Con la revelación de la propuesta de las centrales obreras y, de otro lado, las reiteradas advertencias sobre costos laborales e informalidad por parte de los empresarios, en la mesa de concertación tripartita no se augura un posible acuerdo sobre el alza del salario mínimo para el 2024.
Desde el 30 de noviembre, el Gobierno Nacional y diversos sectores laborales colombianos han estado inmersos en negociaciones para determinar el aumento del salario mínimo para el año 2024. Sin embargo, las propuestas divergentes entre los distintos actores han destacado las complejidades que rodean esta crucial decisión.
En un extremo del espectro, las centrales obreras han presentado una propuesta ambiciosa, buscando un aumento del 18% al salario mínimo para el próximo año. En caso de ser aprobada, esto significaría un aumento sustancial en los ingresos de los trabajadores colombianos, llevando el salario mínimo de $1.160.000, más el auxilio de transporte de $140.606, a un total de $1.368.800, más el auxilio, estableciendo el salario mínimo en aproximadamente $1.534.715.
Jaime Alberto Cabal, presidente de Fenalco expresó su contundente rechazo a la propuesta de las centrales calificándola como una cifra “sacada de la manga”.
Y es que ese planteamiento de los sindicatos choca con la visión de algunos sectores empresariales que temen que un incremento demasiado elevado pueda aumentar los costos de producción, resultando en una disminución en la capacidad de contratación por parte de las empresas. En el otro extremo, si el aumento es demasiado bajo, se corre el riesgo de que los trabajadores tengan una capacidad adquisitiva insuficiente, afectando la demanda de productos y repercutiendo en la economía nacional.
En contraposición, los sectores financieros y los gremios productores proponen basar el aumento en la inflación del 2023, que se proyecta en un 10%. En esta línea, las propuestas oscilan entre un aumento del 11% ($127.600) y el 13% ($127.600), lo que fijaría el salario mínimo en un rango cercano a los $1.300.000.
Pensar en los informales
La Federación de Aseguradores Colombianos (Fasecolda) subraya la importancia de considerar las circunstancias particulares de aquellos hogares que no alcanzan el salario mínimo actual, especialmente en un contexto inflacionario sin precedentes. Argumentan que, en lugar de centrarse en aumentos generosos para aquellos con salarios formales, el enfoque debe estar en los hogares con ingresos mínimos que se han visto afectados por la inflación.
En el pasado, los aumentos al salario mínimo en Colombia se han basado en el cierre de la inflación del año, siendo el último ejemplo el aumento del 16% a finales del 2022, cuando la inflación alcanzaba el 13%. Este año, con una inflación proyectada del 9,8%, según el Banco de la República, el aumento propuesto del 13% no estaría tan alejado de las tendencias recientes.
El Ministerio del Trabajo ha establecido un plazo inicial hasta el 15 de diciembre para alcanzar un acuerdo en la mesa de negociación. Sin embargo, en caso de no llegar a un consenso, se contempla la posibilidad de una prórroga hasta el 30 de diciembre. En última instancia, si no se logra un acuerdo final, el Gobierno nacional tiene la facultad de establecer el aumento a través de un decreto. Estas decisiones tendrán un impacto significativo en la economía y el bienestar de los trabajadores colombianos en el próximo año.
Información de dataIFX.
Lo que no se afectaría con el alza
“Es decisión unánime de la Comisión de Concertación mantener las políticas de desindexación que empezamos a trabajar el año pasado, donde se logró desatar 116 artículos de 204 bienes y servicios que estaban caracterizados”, señaló la ministra del Trabajo, Gloria Inés Ramírez, al termino de una nueva sesión de la negociación del incremento del salario mínimo para los colombianos y colombianos en el 2024.
Para este año “tomamos la decisión de mantener esta desindexación en los 88 bienes y productos que aún faltan, y de esta manera consolidar las medidas para protección del valor adquisitivo del salario”, agregó.
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Reforma laboral divide a empresarios y al Gobierno
Nuevamente el Consejo Gremial Nacional alertó sobre los “riesgos” que genera el proyecto de reforma laboral para la “reactivación económica, la formalización laboral y la generación de empleo”.
En un comunicado oficial contextualizó que ante la actual coyuntura económica, con una tasa de desempleo de 9,3%, crecimiento económico negativo de -0,3% y expectativas de inflación entre 9,5% y 10%, el país debe adoptar las medidas necesarias para evitar la pérdida de más de 450.000 empleos que, de acuerdo con el Banco de la República, puede llegar a generar esta reforma.
“La reforma laboral propuesta no resuelve los problemas estructurales del mercado laboral colombiano, como la alta tasa de desempleo y de informalidad laboral, así como tampoco actualiza el sistema legal a las nuevas dinámicas laborales”, aseveró.
Y agregó finalmente que siguen abiertos al diálogo constructivo. Los empresarios están dispuestos “a participar en los escenarios que el Congreso de la República disponga para construir una Reforma Laboral incluyente, equitativa y justa, que de manera efectiva logre mejoras sustanciales y necesarias en las condiciones laborales de los colombianos”.
Por su parte la ministra del Trabajo, Gloria Inés Ramírez esta reforma representa una oportunidad para recuperar derechos laborales y avanzar hacia una mayor formalización en el país. No obstante, respondió contundentemente a las críticas expresadas por Jaime Alberto Cabal, presidente de Fenalco, y segundo vicepresidente del Consejo Gremial.
“Lamentamos la decisión de Fenalco, que ha descalificado esta reforma desde sus inicios. Entendemos que el doctor Cabal no tenga interés en que la reforma se dé. Sabemos que él está muy cómodo con la precarización que hoy tiene el sector que él representa, pero para los jóvenes y las mujeres de Colombia, el futuro no puede ser la precarización”, advirtió.