Frente a la casa del barrio Santa Isabel de Neiva en donde se apagó la vida de Michelle Lizcano Sánchez junto a siete de los integrantes de su familia, dos de sus familiares cercanas contaron de los preparativos y la ilusión con la que Michelle esperaba celebrar sus 15 años el próximo 22 de diciembre. Mientras aún no hay fecha del sepelio colectivo, el CTI de la Fiscalía y los Bomberos iniciaron las investigaciones para conocer las causas del siniestro.
Hernán Galindo
Lady Sanchez, reside en la misma cuadra de la tragedia que enluta a su familia y a Neiva; su casa queda frente a la vivienda que resultó calcinada en la madrugada del viernes pasado en el barrio Santa Isabel, en donde murieron 8 de sus familiares entre ellos, Michelle Lizcano una adolescente que este 22 de diciembre celebraría sus 15 años de edad.
Aunque la conoció de toda la vida, no tiene claros los recuerdos de la infancia ya que a Michelle se la llevaron a vivir un tiempo a Florencia, la capital del Caquetá. Pero una vez regresaron se hicieron inseparables, se hablaban a diario.
“Ellos vinieron un poquito más grandecitos, ella era una niña alegre, le gustaba bailar, le gustaba hacer sus Tik Tok, era educada, tenía solamente dos amiguitas acá en la cuadra, no era muy amiguera, era obediente, tenía un pelo hermoso, le decían la mechuda, era muy juiciosa, se acababa de graduar de noveno grado”.
Recuerda además que su fiesta de 15 años ya estaba planeada, por eso estaba muy contenta; esa noche fue a dejarle la invitación. No tiene claro qué quería estudiar, al menos de eso no habían hablado.
Lady se sume en sollozos al recordar cómo una vez recibió la invitación de manos de su prima, se fue para la casa de ellos, en donde se viviría la tragedia a hablar sobre la fiesta. Eso fue como tres horas antes, serían las 9 de la noche. “Y me vine para acá y a media noche fue que me despertaron que la casa estaba incendiada, ya el incendio estaba descontrolado, estaba consumiendo la casa, eso fue como a las 12:20 de la noche; ya no había nada que hacer”.
Michelle estaba comenzando a vivir y así como no era amiguera, tampoco era noviera, no le conocían aún novio; “Yo creo que su pretendiente lo tendría, pero novio no tenía; vivía con la mamá, el padrastro, los hermanos, la abuela y el tío todos los que fallecieron, eran toda una familia los que vivían ahí”.
“Como familia eran muy unidos, todos somos muy unidos; yo soy prima de ella y todo lo que teníamos que ver lo teníamos que ver con mi prima Joel y mi prima Diana y yo, y alcanzamos a compartir casi toda la vida, es que ella se crió con mi prima Jubely en la misma casa desde chiquita, hasta que ella consiguió marido y se fue a vivir a Florencia. Allá fue donde nacieron los niños de la prima y es cuando se devolvieron para acá para Neiva y seguimos compartiendo como familia que éramos”.
Aunque en principio no quería hablar, su prima Yuberly, es quien ahora recuerda los preparativos de la fiesta que sería algo familiar, deberían estar los seres más cercanos. Estaba todo organizado, todo estaba listo. “Lo único que estábamos esperando era que llegara la fecha, porque ya todo estaba preparado, ella inclusive ese día unas horas antes de fallecer, terminó de repartir sus invitaciones para los 15 años”.
“Era algo muy familiar, muy íntimo, las personas más allegadas, pero iba a ser muy hermoso, iba a ser algo muy significativo, pero con mucho amor y rodeada de la gente que la quería, porque nosotros no necesitamos que fuéramos muchos, éramos los familiares, amigos cercanos, personas, con las que hemos compartido el último tiempo y no más”.
Su papá le tenía su regalo aparte. Le tenían muchas sorpresas, que le iban a llegar por parte de su mamá, de su papá y hasta de su padrastro. Todos la querían, era una niña muy amada; “Lo que pasa es que a veces la regañábamos, por cosas de la edad, la cuidábamos; a las niñas hay que cuidarlas a estas alturas de la vida, por más que uno sienta que los hijos son buenos uno tiene que protegerlos hasta el último momento, hasta el último instante”.
Yuberly, por ser la mayor de las primas, todas le dicen tía y así se quedó para todos estos niños y niñas que veía crecer junto con sus hijos. Sofía una de sus dos amiguitas le iba a regalar una mudita de ropa, que la iba a confeccionar la abuelita y ese iba a ser su regalo de cumpleaños. Sofía vive acá mismo, era una niña obediente de la casa muy obediente, ni novio tenía.
“Como hermana, era la mejor hermana amaba a sus dos hermanitos, el mayor de 17 años y ese chiquitico de cinco años, la luz de sus ojitos, ella era como su segunda madre para el niño. Desafortunadamente se nos fueron a una fiesta en el cielo a la que no me invitaron”.
Al recordar a la mamá de Michelle y a los niños, eran niños tan educados y tan sobrados de amor, la mamá les inculcó. “Yo soy prima de ella por primer grado. Éramos primas hermanas de Lady, pero los niños, aunque eran primos de segundo grado, ellos nunca me vieron como su prima, yo era su tía, eran mis niños”.
Yuberly vive el dolor de la partida por su prima y por sus hijos que no entienden la tragedia; “para mi hija Victoria, la menor que tiene 7 años, Mathiu el chiquito era su bebé, no esperaba sino venir acá para verlo, hasta ayer le pude contar porque para una niña de 7 años no es normal que un niño que tanto ama ya no lo va a poder volver a ver”.
Y el niño grande, pues por ser tan allegados, está también mal porque ellos también eran como hermanos: “mi hijo Alejandro también está muy destrozado, no para de llorar, no para de publicarlo, ese mismo día también en la mañana hicieron videollamadas”.
La despedida
Yuberly recuerda el día de la tragedia como algo premonitorio. “No es fácil. La última vez ese día por casualidad llevaba como 10-15 días que yo no venía porque yo vivo en la misma cuadra, tengo mi negocio acá, pero si no es algo importante yo no llego a la casa, pero lo que tiene que ser y lo que tiene que pasar, ese día yo llegué a la casa, me senté, me reí, compartí con los tres desde el más chiquito hasta el más grande”.
“Todos se sentaron en la sala, entonces los pude ver a todos; llegó la tía, mi mayorcito que estaba encerrado en la pieza, me dijo: Llegó mi tía ñera, como me decía”, dice entre sollozos. “A Mathius también no vi y lo abracé, con los tres niños compartí”.
“Con Diana, recoché, estaba muy feliz haciendo las tarjetas de invitación para los 15 de su hija, estaba mi primo Mauro, la mamá, todos estaban, la única niña que no pude ver fue la novia de Bryan, ella estaba encerradita en la pieza sentada, pero no supe cómo era la niña, de resto a todos los siete los miré y fue como si me estuviera despidiendo de ellos muy feliz, sí es porque yo no había venido y preciso vengo y ese día ocurre eso, no es normal”.
Y agrega: “Los voy a recordar como lo que han sido en mi vida; ella es mi hermana, mi familia, eran mi todo, con mucho amor y respeto porque no nos irrespetábamos. Era lo más importante, nos respetamos a pesar de que tuviéramos diferencias, podíamos no estar de acuerdo con muchas cosas, pero jamás nos irrespetamos, podíamos dejar de hablarnos por un rato, volvíamos otra vez a reconciliarnos, pero nunca nos irrespetamos”.
De Payares a quien le decía mi jetón, tiene un recuerdo de una persona dicharachera y algo grosera, “por más grosero que fuera no lo hacía a propósito, adrede porque eso era algo de él, era de su ambiente, su cultura”.
“Lo que hacía no lo hacía por mala persona, era muy amplio muy buen padrastro, buen padre, excelente esposo en la casa y mejor dicho, qué tristeza porque eran una familia realmente”.
Finalmente, Yuberly sostiene que espera recordarlos de la mejor manera: “hay algo que en la vida el ser humano no puede olvidar y son las experiencias vividas con la otra persona, se le puede borrar el nombre, se le puede borrar lo que escribió, lo que se puso, pero lo único que no puede borrar es lo que usted experimenta con alguien, lo que puede hacer con alguien, eso es algo que jamás volverá, aunque se muera y eso que pienso que hay algo más allá después de la muerte”.
La investigación
En las horas de la tarde de ayer, miembros del CTI y del cuerpo de Investigaciones de Bomberos en Neiva iniciaron la investigación para esclarecer las causas del incendio en Santa Isabel, proceso que puede tomar entre tres y cuatro días. Entre tanto, los cuerpos de las ocho víctimas fatales no han sido entregados por el Instituto de Medicina Legal que esperaba técnicos forenses especializados desde Bogotá, para así mismo determinar las causas que les produjeron la muerte.
Por su parte, en la zona de la tragedia hay un ambiente de relativa calma, la gente ha dejado de ir en romería; pero se espera una vez entreguen los cuerpos y se conozca la fecha y hora de las exequias, retorne la solidaridad y el acompañamiento de los neivanos.