Los hechos muestran que la violencia está sin freno en todo el país. Las masacres, los secuestros, los homicidios, las extorsiones, los desplazamientos forzados y toda clase de hechos delictivos se han ‘disparado’ en varias regiones del territorio colombiano, en unas con mayor fuerza que en otras.
En el caso del departamento del Huila, ha sido evidente el deterioro de la seguridad. Las disidencias de ‘Iván Mordisco’ cumplieron su objetivo de expandirse y a punta de intimidaciones tienen el dominio de varios municipios. Es una realidad, que lamentablemente algunos han querido ocultar o hacerse los de la ‘vista gorda’.
Algeciras es un gran ejemplo de cómo las cosas anda mal en seguridad en el departamento, sin que hasta ahora se vea una reacción seria y contundente por parte de las autoridades. En este municipio del oriente del Huila hay una disputa entre las disidencias de ‘Iván Márquez’ e ‘Iván Mordisco’ que se agudizó con la masacre de tres hombres y una mujer registrada esta semana en el sector conocido como “El divorcio de aguas” de la vereda El Silencio. Los responsables del ataque tuvieron tiempo hasta para llevarse los cadáveres de sus víctimas.
Otro hecho intolerable es lo que ha sucedido en el municipio de La Plata, en donde las disidencias se mueven a sus anchas. Recientemente, convocaron a las comunidades de la zona rural a una gigantesca reunión. El comando de la Novena Brigada del Ejército con sede en Neiva estuvo enterado del constreñimiento del grupo ilegalmente armado, pero pareció no haberle importado.
Todo este panorama crítico en materia de seguridad contrasta con la ‘paz total’ del gobierno de Gustavo Petro. Los diálogos que se han propiciado con los grupos ilegalmente armados han irrigado es intranquilidad y zozobra en varias regiones. Las autoridades locales y regionales han buscado explicaciones y no las encuentran. Por estas y muchas más razones, el nombramiento de Otty Patiño como nuevo comisionado para la Paz genera grandes expectativas.
Ojalá, Patiño logre encausar la ‘paz total’.