Carlos Enrique Osorio Vélez: el médico del deporte que ganó un premio

Carlos Enrique Osorio Vélez, médico deportólogo acaba de llegar de Brasil, en donde fue ganador de la máxima distinción en salud “Prize to the medical by achivement for a better life”, como reconocimiento a su trabajo con células madre para recuperar a pacientes, no necesariamente deportistas que sufren diversas lesiones osteomusculares. Esto lo motiva para seguir trabajando por una especialidad de la medicina, que reconoce, no conocía que existía cuando hizo su pregrado en la facultad de medicina de la Universidad Surcolombiana.

 

Hernán Galindo

 

temadeldia@lanacion.com.co

 

Todavía conserva la emoción que le causó el premio que recibió y que es el fruto de un trabajo que comenzó a forjarse desde niño en su natal Oporapa, “el pesebre del Huila”, un pueblo enclavado en la cordillera en el sur del Huila. Recuerda que como todo niño soñaba con ser futbolista o deportista profesional, que, aunque gracias a Dios no era su caso, sacar a la familia de la pobreza.

Carlos Enrique Osorio Vélez es orgulloso de sus raíces huilenses. “Soy hijo de una docente, Ana Rosa Vélez y de un pensionado del Comité de Cafeteros del Huila, Luis Enrique Osorio Cabrera, tengo arraigo campesino, lo digo con orgullo, me inculcaron el amor por el estudio y servicio a los demás”, cuenta con una sonrisa que lo acompaña permanentemente.

En medio de esos sueños de niño y adolescente, de ser el 10 de la Selección Colombia, alguien le dijo, si no puede ser el 10, puede ser el médico de la Selección, comentario que le quedó sonando y por eso después de terminar su bachillerato en el Liceo Andaquí de Pitalito, en donde residió durante esos primeros años junto a su familia, se matriculó para estudiar medicina en la Universidad Surcolombiana.

La vocación por la medicina lo llevó en sus primeros años, a trabajar en zonas alejadas de los cascos urbanos, se sumó a su labor como médico, el servicio social, servirle a la comunidad; “eso fue algo que me nació desde cuando se hace el llamado servicio social en el bachillerato”, recuerda.

Pero, mientras trabajaba en regiones apartadas, sentía que le faltaba algo para cumplir con el sueño de niño y comienza a investigar sobre la medicina deportiva; “la verdad soy sincero: cuando estudie medicina, no tenía conocimiento de qué era la Medicina del Deporte, entonces opté por averiguar qué se hacía para ser médico de la selección Colombia, dándome cuenta de que existía esa rama que tenía por ese entonces, si no estoy mal a Carlos Ulloa, como médico de la selección, estaba recién, ingresado, venía antes el doctor Fabio Ochoa”, rememora.

En medio de las primeras experiencias, Carlos observa que esos médicos eran más ortopedistas; “a mí me ha gustado la cirugía, pero con el respeto que se merecen mis colegas ortopedistas, pienso que la ortopedia es muy traumática y entonces me di cuenta que también existía la Medicina del Deporte y es cuando ya empiezo a verificar qué es la Medicina del Deporte, me doy cuenta de que no solo es para deportistas”.

Carlos Enrique Osorio descubre que la medicina del deporte tiene todo un abanico de posibilidades y de pacientes; deportistas sanos, deportistas amateurs, de alto rendimiento, pacientes con patologías de enfermedades crónicas no transmisibles como, hipertensión, diabetes, obesidad, que todos se van a beneficiar de la actividad física y del ejercicio y obviamente las cosas que lo llevaron a ganarse este premio, como lo es la medicina regenerativa.

“Al investigar la Medicina del Deporte y me doy cuenta de que es una muy buena opción porque me gusta y es así como empiezo a estudiar Medicina del Deporte en la Universidad del Bosque, estudié tres años, me especialicé, nos graduamos cinco compañeros y una niña que era de Villavicencio, que desafortunadamente murió de cáncer a dos meses del grado”, cuenta con tristeza.

Los que terminaron, todos están ejerciendo en diferentes regiones del país, abriendo camino a la especialidad, como en el caso de Carlos Enrique Osorio, que ha tenido oportunidades con secretarías del orden departamental y municipal y con equipos del futbol profesional como, Unión Magdalena, Deportivo Pasto, Bucaramanga y Deportivo Cali.

El especialista de la medicina deportiva en su paso por el Deportivo Cali con el jugador de la Selección Colombia, Rafael Santos Borré.

En el Huila, no se pudo, porque el presidente de la época, lo quería de tiempo completo y solo con agradecimientos, entonces no; “uno invierte para especializarse y siendo una actividad supremamente costosa y por prestar un servicio profesional que ha costado sacrificios humanos y económicos, se vuelve complicado colocarlo al servicio solo a cambio de unas gracias”, reflexiona.

Es agradecido con el sector de los maestros en donde comenzó a tener reconocimiento, tenían muchos pacientes con lesiones osteomusculares represados, porque Ortopedia ya no los veía, porque Neurocirugía estaba muy ocupada “y empecé yo a descongestionar esas especialidades, esto me fue construyendo un nombre. Ha sido un esfuerzo grande porque aquí todavía en el Huila hay muchos médicos, que ni siquiera conocen la especialidad, hay muchos colegas, hay muchas personas que tampoco saben que se pueden beneficiar de las ventajas que tiene el que haya un médico del Deporte, entonces, empecé a posicionar el nombre de Medicina del Deporte en congresos y en invitaciones, en charlas, en capacitaciones, donde me invitaban iba”.

Osorio Vélez añade: “Tuve la oportunidad de trabajar como médico de las reinas con Corposanpedro, las reinas de belleza del Huila con la doctora Rocío Luna y haciendo lo que es la preparación física y todo lo que es la valoración de ellas, entonces eso empieza a darle a uno el reconocimiento”.

Y continúa: “Luego me vinculé con el Inderhuila, llevo seis años, voy para siete, y esto hace que los deportistas también empiecen a reconocer nuestro trabajo y profesionalismo y a recomendarlo, permitiéndome crecer profesionalmente.

El trabajo actual y el premio

“Hoy en día, estamos haciendo un trabajo nuevo, diferente, que es el trabajo de células madre mesenquimales de cordón umbilical para todo lo que son enfermedades degenerativas, artrosis, dolores musculares, lesiones osteotendinosas musculares”, expresa el médico del Deporte.

Es un trabajo con plasma rico en plaquetas que también se utiliza para todo este tipo de patologías que le ayuda tanto al deportista o la persona enferma a recuperarse mucho más rápido y a tener una mejor calidad de vida, “siendo estos procedimientos los que nos permitieron alcanzar esta nominación y este galardón, varios años trabajando ya con lo de células en lo que llevo aquí desde el 2017, seis años”.

“El premio es una incógnita para los que somos nominados, a nosotros un día nos llega una carta donde nos dicen que somos nominados, ese nominado significa que yo debo primero pasar la información de que efectivamente yo soy médico y ellos verifican los títulos, verifican la hoja de vida de donde es graduado, todas esas cosas y cuál es el fuerte que uno trabaja. A través de veedores que tienen en toda la región, funciona a nivel de Latinoamérica, cada año deciden en reunión de la junta directiva, definen las especialidades que van a premiar, van a buscar en los países, cuáles son, por ejemplo, una medicina del deporte entonces de ahí lo llevaron , incluso, del evento. Yo era el único de Medicina del Deporte de todos los países de Latinoamérica, siendo por consiguiente el único premio en esta especialización, inclusive en 51 años que llevan es la primera vez que premian la especialidad de Medicina del Deporte; las otras especialidades más conocidas, cardiología cirugía general, ginecología, pediatría, ya han sido galardonadas”, relata.

“Lo más significativo para mí que he sido el primer especialista en medicina del deporte que la organización premia en Colombia y en el Huila, orgulloso manifiesto que soy el primer profesional de la medicina de todas las especialidades en recibir este preciado galardón”, añade.

“Yo pienso, que a mí me ha ayudado mucho, ese dicho popular, de que yo cacaraqueo lo que hago, los pacientes cacaraquean lo que hago, publicó los testimonios. Ahí están en mis páginas”, sentencia.

“Un caso reciente es el de la niña Stephanie Bobadilla, que no la iban a llevar a los Juegos Paramacionales porque estaba lesionada, no la querían rehabilitar; la mamá me buscó, le dije, yo se la rehabilitó, pero la rehabilito en mi unidad con mi equipo de trabajo porque yo respondo por el equipo de trabajo y así fue y tenemos tres medallas”, dice con orgullo.

Carlos Enrique Osorio Vélez espera a futuro, terminar sus años en el Huila, “no me quiero ir del Huila, quiero mucho a mi departamento, pero Dios es el que lo pone a uno en donde debe de estar y cuando debe de estar”, reflexiona. Además, piensa que no podemos seguir dejando ir talentos como Eider Arévalo o Andrea Carolina Olaya, por falta de apoyo.

Y cuenta que lleva 14 años de matrimonio con su esposa, Rocío Contreras; “ella trabaja en el colegio José Eustasio Rivera, es profesora de inglés, tengo dos hermosas hijas, mis mágicas princesas, la mayor Sara tiene 14 años y pasó a décimo, quiere ser médica y la menor que me acompaña a todos lados Luciana que es mi morocha, está en sexto”.

Carlos Enrique Osorio Vélez tiene especial reconocimiento por su familia.

Otras experiencias que ha sumado en su carrera este profesional e investigador de 40 años, que comparte además con sus padres y hermanos, la experiencia de producir cafés especiales en Villa Sofía, una finca agro turística donde procesan café especial, ha sido docente, su fuerte es la Anatomía y la Morfofisiología; “me gusta la docencia, fue una gran experiencia, pero está mal remunerada, lo quieren a uno de tiempo completo y toca descuidar los pacientes, entonces así por ahora no”, dice.

Es el pensamiento y la historia de vida de un profesional de la medicina que reúne el mejor perfil para ser coordinador médico del Centro de Alto Rendimiento Deportivo del Inderhuila, pero su nombramiento está embolatado.

“Me pone en una situación incómoda, primero, porque en este momento trabajo con ellos, no sé si vaya a estar ahí porque hay unos temas políticos bien incómodos que se han presentado con respecto al personal para ese centro, quieren hacer unos nombramientos, quieran o no el mejor perfil en este momento es el mío, pero hay intereses políticos que a veces se alinean en contra del mejor perfil”, dice.

“El proyecto, como se planificó porque yo conozco el proyecto, es un proyecto que a futuro tiene una muy buena visión siempre y cuando se sepa dar el manejo. Si lo van a utilizar para politiquear va a ser un desastre total, va a terminar siendo un fracaso, porque se va a buscar, es el beneficio político, por encima del deportivo; cuando se cambian los objetivos, se cambian las prioridades, sobre todo las personales por las sociales, va a terminar siendo un fracaso, esperemos que no”, concluye.

“Gold Status”: Reconocimiento internacional para la E.S.E Hospital Universitario Hernando Moncaleano Perdomo, en atención de accidentes cerebrovasculares (ACV)

Camila España de la Oficina de Calidad; Jorge Luis Manchola, Coordinador de la Oficina de Referencia y Contrarreferencia; Margarita Arias, Coordinadora del Servicios de Urgencias; Juan Diego Fierro Oliveros, Gerente del Hospital Universitario Hernando Moncaleano Perdomo de Neiva; Ingrith Paola Gaitán Díaz de la Unidad Cardiovascular; y Mónica Bibiana Martínez Macías, Asesora de Acreditación.

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