Estaba más que cantado que los tiempos no daban para que la administración de Gorky Muñoz dejara aprobada la reformulación del Plan de Ordenamiento Territorial, el documento a través del cual una ciudad o un municipio planifica el ordenamiento del territorio. Se trata de un instrumento que está definido en la Ley 388 de 1997 y contiene un conjunto de políticas, metas, normas y programas que orientan el desarrollo físico de la región y la utilización o usos del suelo.
En Neiva, el Plan de Ordenamiento Territorial vigente data del año 2009. Las administraciones de Pedro Suárez y Rodrigo Lara Sánchez también buscaron actualizarlo, pero sin éxito. Tal vez, la inexperiencia o los intereses ocultos han llevado a que la reformulación o renovación quede a mitad de camino. Lo anuncian, pero no lo logran.
En el caso de Gorky Muñoz, la Corporación Autónoma Regional del Alto Magdalena, CAM, hizo desde el principio observaciones a la reformulación del POT. Los reparos estuvieron relacionados con la ampliación del perímetro urbano y la incorporación de nuevas zonas de expansión urbana.
Según el concepto técnico de la CAM, las densidades propuestas para suelos de expansión no coinciden con el documento técnico de soporte ni con el proyecto de acuerdo. “Al sumar las áreas habilitadas para desarrollo urbano se tiene un total de 1.479.71 hectáreas, dato que no concuerda con la necesidad planteada en la tabla de cálculo. Adicionalmente, no consideran las áreas habilitadas para suelo suburbano y vivienda campestre”, fueron algunas de las observaciones planteadas por la entidad ambiental.
En resumidas cuentas, Neiva volvió a fracasar en su intento de reformular su POT. Tiene el alcalde German Casagua el reto de liderar el cambio de la carta de navegación de la ciudad, a partir de un gran consenso. ¿Lo logrará? Solo depende de la voluntad y la eficiencia que le imprima al asunto.