No sé si los huilenses aprendieron, pero tienen un mes para reconfirmar o revalidar su voto y de paso evitarle al departamento y a sus municipios un retroceso como el que ocurrió en varias localidades en estos cuatro años, donde reinaron gobernadores ausentes, despreocupados y con escaso protagonismo.
En Neiva, por ejemplo, escogería la experiencia probada y me inclinaría por un candidato que le ponga freno a los odios, las rencillas, que no mire hacia atrás y se dedique exclusivamente a gobernar y mostrar resultados. Neiva no puede estar sumida entre las disputas de sectores políticos.
En Campoalegre tampoco votaría por Víctor, el ‘Chato’ Vargas. Yo lo siento por los progresistas, pero ese pueblo padeció mucho la guerra para que le voten a un hombre que tuvo nexos con las Farc. Él dice que hoy es otro y seguramente lo es, pero una cosa es perdonar y otra olvidar. No sé si le alcance a Carlos Cuéllar, exdirector de la CAM, o los campoalegrunos le cobren su antipatía.
En Aipe castigaría a José Sevel Castro. Hizo parte del festín de corrupción del pueblo durante muchos años y está condenado penalmente en primera instancia. Si gana y le ratifican el fallo en su contra, habrá nuevas elecciones. Sería un desgaste peor.
Rivera, preocupa. José Luis Bahamón, el más opcionado, tiene pendiente un fallo por corrupción. Hizo un buen gobierno y por eso es prenda de garantía, pero una decisión en su contra, implicaría nuevos comicios electorales. Y Humberto Alvarado, el hijo de Nidia Guzmán, rectora de la Usco, no me termina de convencer. La politiquería de su madre alrededor de su campaña huele a feo. Además, no pensé que hablara tan mal. Lo escuché esta semana y es lamentable.
En Pitalito no votaría por nadie que represente al alcalde Édgar Muñoz y así le pasaría una cuenta de cobro. Es un gran psicólogo, pero fue un mandatario gris.
En Garzón, hay quienes le perdieron la fe a
Francisco- Pacho- Calderón, porque la Procuraduría le elevó pliego de cargos cuando fue gerente de las Empresas Públicas de su municipio. Él, a través de tutela, se defendió.
En La Plata, los pobladores deberían examinar con lupa qué hizo por el pueblo Camilo Ospina, uno de los opcionados, cuando fue diputado. Además, no me dan buenas referencias de su paso por la dirección local de la CAM. Ojalá estén equivocados. Jorge Quiroga, el otro candidato, ni sabía que había pasado por la dirección del Inder en la gobernación de Luis Enrique Dussán. Igual de escuálido a su exjefe.
En Colombia, Tello, Acevedo, Timaná y otros municipios, los candidatos son inexistentes. Ojalá demuestren lo contrario cuando estén electos.
El Huila debería castigar a más de un candidato, pero como algunos electores no tienen memoria, pues que voten por el que se les antoje y así, desgraciadamente, terminen por condenar a sus municipios.
En el caso de la gobernación, no le votaría a más de uno. En ocho días les cuento por qué.
Nota uno: Rodrigo Villalba aparece un día en fotografías abrazado con Germán Casagua y al otro con Wilker Bautista y uno más con Amín Losada. Otro día, Casagua posa con Rodrigo Lara Sánchez y todos felices. Al final, ¿quién está con quién?