Gran júbilo ha provocado el regreso a la libertad de don Luis Manuel Díaz, padre del futbolista del equipo Liverpool de Inglaterra y de la Selección Colombia, Luis Díaz, quien fue secuestrado por guerrilleros del Eln en el departamento de La Guajira.
El progenitor del jugador de fútbol alcanzó a estar 12 días privado de su libertad. Fueron conmovedoras ayer las escenas del reencuentro de don Luis Manuel con su familia. Por fortuna, retornó en condiciones óptimas de salud.
Evidentemente, el hecho produce hilaridad porque se trata del retorno a la libertad de una persona cuyo secuestro mantuvo en vilo al país por tratarse del padre de una figura nacional e internacional. Sin embargo, no se puede olvidar que el secuestro del señor Díaz no debió haber ocurrido jamás y menos por parte del Eln que actualmente está en un proceso de negociación de paz con el gobierno de Gustavo Petro.
El secuestro es un delito abominable y no merece ninguna justificación. Nadie debe atreverse a justificar este tipo de prácticas. Privar a una persona de su libertad y someter a su familia a una angustia interminable, es oprobioso.
Por eso, el gobierno nacional debe exigirle al Eln no solamente el regreso inmediato de todos los secuestrados que tenga en su poder sino cesar esta horrible práctica aduciendo razones militares, políticas o económicas.
Es irracional que el Eln hable de paz mientras secuestra a personas y es impresentable que el gobierno lo permita mientras mantiene una mesa de negociación.
Como se ha dicho en esta tribuna recientemente, el gobierno no debe terminar ‘auspiciando’ este tipo de prácticas aberrantes porque corre el riesgo de repetir errores del pasado como cuando la guerrilla de las Farc incrementó los secuestros para fortalecerse política y económicamente. El Huila sabe bien de sobra cómo fue de doloroso ese capítulo.