Lo más preciado para el hombre es la libertad

Juan Carlos Reyes, exdirector de la Cárcel del Distrito Judicial de Neiva, plasmó en su libro `El Olvido Entre Rejas`, las vivencias dentro del penal desde su perspectiva de director y del ser humano que se conmueve con el dolor y las tragedias que se viven en un centro de reclusión. A través de su narrativa busca dejar un mensaje a quienes nunca han pisado un penal para que reflexionen en torno a uno de los más preciados valores del ser humano, la libertad. Esta es su historia.

 

Hernán Galindo

 

temadeldia@lanacion.com.co

 

“La mañana en que Pastorcito decide viajar a Guayabetal a traer los insumos para su finca, no imagina que será el inicio de uno de los peores viajes de su vida. Le hubiera gustado tener una señal, pero Pastorcito se alista y llama al señor Norman, dueño del vehículo de transporte público del corregimiento. Le pregunta si tiene un cupo que necesita viajar al pueblo. El hombre de forma alegre confirma recordando su tradicional frase, “mi carro es de todos y para el servicio de todos (…)”.

“Hay que confiar en Dios y en las personas que nos brindan una oportunidad para trabajar”, dice Pastorcito a su familia. En ese momento su esposa se levanta de la silla y les dice a sus hijos: ´Su papá no escucha de modo que debemos apoyarlo y pedirle a Dios para que lo ilumine y que le ayude para que todo le salga bien´. Abuelito escuche a mi abuelita, porque el que no escucha consejos no llega a viejo, le dijo su nieto, el amor de su vida. “Todo saldrá bien con la ayuda de Dios, le pido a la Virgen María para estar muy pronto en casa y estar al lado de mi familia que tanto amo y quiero”, se dirige Pastorcito a su familia con su nieto entre sus brazos. (…)”.

Estos fragmentos del libro, `El Olvido Entre Rejas`, de Juan Carlos Reyes Ramírez, un neivano de 53 años, que está orgulloso de sus orígenes humildes, su papá, Jorge Eliecer Reyes Carvajal, hacía escobas y su mamá Elvia Ramírez trabajaba en una empresa de aseo. Pero esto no les impidió para inculcarle a él y a sus ocho hermanos con disciplina y esfuerzo que el camino para salir adelante en la vida era el estudio, recuerda este libraduno, otro de los orgullos de Juan Carlos, “cuando ser bachiller del Santa Librada era una maravilla”, dice con orgullo

Esos principios que le inculcaron desde niño y su formación, lo llevaron dentro de su vocación de servicio a ser director de la Cárcel del Distrito Judicial de Neiva con sede en   Rivera, cargo en el que estuvo por tres años, entre 2016 y 2019 y en el que vivió toda clase de experiencias que lo inspiraron para escribir, “El Olvido entre Rejas”.

De ese cargo está agradecido con el exalcalde de Neiva Héctor Javier Osorio, quien le ayudó  a entrar al Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario-INPEC.

El libro

Como en toda historia hay un personaje central, que en este caso es Pastorcito, un hombre del campo, que trabaja la tierra en su finca y alrededor giran otros personajes en su vida marcada por la tragedia de caer en la cárcel al ser engañado y participar en una banda dedicada al abigeato.

Es un vecino el que lo recomienda y aunque su esposa le decía que ella no confiaba en el señor que lo estaba buscando, él no le presta atención con tal de tener otros ingresos adicionales porque tenía un crédito en el banco, “decía que quería trabajar para pagarle al banco y dedicarse luego a su finca, la esposa, realmente nunca estuvo de acuerdo”.

Solo hizo cuatro viajes, en el cuarto fue capturado, fue procesado y luego condenado a pagar una pena de 15 años de prisión y lo más duro es que estando en la cárcel se le murió la esposa.

Este es uno de los hechos que marcan a Juan Carlos en la historia real de la que fue testigo en el centro de reclusión. El dolor de no poder ir a despedir a su esposa. “En algunos casos les llevan el féretro hasta la prisión para que tengan 15 minutos de duelo y se quedan con el dolor sin poder hacer nada para cambiar la situación”, cuenta con base en su experiencia.

Aquí el autor destaca el valor y la importancia de la familia, que se ve afectada cuando se llega a prisión e incluso en muchos casos se pierde, se desintegra, se pierden momentos de felicidad como celebrar un cumpleaños y otros.

“Pastorcito con estudio y trabajo, logra una rebaja; por dos días de trabajo le dan un día de redención, se puso a estudiar y a trabajar dentro del establecimiento, logró la redención y salió. Durante el tiempo de condena, supo ganarse un espacio dentro del establecimiento a pesar de que fue humillado, maltratado e intentaron violarlo, vivió todo lo que una persona puede vivir dentro de una cárcel”, relata Juan Carlos Reyes.

En medio de la crisis consigue un amigo, “Diego un hombre mayor, en condición de discapacidad, pero con mejores recursos económicos que igual que Pastorcito, llegó a la cárcel por un delito que no cometió, logró salir pronto en libertad, consiguió un buen abogado y pudo sacar a Pastorcito”, añade.

Pastorcito, el tiempo que estuvo en la cárcel llegó a ser monitor de derechos humanos, aprendió a hacer artesanías y ahora orienta una fundación para ayudar a personas que como él llegan a la cárcel por confiados o por ignorancia.

El mensaje claro, es que el valor más preciado es la libertad, hay que amarla, igual que a la familia que juega un papel importante frente a estos procesos, un consejo de una mamá, de un padre, vale mucho, pero a veces los jóvenes, un 70% de los que llegan a la cárcel, son jóvenes entre 18 y 28 años, no les prestan atención.

De esta manera, Juan Carlos Reyes Ramírez, a quien no le disgustaría el modelo de Nayib Bukele, presidente del Salvador, dice, “porque a veces la justicia es muy permisiva y se requiere mano dura, hacer cumplir las leyes”, sigue su camino invitando a reflexionar sobre uno de los valores más preciado, la libertad.

“Gold Status”: Reconocimiento internacional para la E.S.E Hospital Universitario Hernando Moncaleano Perdomo, en atención de accidentes cerebrovasculares (ACV)

Camila España de la Oficina de Calidad; Jorge Luis Manchola, Coordinador de la Oficina de Referencia y Contrarreferencia; Margarita Arias, Coordinadora del Servicios de Urgencias; Juan Diego Fierro Oliveros, Gerente del Hospital Universitario Hernando Moncaleano Perdomo de Neiva; Ingrith Paola Gaitán Díaz de la Unidad Cardiovascular; y Mónica Bibiana Martínez Macías, Asesora de Acreditación.

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