no es un asunto de filiación política; la seguridad no tiene bandera de ningún partido. La seguridad es un deber y un propósito constitucional que la deben abanderar todos los partidos políticos. Entonces, algunos acalorados creen que cuando uno defiende la seguridad, es que es guerrerista. Y no. Nos gusta es la paz, pero también nos gusta la tranquilidad de los colombianos. Los ciudadanos no pueden vivir como están viviendo hoy: con miedo e incertidumbre. Esto es lo que siente la mayoría de los colombianos. Cualquier tipo de investigación que se haga en el país por alguna firma dice que la mayor preocupación de los ciudadanos es la seguridad; la gente ya no se siente segura en ninguna parte. La guerra ya no es solamente en el Pacífico o en el sur del Meta, o en el Huila, porque estos fenómenos están llegando a las grandes ciudades como Bogotá con los delincuentes que se sienten envalentonados. En resumen, creemos que el camino de la ‘paz total’ está equivocado y que hay mucha generosidad; aquí lo que debe haber es firmeza y restablecimiento de la autoridad.
Señor Gobernador, ¿cómo ha sido en el departamento del Meta el avance de las disidencias de las Farc y los demás grupos ilegalmente armados?
Jesús Antonio, tenemos un salpicón de muchos grupos criminales como le pasa al Huila y a muchas regiones en Colombia. Pero, la mayor presencia es de las disidencias de las Farc. Y empezaron por allá en una zona limítrofe con el Caquetá, en la zona de los llanos del Yarí, jurisdicción del municipio de La Macarena, pero luego pasaron a La Uribe, luego a Mesetas, a Vistahermosa; luego empezaron a acercarse a San Juan de Arama, ya empiezan a hacer presencia en El Castillo. Y esto significa que vienen creciendo. Incluso, les dije a la alcaldesa de Bogotá, Claudia López, y al Gobernador de Cundinamarca, que abrieran los ojos porque les iban a llegar a la región del Sumapaz. Al principio, no creían mucho y nos fuimos a caminar esa zona y corroboramos que las disidencias querían restablecer un cañón muy importante llamado Cañón del Duda, el cual tiene límites con el Huila porque ese era un corredor estratégico de las antiguas Farc; por ese Cañón del Duda llegan al Páramo del Sumapaz, bajan al Tolima, al Huila, al Meta y al Distrito Capital. El mismo ‘Iván Mordisco’ ha dicho que tiene hoy presencia en el 50% del territorio nacional.
Señor Gobernador, ¿siente, entonces, que las disidencias de las Farc están creciendo?
Claramente, han crecido y nos tienen afectados porque solamente el delito de la extorsión se ha quintuplicado; tienen extorsionados hasta la señora de las arepas de una esquina; han hecho presencia de esa manera, generando intimidación y miedo en la gente para que no denuncie. Han vuelto a secuestrar y han regresado a la práctica perversa de colocar minas antipersona. La Defensoría del Pueblo ha alertado sobre el reclutamiento de menores de edad, que también es otra perversidad que los colombianos no podemos permitir que se repita.
¿Y dónde queda la respuesta militar y de los organismos de seguridad del Estado?
Jesús Antonio, en algunas ocasiones nos han dado respuesta, pero lo que no tenemos es comunicación con el gobierno nacional. De esto nos hemos quejado, aunque ya ni siquiera nos quejamos; nosotros solamente advertimos porque los gobernadores somos agentes del Presidente en los territorios. Nosotros no queremos respuestas por escrito ni vía Twitter. Lo que queremos los colombianos es acción, queremos que las Fuerzas Militares y de Policía pasen a la ofensiva, que sintamos que la que gana territorio es la Fuerza Pública. No queremos más policías y soldados masacrados, ultrajados o vilipendiados; lo que necesitamos es que la Fuerza Pública gane territorio; haga presencia; que genere resultados; que los que hoy aparecen mostrando carros de lujo, armamento sofisticado y convocando a reuniones, no lo hagan con la tranquilidad que lo hacen, sino que sepan que las autoridades están detrás de ellos.
¿Hay alguna preocupación por este clima de violencia que sacude al país de cara a las elecciones del próximo 29 de octubre?
Lo han dicho ya la Procuradora General de la Nación, el Defensor del Pueblo, el Registrador Nacional del Estado Civil y la Misión de Observación Electoral, MOE: hay algunas zonas del país en donde las elecciones están en riesgo porque las disidencias de las Farc están decidiendo qué candidatos pueden hacer campaña en ciertos territorios y se lo he escuchado a otros gobernadores. A los candidatos que las disidencias les gusten, los van a dejar entrar, y a los que no les gusten, les van a cerrar el camino, y a los que estos grupos autoricen, les van a cobrar una vacuna por dejarlos entrar a los territorios a hacer campaña y proselitismo. Eso no puede pasar. Lo que estamos pidiendo nosotros es que se active un Plan Democracia, pero no un Plan Democracia de un solo día. Necesitamos un Plan Democracia que garantice que los ciudadanos puedan salir a votar. Lo que necesitamos también es que los candidatos puedan ir a todos los rincones del territorio nacional, que no tengamos ningún territorio vetado para ningún candidato.
Señor Gobernador, dos de sus colegas, el del Huila y el del Tolima, no viajaron a inaugurar un puente en mayo pasado en Baraya por temor a un ataque de las disidencias de las Farc, ¿por qué situaciones ha tenido usted que pasar por cuenta del acecho de los grupos criminales?
A mí me estallaron un artefacto explosivo en el sur del Meta al paso del vehículo en el que yo iba e impactaron a un vehículo de la Policía. Y en otra oportunidad me cogieron el carro a tiros de fusil. Permanentemente, las disidencias de las Farc me viven intimidando; primero, de ‘Gentil Duarte’, y ahora, de ‘Iván Mordisco’. Pero, lo que ellos tienen que saber es que no nos vamos a acobardar. Nosotros tenemos que tener los pantalones bien amarrados. A los mandatarios que les dé miedo, se tienen es que ir para la casa porque nos eligieron para ser los representantes y voceros de la gente. Me da mucha tristeza y me solidarizo con el gobernador Luis Enrique y el gobernador Ricardo. ¡Qué lástima que no puedan recorrer su territorio! Yo sé que tenemos que ser prudentes, pero yo sé que ni ellos ni yo nos vamos a encerrar en la oficina. Vamos a seguir recorriendo los territorios. Yo seguiré recorriendo mi departamento.
Finalmente, ¿cuál es su mensaje desde el Meta para los huilenses, que al igual que ustedes están siendo intimidados por las disidencias de las Farc y otros grupos ilegalmente armados?
Tenemos que unirnos como sociedad. Es el momento de unirnos para enfrentar esta amenaza. No podemos permitir que los delincuentes sigan ganando terreno. Con el clamor de los mandatarios y los ciudadanos, tenemos que pedir que se restablezca el principio de autoridad para que la gente se sienta defendida. No podemos claudicar; no podemos caer en la desesperanza. El Huila es un departamento maravilloso, pujante y con mucho futuro y los ciudadanos tienen que rodear a las instituciones, la fuerza pública y valorar lo que hacen los soldados y policías. Hoy más que nunca los colombianos tenemos que estar unidos para sacar este país adelante.
